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miércoles, 27 de septiembre de 2017

La conspiración de la Profesa

Uno de los episodios menos conocidos de nuestra historia fue la llamada conspiración de la Profesa que influyó mucho en la consumación de la independencia. Para los que no sepan, el evento se llama así por la Iglesia de la Profesa, ubicada en la esquina de Madero e Isabel la Católica en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y es en este templo donde se hicieron las reuniones. El objetivo de esta conspiración eran los términos en los que se realizaría la independencia de México con respecto a España. Entre los participantes estaban personajes como Agustín de Iturbide, el párroco de la Profesa de nombre Matías Monteagudo y María Ignacia “la Güera” Rodríguez. También estuvieron otros personajes destacados de la política de aquella época, militares y religiosos. En el contexto histórico estaba el rechazo al liberalismo que se había propagado por toda Europa con la Revolución Francesa y que era contraria a la doctrina católica en auge entonces en tierras novohispanas.
Primero hay que hablar de la Constitución de Cádiz de 1812 y que tenía un corte liberal clásico. Esta desde luego era adversa a la Iglesia Católica pues limitaba sus fueros de manera importante. Además de todo, aumentaba de forma importante la explotación hacia las colonias pues avalaba las Reformas Borbónicas decretadas desde el reinado de Carlos III y que no eran del agrado de los habitantes de las posesiones españolas en ultramar. En parte esto fue lo que motivó la independencia de la Nueva España y además de todo por los azotes que recibían los indígenas cuando no pagaban sus impuestos en tiempo y forma. Además, también tuvo mucho que ver la ocupación francesa en España dirigida por Napoleón Bonaparte a inicios del siglo XIX y que además causó bastante inestabilidad en Europa. Todo esto fue lo que motivó a los conspiradores de Querétaro a tomar acciones por las que están en los libros de historia. Sin embargo, temo decir que tanto el grupo de Querétaro como el de la Profesa cometieron el error de admirar a un idiota como el rey Fernando VII que durante su cautiverio en Francia se dedicó a besarle los pies a Napoleón e incluso el emperador francés encontraba desagradable la conducta del monarca español al grado de afirmar que de haber sabido como era lo habría dejado en el trono del país ibérico.
Creo que también hay que destacar algunos puntos de la historia militar de Iturbide porque hay cosas que a no todo el mundo le quedan claras. El entonces futuro emperador de México había combatido hasta ese momento a los insurgentes pero no por lo que ustedes se imaginan. En otra entrada ya había hablado de los crímenes cometidos durante la primera etapa del movimiento. En esa ocasión mencione que el cura Hidalgo alentaba los saqueos y las matanzas de españoles peninsulares sin mostrar el más mínimo rubor. Todo esto fue denunciado por Ignacio Allende en los juicios de Chihuahua en 1811. Además, el movimiento posterior no fue muy popular que digamos y en el momento en el que Vicente Guerrero tomó el mando este ya no representaba un peligro para el dominio español. Con estos antecedentes, el líder de la conspiración de la Profesa, el padre Monteagudo, deseaba traer a Fernando VII (?), sin embargo, este rechazó la oferta del trono de México junto con los otros Borbón. Y debido a esto se comenzó a pensar en Agustín de Iturbide como monarca de la futura nación independiente. Sin embargo, Monteagudo no quería al capitán en un puesto tan importante. Sin embargo, la Güera Rodríguez, entonces amante de Iturbide (era una mujer de cascos ligeros, por no decir algo peor), usó sus encantos para convencer al padre Monteagudo ya que lo arrinconó en el confesionario e hizo uso de sus encantos femeninos.

Lo que se definió en la conspiración de la Profesa fueron los términos de la emancipación con respecto a España. El primer punto ya lo dije, era convertir a México en una monarquía y traer a un Borbón para ser monarca, pero esto no pudo ser. El segundo punto importante fue el declarar la religión católica como la única tolerada en nuestra nación con lo que los fueros del clero quedaban asegurados. Todo lo anterior en parte, ya lo dije, con el objeto de que la Constitución de Cádiz de 1812, que era de corte liberal, no entrara en vigor en territorio de la Nueva España. El país no quería romper del todo con los ibéricos y de hecho quería seguir teniendo tratos con la Madre Patria. Sin embargo, no todo era gloria, pues once años de guerra habían devastado a la Nueva España considerablemente y no había dinero en caja. Aun así, Iturbide fue a hablar con Vicente Guerrero para darle legalidad al movimiento que este último encabezaba y proclamar el Plan de Iguala. Así pues, se negoció la independencia que finalmente fue firmada el 27 de septiembre de 1821. Sin embargo, la vida independiente de este país nunca ha sido fácil, pero en los primeros años de independencia fue particularmente complicada. Las intrigas de los que ambicionaban el poder no se hicieron esperar y sobre todo de los que querían instaurar la república (los masones más que nadie) y derrocar a Agustín de Iturbide. En parte esto fue gracias a las intrigas de Joel R. Poinsett que por cierto fue el que le dio la brillante idea a Santa Anna de declarar la república dando lugar a una apertura del infierno en nuestro país, pues la rebelión de Santa Anna abrió la puerta a una serie de golpes de Estado que duraron hasta bien entrado el siglo XIX. Además de todo, las divisiones entre los mexicanos datan de esa época y que ha sido nuestra maldición desde entonces. Y para terminar, el fusilamiento del padre de la patria, Iturbide, nos ha costado demasiado caro.  

