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viernes, 13 de abril de 2018

La inseguridad en México

Aunque muchos de ustedes pueden pensar que estoy hablando del México actual, no es el caso pues el objetivo es relatar hechos históricos. En esta ocasión me atañe el problema de la inseguridad en otros periodos de la historia pues considero que sus causas son muchas, pero la primera es el desinterés de las autoridades. Esto es algo bastante largo de contar pero sí puede señalar que los grandes periodos en los cuales la delincuencia estuvo desbocada: el periodo que va desde la declaración de la Independencia hasta el Porfiriato y la Revolución. Ambos periodos se caracterizaron por tener luchas por el poder (al igual que ahora, pero sin derramar tanta sangre como en aquellas épocas) y debido a la preocupación por golpes de Estado y gracias a que los gobiernos no podían ni siquiera defender su existencia mucho menos podían atender las necesidades de la población entre ellas la seguridad pública.
El primer periodo de inseguridad fuerte que vio el país fue desde la independencia hasta el Porfiriato y es el más largo hasta ahora (55 años). Este periodo se caracterizó por tener gobiernos bastante efímeros porque había golpes de estado prácticamente todos los días. Como los gobiernos no podían garantizar su existencia, mucho menos dar servicios de seguridad a la población. A esto hay que agregar el problema crónico del país prácticamente desde siempre: la falta de recursos. Con esto las bandas se salteadores de caminos pululaban en todo el país. El mejor registro de estos asaltantes lo hizo el escritor Manuel Payno en su novela “Los bandidos de Río Frío” donde se relata las andanzas de una banda de salteadores de caminos que asolaban el oriente del Estado de México, cerca del poblado de Río Frío en el municipio de Ixtapaluca, que se encuentra de camino a Puebla. Lo sí voy a destacar es que, al igual que hoy, la clase política estaba enfrascada en una lucha eterna por el poder y sus beneficios de modo que el país siempre estaba en la ruina por la incapacidad de formar un gobierno funcional. Al no haber autoridad, los maleantes llegaban a rancherías, haciendas y pueblos a hacer su santa voluntad del mismo modo que lo hacen los narcotraficantes hoy en día. Evidentemente, no hay algo nuevo bajo el sombrero.
La Reforma y el Porfiriato solucionaron este problema debido a la necesidad de paz para tener prosperidad económica. Benito Juárez hablaba de la inseguridad como un problema en su propuesta de reformas económicas. Para esto el abogado oaxaqueño creo el tristemente célebre cuerpo de Rurales que pudieron reestablecer la paz usando métodos muy cruentos. El más famoso de esas técnicas era la de ahorcar a los malotes en los árboles y dejarlos colgados y por supuesto que funcionaba. En las áreas urbanas se tomaba a los bandidos y se les llevaba al paredón incluso por robar un simple pan. En su momento estos métodos fueron apoyados por la población pues la delincuencia había llegado a cotas inaceptables durante el siglo XIX y de hecho fueron los cacos los que impidieron el desarrollo del país durante medio siglo. Nuevamente me encuentro que no hay algo nuevo bajo el sombrero. El crecimiento económico durante la larga estancia de don Porfirio en la silla presidencial era insuperable ya que trajo la Revolución Industrial y con la inseguridad que imperó más de la mitad del antepasado siglo no había sido posible. Lo que sí cabe señalar es que en aquellos años se utilizaron métodos bastante cruentos para resolver la inseguridad. Y otro detalle es que en ese entonces la clase política dejo de pelearse por el poder durante un largo tiempo.
La Revolución trajo consigo el regreso de los cuartelazos durante el periodo de 1910 hasta 1934 y por consiguiente los salteadores de caminos volvieron a las andadas. Pero no solo era eso, ahora los bandidos eran los miembros de los ejércitos contendientes, tanto revolucionarios como del gobierno, principalmente la División del Norte y los Constitucionalistas. El terror regresó al país y en muchas poblaciones tenían miedo tanto de las tropas oficiales como de las revolucionarias. Ambos ejércitos se llevaban alimentos, dinero, violaban mujeres, ahorcaban a los que intentaban resistirse a los despojos y muchos más abusos. Y solo con la llegada de otra dictadura, esta vez de corte partidista, pudo llegar la tan ansiada paz a México otra vez. Sin embargo, los métodos utilizados para lograrlo no fueron menos cruentos que los empleados por Porfirio Díaz pues el más utilizado por el régimen era la desaparición forzada para mantener la paz. Es algo para destacar que a finales del siglo XX y principios del XXI comenzaron nuevamente las luchas por el poder y el desinterés por los problemas nacionales se ha hecho patente. Es triste ver como nuestro país puede mostrar su potencial solamente cuando la política queda enterrada y las libertades conlleva se olvidan. En realidad esto es causa del caudillismo que cargamos desde hace mucho tiempo y que ha impedido la construcción de instituciones fuertes y por consiguiente el fracaso de un régimen y la consiguiente inseguridad pública que aqueja a la población.