El crimen organizado, un
tema que nos parece muy nuevo, pero como muchas otras cosas, temo que no es
así. Pero en esta ocasión dedicare mi espacio a políticos verdaderamente
despreciables como Álvaro Obregón o Plutarco Elías Calles, unas verdaderas
fichas, por mencionar algunos ejemplos. Considero que es un tema interesante y
escabroso al mismo tiempo pero que en mi opinión puede darnos una idea de lo
sucedido en el país en nuestro tiempo. El siglo XX fue el siglo de magnicidio
sin duda, y algo parecido a una familia del crimen organizado fue el Partido
Revolucionario Institucional, según la interpretación de Enrique Krauze. Si leyeron
“La presidencia imperial” no tengo la menor duda de que saben de lo que estoy
hablando. El crimen organizado no es un tema que disfrute (si lo fuera, sin
duda hablaría del narco) pero para mí los verdaderos criminales de este país usaron
traje y corbata como ciertos políticos.
Hablando de criminales,
es conveniente hablar primero de los sonorenses, el grupo triunfador de la
Revolución. Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, los capos de este grupo
terminaron por matar a sus propios aliados y un magnicidio fue lo que los llevó
al poder en primer lugar. Los sonorenses tuvieron que liquidar a Venustiano
Carranza cuando decidió que en las elecciones de 1920 el candidato sería un
ingeniero llamado Ignacio Bonillas y no Obregón. Así comenzó una historia de
asesinatos. Después de Carranza, el siguiente objetivo fue Francisco Villa en
1923 solo porque decidió apoyar la candidatura de Adolfo de la Huerta y no la
de Calles. A esto hay que sumar el hecho de que fueron asesinados los antiguos
oficiales del ejército de Obregón como Rafael Buelna, Manuel Diéguez y
Fortunato Maycotte durante la Rebelión Delahuertista entre 1923 y 1924. Finalmente
llegó lo inevitable pues en 1928 fue electo nuevamente presidente Álvaro
Obregón y fue asesinado durante una comida en San Ángel por obra de Calles solo
para que este último pudiera subir al poder. El poder, lo que mueve los hilos
de los políticos en todo el mundo, pero en nuestro país es el deporte nacional
de la clase política.
La segunda parte de la dinastía
de los sonorenses fue llevada a cabo por Plutarco Elías Calles, “El Jefe Máximo
de la Revolución”. Y se llamó “El Maximato” el último periodo de nuestra
historia en que los destinos nacionales fueron decididos por una sola persona. Calles
era un hábil orador y tenía el don de la persuasión, que los utilizó para ser
el poder detrás del trono durante los mandatos de tres presidentes. Para lograrlo
se deshizo de Obregón e impuso a sus lacayos en la presidencia usando argucias
como el fraude electoral. Para controlar a las personas a las que imponía en el
poder se incluía en el gabinete y cuando sentía que las cosas se salían de su
huacal hacía renunciar a todos los secretarios de Estado. Pascual Ortiz Rubio
no aguantó la presión y termino por renunciar a la presidencia. Abelardo
Rodríguez, el sucesor de Ortiz Rubio, únicamente dejó que Calles tomara las
decisiones a cambio de poder gastar el dinero del presupuesto a manos llenas. Pero
nada dura para siempre y Lázaro Cárdenas, el sucesor de Rodríguez, no resistió
la presión pero en lugar de huir maniobró para hacer a un lado a Calles.
Cárdenas finalmente envió al exilio a Plutarco Elías Calles para finalmente
quedarse con todo el poder para el solo.
Desde luego que partir de
entonces se institucionalizo esta familia de gánsteres, que tenían como
principal premisa guardar sus secretos más oscuros bajo doble llave en el fondo
de un armario. Lázaro Cárdenas también ordenó la realización de un fraude
electoral para afianzar el poder de su partido durante sesenta años más, más lo
que se acumularon en la década previa hasta sumar 70. Los gobiernos que
destacan en este periodo son los de Miguel Alemán y el de Carlos Salinas de
Gortari. En la administración de Miguel Alemán (1946-1952) fue cuando el robo a
las arcas públicas se volvió cosa de todos los días. Es cierto que en aquellos
años hubo un crecimiento económico sin igual, pero también se hicieron grandes
fortunas al amparo del gobierno, incluso la de los Alemán. Pero el gobierno del
que actualmente se dice que fue bastante mafioso fue el de Carlos Salinas de
Gortari (1988-1994) debido a los desvíos de fondos de parte de su hermano Raúl
y los asesinatos que ocurrieron en la recta final de su administración y que se
le achacan. A Salinas se le achacan muchos de los males que acontecen en los
tiempos recientes, aunque no puede decir que tan ciertos o falsos son dichas
afirmaciones realmente. No dudo que el gobierno de Salinas fue corrupto, como
muchos lo fueron antes y después que él, incluso se dice que fue el peor
presidente de la historia, aunque opino que antes y después que él hubo otros
peores. En fin, los gobiernos mafiosos fueron bastante frecuentes, y parece que
así ser durante un largo tiempo.
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