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Miguel Miramón, Niño Héroe

Hay héroes de nuestra historia que han sido borrados por ser personas non gratas para los regímenes de la Reforma y la Revolución. Así, personajes como Porfirio Díaz, que fue el auténtico vencedor de los franceses, o al ya mencionado Miramón. Como ya lo he mencionado en diversas ocasiones, yo no soy fan de las ideas de los conservadores, grupo político al que pertenecía Miramón, pero las acciones de los liberales siempre fueron aún más reprobables en todo sentido. Miramón cometió el pecado de estar en el lado equivocado en dos de los episodios cruciales de nuestra historia (en este caso, la Reforma y la Intervención Francesa) en la que hubo reacomodos  que llevaron a una nueva elite al poder. Sin embargo, el régimen surgido con la Reforma y reafirmado con la Revolución, que en términos simples ha resultado desastroso, y de algún modo tienen que justificar este tipo de desastres así que tienen que poner a los vencidos como lo peor de lo peor, aunque hayan sido más patriotas y por haber tenido una mejor visión de estado sin ambición personal.
Miguel Gregorio de la Luz Atenógenes Miramón y Torelo nació en la Ciudad de México el 29 de septiembre de 1832. A la edad de 15 años ingresa en el Colegio Militar debido a una travesura. A los cuatro meses de entrar a dicha institución se libra la batalla del Castillo de Chapultepec entre el 12 y el 13 de septiembre de 1847. Incluso fue hecho prisionero por los norteamericanos, estando preso hasta febrero de 1848. Esto y la consiguiente pérdida de la mitad del territorio a manos de los norteamericanos quizá fue lo que hizo que se uniera al bando conservador en la década siguiente. Tal vez se dio cuenta se dio cuenta de las intrigas de los masones a favor de los invasores. Los liberales eran en general masones del rito Yorkino en su mayoría formados por las logias de Nueva Orleans (ciudad donde estuvieron exiliados Benito Juárez y Melchor Ocampo) y siempre fueron apoyados por los norteamericanos en los conflictos posteriores de 1846-1848. También estoy convencido de que en los ideales de Miramón influyó el hecho de que era un católico devoto, pues aun con sus defectos de Iglesia Católico mantenía cierta cohesión en la sociedad mexicana. No estoy muy seguro, pero especulo que estaba enterado de las intrigas de Joel R. Poinsett que se tradujeron en luchas intestinas por el poder y que también influyeron en sus ideas y el hecho de que este evento causo la defenestración de Iturbide del trono de México y tal vez por eso, fue que siempre estuvo del lado de la monarquía aunque también repudió la Intervención Francesa.
Diez años después, Miramón se adhiere al Plan de Tacubaya en contra de la constitución de 1857 que acababa con los fueros de la Iglesia. La ventaja que tenían los conservadores se debió en gran medida a las habilidades militares de Miramón. Estuvo a punto de vencer a los liberales pero estos últimos contaron con el apoyo de los norteamericanos. Otro punto que también tiene que ver con la derrota de los conservadores es lo acomodaticio de los oficiales que siempre se agruparon en torno a las fuerzas dominantes en todos los episodios de nuestra historia. El episodio sin duda está relacionado con la captura de los barcos con los que Miramón pretendía atacar Veracruz, el último bastión de los liberales. Las naves fueron capturadas por la marina de Estados Unidos argumentado que eran barcos piratas. a partir de entonces los conservadores empezaron a perder terreno ante los liberales. Los masones siempre han visto con buenos ojos a los norteamericanos y su forma de gobierno a pesar de que en nuestro país ha sido un verdadero desastre y las pruebas están a la vista. Después de este episodio, Miramón se fue del país y estuvo en Europa por espacio de un año antes de la invasión de los franceses. En ese tiempo se enteró de que había un grupo de mexicanos que andaban ofreciendo el trono de nuestro país a príncipes europeos. Aunque él era monarquista, no estuvo en un principio con la idea de que un extranjero gobernara México.

Creo que Miramón era una persona que veía los males de nuestro país, aunque estos tenían niveles según su criterio. Es evidente que consideraba a los liberales como el mayor mal de nuestro país pues a pesar de no estar del todo convencido con la Intervención ordenada por Napoleón III y del imperio de Maximiliano nunca defendió al gobierno de Juárez. Los conservadores y Maximiliano siempre estuvieron a favor de los derechos de los indígenas, pues reconocían la propiedad comunal que había sido desconocida con las Leyes de Reforma. Cuando finalmente Miramón accedió a colaborar con el gobierno Imperial, Maximiliano lo envío a estudiar artillería en Europa aun a sabiendas de que podía ser un elemento muy útil para la causa monárquica. Cuando Miramón regresó al país durante la agonía del imperio, fue uno de los colaboradores más destacados del emperador en Querétaro. Gracias a la traición del coronel Miguel López, que vendió al desdichado emperador y al coronel Tomás Mejía (un otomí que defendía la causa imperial en busca de la recuperación de las tierras arrebatadas a los suyos por las Leyes de Reforma) a las tropas de Mariano Escobedo. Se podrá acusar a Miguel Miramón de muchas cosas, pero no de traidor a la patria. No se pueden usar los criterios actuales con los del pasado, pues en aquel entonces era común ofrecer a príncipes extranjeros el trono de otro país. Los conservadores creían que solo la monarquía podía traer paz al país. Sin embargo, los liberales, que en general eran muy ambiciosos, necesitaban de algún modo frenar los intentos de instaurar la monarquía, consideraron que era necesario fusilar a Maximiliano y todo aquel que lo apoyara como Mejía y Miramón, aunque también era para que los liberales complacieran a los norteamericanos, una lindura sin lugar a dudas.