La pobreza en la que
viven los pueblos originales de nuestro país es indignante y tal parece que a
nadie le interesa resolver este problema. He de decir que este es un problema
que tiene una complejidad alta y que abarca varios siglos de nuestra historia. Pero
también hay que desmantelar mitos y decir algunas verdades dolorosas. Para empezar
a abordar el problema de la miseria en la que viven los nativos hay que abordar
una perspectiva histórica que no siempre es tomada en cuenta por especialistas
en el tema (según dicen). En segundo lugar, tenemos que dimensionar a los indígenas
como lo que son antes que nada: seres humanos capaces de pensar, sentir y tomar
decisiones sobre sus asuntos, algo que hemos olvidado debido al racismo
imperante en nuestro país. Además, hay que decir que el mexicano promedio vive
en la incongruencia pues por un lado enaltece a los aztecas y otros pueblos que
habitaban el actual territorio mexicano despreciando sus raíces españolas y por
el otro se ofende si le gritan indio… vaya incongruencia la que impera en
México.
Para empezar hay que
decir que la conquista española no es como la pintan, pues en gran medida
protegió a los indígenas. Además, la intervención de sacerdotes tales como Fray
Bartolomé de las Casas y Vasco de Quiroga fue para evitar el exterminio de los
nativos. Y no olvidemos la intervención de Conin en la fundación de Querétaro,
que hasta hoy es una de las ciudades más prosperas y de la que el propio Conin
fue su primer gobernador. Gracias a esto, se evitó el exterminio de los indígenas
y el respeto de sus comunidades hasta la promulgación de las Leyes de Reforma
(en un momento hablare de ese punto). Cuando llegó la independencia de nuestro país
en 1821 y Agustín de Iturbide fue coronado emperador, los líderes indígenas pasaron
a formar parte de la nobleza imperial y se dictaron leyes para la ocupación de
tierras que no estuvieran ocupados por grupos autóctonos. Sin embargo, también hay
que decirlo, todo esto dio pie a que desde el virreinato los indígenas fueran
tratados como menores de edad, actitud que ha prevalecido hasta nuestros días. A
pesar de esto, el barón de Humboldt vio nativos que vivían bastante bien según que
lo relata en sus diarios en los que documentó su visita a la Nueva España.
Como todos sabemos, el
imperio de Iturbide no duró y el principio de la marginación de los indígenas tuvo
su origen con la república. Pero la legislación que sentó la base para la marginación
de los indígenas fue la Ley de Desamortización de los bienes del clero. Lo que
no se dice es que esta ley también ayudó a arrebatarles sus tierras a los
pueblos originales pues únicamente reconocía la propiedad privada de la tierra,
no reconocía la propiedad de organizaciones civiles, por lo que se afectó la posesión
comunal de las tierras indígenas. Esto motivó a algunos grupos de nativos a
tomar las armas en contra de los liberales y esto se acentuó durante la
Intervención Francesa y el Segundo Imperio. Tomás Mejía, cacique otomí de la
Sierra Gorda de Querétaro a tomar las armas a favor del imperio debido a que
Maximiliano reconoció la propiedad comunal de las tierras indígenas y abolió la
servidumbre por deuda. Esto resulta hasta irónico, pues Benito Juárez es un “héroe”
a pesar de haber sentado la marginación de los indígenas y Mejía es un “traidor”
por apoyar al que pudo reivindicar a los suyos y fue fusilado junto con Miguel
Miramón y el desdichado emperador. Es más al año siguiente del fusilamiento de
Maximiliano hubo una matanza terrible de yaquis en Sonora, perpetrada por el
ejército federal y por órdenes de Juárez, para arrebatarles sus tierras. Con esto,
durante la República Restaurada y el Porfiriato la hacienda creció a expensas
de las tierras comunales llevándolas al borde de la extinción. Por eso Emiliano
Zapata no podía ver a Juárez ni en pintura.
Después de la Revolución
las cosas no han mejorado para las comunidades indígenas ni un poco a pesar de
la Reforma Agraria. Aunque también tenemos que verlo: la repartición a diestra
y siniestra de tierras sin tomar en cuenta las leyes económicas hicieron que
Lázaro Cárdenas realizara el reparto agrario de manera demagógica con tal de
afianzar su poder y el de su partido. El resultado fue un empobrecimiento
masivo del sector rural, en especial de indígenas. Aunque creo que lo correcto
es decir que las condiciones de vida no mejoraron en lo más mínimo. Aunque también
hay que decirlo, en el fondo no hemos dejado de hacer lo mismo que Vasco de
Quiroga y Bartolomé de las Casas que es tratar a los indígenas como menores de
edad en un aparador. Ya en la actualidad hay pueblos indígenas que han podido
salir adelante con poca o ninguna intervención como Cherán en Michoacán. Además,
hay indígenas que han estudiado en la universidad, tanto en instituciones nacionales
como extranjeras, demostrando de este modo que necesitan menos proteccionismo y
más que les den las herramientas que necesitan para salir de la horrible condición
de pobreza en la que están. Sin embargo, no creo que esto ocurra en el corto
plazo, pues los indígenas son una importante clientela electoral además de que
muchos grupos y organizaciones no gubernamentales los usan como ejemplos para
sacar beneficios además de que a la mayoría de los mexicanos les parece un
grupo vulnerable y por eso debemos sobreprotegerlos sin saber que en realidad
les estamos haciendo un terrible daño.