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domingo, 16 de abril de 2017

La dinastía de los sonorenses

Creo que en la historia de nuestro país no ha habido grupo más corrupto, sanguinario y traicionero como el de los sonorenses. Los nombres más destacados de este grupo político fueron Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta, Benjamín Hill, Fortunato Maycotte, Manuel M. Diéguez y Rafael Buelna, la mayoría nacidos en Sonora, estado del noroeste de México cubierto casi en su totalidad por desierto. Todos ellos tuvieron un papel destacado en la Revolución Mexicana por su participación en el movimiento Constitucionalista, dirigido por Venustiano Carranza. La importancia de los sonorenses radica en que derrotaron a sus enemigos de manera sangrienta y dos de ellos fueron presidentes. Como la lista es bastante larga, solo me concentrare en Obregón y Calles.
Álvaro Obregón Salido nació en la Hacienda de Siquisiva, municipio de Navojoa, Sonora, el 19 de febrero de 1880. En el momento de su nacimiento, la Hacienda de Siquisiva en plena decadencia y estaban vendiéndola por partes. Desde muy joven fue bastante ingenioso ya que tenía facilidad para armar todo tipo de máquinas y tenía un talento innato para los negocios. Esto es debido principalmente a que tuvo que dejar los estudios debido a la precariedad económica de su familia. Con el tiempo se casa y logra hacerse de un pequeño capital y pudo comprar una finca a la que llamó “La Quinta Chilla”, aunque murieron su esposa y dos de sus hijos, pero nunca perdió el carácter cómico que tenía. Obregón no participó en la primera etapa de la revolución ni estuvo presente en la caída de Madero en 1913. Solo se subió al maderismo cuando triunfó y después confesaría su cobardía de por qué no involucrarse en esto. Sin embargo, se integró a la revolución durante la rebelión de Pascual Orozco contra Francisco I. Madero. Obregón desde el principio dio muestras de un talento militar innato, en especial con la guerra defensiva que utilizó más adelante contra Francisco Villa con el fin de derrotarlo. Obregón, al igual que Porfirio Díaz, era desobediente, y esto no impidió que tuviera éxito en batalla durante la rebelión contra Victoriano Huerta.
Entre sus oficiales más destacados estaba un antiguo profesor llamado Plutarco Elías Calles, nacido en 25 de septiembre de 1879 en el puerto de Guaymas, Sonora. A diferencia de Obregón, Calles era malo para los negocios y se había dedicado a la docencia durante mucho tiempo. También se había unido al maderismo desde sus inicios y también combatió a Pascual Orozco. Creo yo que la mayor victoria militar de Calles fue en Agua Prieta donde derrotó al mismísimo Francisco Villa. Pero a Calles lo dejaremos de lado de momento, todavía no terminó con Obregón. Con esta derrota, y las anteriores en Celaya y Hermosillo (esta última ante Diéguez) fue como el villismo fue reducido a una guerra de guerrillas. Esto además se logró gracias a la alianza de Obregón con la Casa del Obrero Mundial para formar los Batallones Rojos del Ejército Constitucionalista, con las que se aseguró la supremacía de las facciones revolucionarias contrarias a Carranza. Obregón también participó en la Convención de Aguascalientes, donde le propinó a Villa una derrota de tipo psicológica. Desde luego que su facción estuvo detrás de los artículos más radicales de la Constitución de 1917, que son el 27 y 123. Sin embargo, Carranza traicionó a Obregón y este se rebeló contra el Barón de Cuatro Ciénegas con el Plan de Agua Prieta de 1920. Esto llevó al Primer Jefe a huir con rumbo a Veracruz con todo su gabinete y archivo. Sin embargo, habían volado las vías y tuvieron que continuar a caballo. Yendo por la Sierra Norte de Puebla, llegaron al poblado de Tlaxcalantongo donde fue ultimado el Barón de Cuatro Ciénegas.

Aunque no puedo negar que la obra de Álvaro Obregón en materia económica y la labor educativa de José Vasconcelos, temo decir que el presidente dejó tras de sí una estela de muerte. En primer lugar yo pondría la misteriosa muerte del sobrino de Obregón, Benjamín Hill, que dicen las malas lenguas que fue envenenado por órdenes de su tío y sus compinches. También hay que ver que durante la rebelión Delahuertista en 1923-1924 Obregón y Calles fueron bastante sanguinarios con sus compañeros de lucha como Diéguez, Buelna y Maycotte a los que mataron de manera inmisericorde. Creo que también es necesario mencionar que Obregón y Calles también ordenaron el asesinato de Villa en 1923 por apoyar la candidatura presidencial de Adolfo de la Huerta. La Guerra Cristera creo yo que fue algo lamentable, en la suma de muertes de ambos bandos fue de 70,000 personas, la mayoría ocurridas en el Bajío y Occidente del país. Desde luego que después Calles se quitaría a Obregón de encima y utilizaría a León Toral como chivo expiatorio luego de su reelección en 1928. A partir de entonces y hasta 1936 gobernó el país por teléfono. Calles se dedicó a controlar a los presidentes para su provecho, empezando con el fraude electoral del que hicieron víctima a Vasconcelos en 1929. Renunció a Pascual Ortiz Rubio y dejo al raterazo de su paisano, Abelardo L. Rodríguez, como presidente. El único con la habilidad política suficiente como para minar el poder de Calles fue Lázaro Cárdenas que finalmente lo expulsó del país, pero en cambio la funesta herencia de los sonorenses prevaleció en el sistema corporativo que Cárdenas no solo dejó intacto sino que lo consolidó para los futuros mandatarios.       

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