Dejemos por un momento de lado las luchas por el poder a lo largo de
dos siglos de independencia para hablar de cultura. En esta ocasión quisiera
hablar acerca de los valses mexicanos, una parte de nuestra música que en la
actualidad es poco conocida. Para mi es bastante sorprendente que en las
fiestas de XV años de los mexicanos pongan “Sobre las olas” y la mayoría no
sepa que la pieza fue compuesta por un mexicano de nombre Juventino Rosas. Lo mismo
sucede con “Alejandra”, “Dios nunca muere” o “Club Verde”, y de hecho son más
apreciadas por el público extranjero que por los nacionales lo que me parece
muy triste al ser piezas musicales demasiado hermosas como para pasar
desapercibidas. Mientras tanto, aquí la gente se embrutece escuchando canciones
que alaban narcotraficantes, que denigran a la mujer y de alguna manera
denostan a la patria en el extranjero. Tengo que aclarar que esta música y el
baile son originarios de las zonas rurales de Austria, al igual que la polca y
la mazurca, aunque el vals y la polca penetraron, sobre todo la segunda en las
zonas rurales del país.
Como lo dije antes el vals (del alemán “waltzer”, girar) es originario
de las zonas rurales de Austria y existen registros desde la Edad Media. Fue hasta
el siglo XVIII cuando este baile comenzó a popularizarse en los países germánicos
y después en toda Europa. La moda del vals en el mundo comenzó con Johann
Strauss que hizo arreglos musicales para convertir al vals en una baile apto
para el entretenimiento de la corte del emperador de Austria. Así,
composiciones como “El Danubio azul”, “Vals de los cuentos de los bosques de
Viena” y el “Vals del Emperador” se convirtieron en el baile predilecto de las
clases altas en Occidente. Incluso otros compositores europeos como Chopin en
Polonia y Tchaikovski en Rusia compusieron piezas musicales de este tipo. Tchaikovski
incluyó valses en sus ballets más famosos como “El Cascanueces” (“Vals de las
flores” y “Vals de los copos de nieve”), en “La Bella Durmiente” y “El Lago de
los Cisnes”. En aquel entonces Francia era la medida de la cultura occidental y
fue fundamental en la popularización del vals en el mundo. La moda en aquel
entonces se dictaba desde París y permeo bastante en la cultura de muchos países,
incluyendo el nuestro. Ahora esta música es considerada clásica a pesar de sus orígenes.
La moda del vals en nuestro país tardó en cuajar, pues cuando inició
por allá de 1820 se consideraba un baile indecente al haber contacto directo
con la pareja. No fue sino hasta después de la derrota del Segundo Imperio que
el vals encontró popularidad entre la clase alta de nuestro país. Fue en esta época,
desde la República Restaurada y hasta el inicio de la Revolución que surgieron
los grandes compositores de valses mexicanos como Macedonio Alcalá con “Dios
nunca muere”; Juventino Rosas con el ya mencionado “Sobre las olas”, pero también
con “Carmen” y “Josefina”; Enrique Mora con “Alejandra”, que se lo dedicó a la
sobrina de Ignacio Ramírez; Rodolfo Campodónico y su “Club Verde”, y la lista
es realmente larga. En el Porfiriato este baile tuvo un auge, pues en ese tiempo
la gente adinerada tuvo un afrancesamiento progresivo que duró hasta el inicio
de la Revolución. Esto se puede ver en la arquitectura de muchos edificios de
bastantes ciudades del país, y en la capital no se diga. En ese tiempo los
valses estaban de moda en el viejo continente, y sobre todo en Francia, que
marcaba las modas, tales como al vestimenta, los cosméticos y la música. Era la
llamada “Belle Epoque”, el periodo de la historia que va desde 1871 hasta 1914,
es decir, termina con el estallido de la Primera Guerra Mundial.
¿Por qué no son parte del disfrute de las nuevas generaciones? Quizá porque
los valses que ya mencione fueron parte de las diversiones de la aristocracia
porfirista. No dudo que también tiene que ver mucho nuestro bajo nivel
educativo que la mayoría de la población ostenta. Para mí es bastante obvio el
proceso destructivo de la Revolución hacia los logros de don Porfirio y creo
que la parte cultural no es la excepción. En la época actual las personas
tienen un pésimo gusto para la música y eso hace que en otros países piensen
que somos un pueblo inculto. La verdad es que creo que razón no les hace falta,
pues a muchos mexicanos les encanta oír reguetón, narcocorridos y otras porquerías
por el estilo. De hecho, los valses no son la única música a la que se le hace
el feo en nuestro país, tampoco he visto a muchas personas escuchando “Huapango”
de Moncayo, “El caminante del Mayab”, “La negra noche” u otras piezas por el
estilo. Para mí es muy triste que estas piezas sean más apreciadas en Europa
que en el país de origen de estos compositores, que sí es cierto que esta música
no fue inventada en suelo mexicano, pero eso no la hace menos mexicana, pues
muchas de nuestras costumbres son europeas y heredadas de nuestros antepasados
conquistadores. Para mí es bastante triste que las cosas bellas creadas por
mexicanos no formen parte de nuestra cultura popular y lo que la forma es de pésimo
gusto y morboso. Entonces creo que para dar un poco de cultura en el blog, voy
a adjuntar los valses mexicanos más famosos interpretados por la Orquesta Filarmónica
de la Ciudad de México. Espero que los disfruten.
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