Continuando con la revisión
de mis fuentes históricas, en esta ocasión toca el turno al alemán Friedrich
Katz. Resulta curioso que las obras más objetivas que hablan de nuestro pasado
hayan sido escritas por extranjeros, como el ya mencionado autor o el francés Jean
Meyer. Salvo por Enrique Krauze, la mayoría de los historiadores nacionales
hacen sus investigaciones y las cargan con influencias ideológicas o maquillan
la información para justificar el estado de las cosas. Es conveniente destacar
que la obra de Katz estuvo vetada durante mucho tiempo en nuestro país bajo el
argumente de cómo un extranjero iba a escribir sobre la historia de México,
aunque considero que el régimen de la revolución de ese modo podía justificar
el estado de las cosas, y por eso impidió la publicación de la obra para
ocultar ciertos eventos que no querían que salieran a la luz. Este libro no
estuvo presente en las librerías hasta años reciente, siendo la edición más
conocida, en mi opinión, la de la editorial española Era.
Como lo había mencionado
antes, el libro habla de las intrigas de los gobiernos de Estados Unidos,
Inglaterra, Alemania, Francia y, en menor medida, Japón. Las intrigas de diplomáticos,
empresarios y políticos de las naciones ya mencionadas estaban dirigidas más
que nada a obtener preponderancias en las actividades económicas en nuestro país.
El contexto histórico de la obra abarca desde el final del Porfiriato hasta el
asesinato de Carranza aquí en nuestro país, mientras que en Europa las
tensiones entre las potencias antes mencionadas estaban al rojo vivo con el
consiguiente estallido de la Primera Guerra Mundial. El estallido del conflicto
en el viejo continente aumentó las tensiones en México cuando los países beligerantes
intentaron aumentar su influencia en el gobierno apoyando a las diferentes
facciones en su lucha por el poder. Katz describe los acercamientos de los diplomáticos
de las grandes potencias con Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, Francisco
Villa, Venustiano Carranza y otros personajes. Uno de los puntos más
interesantes del libro tiene que ver con la conspiración del gobierno
norteamericano en la caída de Porfirio Díaz y la muerte de Madero con tal de
mantener el orden en el país. También se menciona cómo el embajador de Estados
Unidos, Henry Lane Wilson, maquinó todo para provocar la muerte de Madero y
obtener concesiones petroleras. Sin embargo, también reconozco algunas
imprecisiones, siendo la más importante a mi parecer el hecho de que se fuera
con la finta de que Francisco Villa era de Parral, Chihuahua, cuando en
realidad este caudillo era de un rancho en San Juan del Río, Durango.
La siguiente sección trata
del acerca del gobierno de Victoriano Huerta después de haber dado un golpe de
Estado contra Madero. Ese se centra en la falta de reconocimiento del gobierno
del Chacal por parte de las potencias que luego serían aliadas en la Primera
Guerra Mundial: Estados Unidos, Inglaterra y Francia; y las intrigas de
Alemania para obtener preponderancia económica en nuestro país sin reconocer a
Huerta de manera abierta. Además hay que tomar en cuenta que las tensiones
entre los países citados (menos Estados Unidos) en vísperas del estallido de
uno de los conflictos bélicos más importantes de la Historia Universal. De este
periodo considero que los incidentes más importantes fueron el del barco alemán
Ypiranga, cargado de armas para las tropas huertistas y la ocupación por parte
de los norteamericanos de Veracruz. En el terreno nacional se ven los diversos
apoyos de las potencias antes mencionadas a las facciones. También se explica
las relaciones fratricidas entre los líderes revolucionarios y cómo el gobierno
norteamericano para lograr sus fines con respecto a México.
La última parte del libro
comprende las intrigas a favor y en contra de Carranza durante y después de la
Primera Guerra Mundial de parte de Estados Unidos y Alemania, sobre todo. Katz
relata cómo los alemanes intentaron por todos los medios sabotear la industria
norteamericana, aunque estos intentos fueron bastante infructuosos debido a la
incompetencia de los servicios de inteligencia alemanes. Los siguientes
intentos de los alemanes por evitar la entrada de Estados Unidos en la guerra
era crear un conflicto armado entre este último y México. El mejor ejemplo de
esto fue el telegrama Zimmermann, interceptado por el servicio de inteligencia británico
y que finalmente sirvió de pretexto para la entrada de los norteamericanos en
la guerra en Europa. Carranza desde luego que no aceptó el plan por prudencia,
pues una intervención norteamericana habría puesto fin a su gobierno. Esto fue
especialmente evidente con el ataque de Villa al pueblo de Columbus, Nuevo
México en 1916 y que sirvió de pretexto para la Expedición Punitiva para buscar
al responsable. Algo que menciono Katz al final del libro es que Carranza tal
vez haya sido un consumado conservador pero también un gran patriota, ya que
pudo mantener la soberanía de nuestro país aun cuando el panorama era adverso y
logró utilizar los intereses de las potencias a su favor, lo que le sirvió para
mantenerse en el poder mucho más tiempo que Madero. Lo que quiso demostrar Katz
con esta obra fue el poderío de las grandes potencias en la Revolución Mexicana
y cómo esa capacidad influyó en la victoria de uno u otro bando, en especial la
de Estados Unidos y estoy convencido de que esa fue la principal causa del por
qué el gobierno mexicano impidió la venta de “La guerra secreta en México”
durante tantos años: por decir verdades incómodas.
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