Alguna vez el escritor
peruano Mario Vargas Llosa dijo que el sistema político mexicano encarnado por
el PRI es la dictadura perfecta. Al igual que a Friedrich Katz, esta crítica le
valió que sus obras no fueran publicadas en un buen tiempo en nuestro país ya
que dijo una verdad demasiado dolorosa para el régimen. En la entrada anterior
mencione los inicios del PRI como partido político mencionando las intenciones
de Plutarco Elías Calles y cómo otros personajes como Álvaro Obregón y Lázaro
Cárdenas contribuyeron con el partido. Los tres personajes a los que he
denominado los “tres padres del PRI” ya que cada uno de ellos contribuyó en
gran medida a construir los cimientos del partido político más odiado del país.
Estoy hablando además de un partido el cual ha sido un camaleón ideológico
desde su fundación, aunque ha tendido más a una mezcla incompatible en
apariencia de liberalismo con las ideas de Keynes. La dictadura del PRI en
realidad no distó de los métodos y las ideas en otros países de América Latina,
su única diferencia con otras dictaduras del continente es el cambio de
gobernante, nada más.
En el gobierno de Lázaro
Cárdenas se consolidan las estructuras corporativas tendientes a atar a la
sociedad al poder presidencial. Esto se logra mediante la incitación de
sindicatos a organizar huelgas con el fin de restarle influencia a Calles y con
el tiempo se convirtieron en el voto duro del partido. La Reforma Agraria se
realizó con el mismo fin ya que con la fundación de la Confederación Nacional
Campesina se ató a los campesinos al poder presidencial. A cambio de ese apoyo,
los presidentes dieron concesiones a los gremios afiliados al gobierno y al
partido oficial como privilegios a ciertos grupos de trabajadores y a sus
líderes la posibilidad de tomar puestos políticos y enriquecerse a costillas de
sus agremiados además de eternizarse en sus cargos. Todo esto se ha venido
prolongado hasta la actualidad, aunque el día de hoy han perdido importancia. Líderes
como estos fueron Fidel Velázquez (el más importante), Napoleón Gómez Sada,
Elba Esther Gordillo, Joaquín Hernández Galicia “la Quina”, Carlos Romero
Deschamps y otros tantos más. Los sindicatos y otras organizaciones populares
han sido de poco provecho para el país y menos para los trabajadores. Todos ellos
son en buena medida de los malos servicios que tenemos y del saqueo del que ha
sido víctima el país durante décadas. Y el objetivo primordial de las
organizaciones populares es mantener al PRI en el poder.
Como todas las
dictaduras, el adoctrinamiento de las masas es algo importante, y de aquí se
derivan algunos de nuestros problemas de educativos y de otra índole. Esto se
nota sobre todo en la defensa de mitos históricos que se usaron para justificar
el régimen como la demonización de Porfirio Díaz o la Expropiación Petrolera al
decirnos de ese modo que hubo en el pasado peores gobiernos. Es cierto que no
hay gobierno perfecto, pero esto ha llegado a niveles ridículos, para mí es
triste ver que los mitos históricos utilizados por el tricolor para justificar
su horrendo régimen son defendidos por personas que aparentemente han tenido
acceso a la cultura. El otro aspecto del adoctrinamiento tiene que ver con la
censura que el régimen hizo de la prensa para evitar que la gente se enterara
de ciertos eventos o la crítica hacia algunos personajes. Durante todo ese
tiempo el gobierno hizo malabares para callar a la prensa, desde la intimidación
de periodistas hasta el monopolizar la industria del papel para amedrentar a
los medios que eran adversos al régimen. Cuando de plano esto no funcionaba se
llegó a incurrir en el asesinato de periodistas. Creo que uno de esos eventos
en los que el gobierno le hizo la vida de cuadritos a los periodistas fue la
salida de Julio Scherer de periódico “Excélsior” en 1976. Claro que esto no
impidió a Scherer seguir despotricando contra el gobierno de Luis Echeverría ya
que después fundó la revista “Proceso”. Otro golpe similar pero menos conocido
fue la negativa de la Unión de Voceadores de vender el diario “Reforma” en
1993, ya que este periódico decía cosas incomodas para el presidente Carlos
Salinas de Gortari.
Para terminar creo que es
necesario hablar de los mecanismo usados por el partido tricolor para quedarse
con el poder durante tantos años. Sin duda todos están pensando todos en el
fraude electoral, pero también está el corporativismo del que ya hable y la represión
de movimientos sociales. Creo yo que los fraudes electorales más importantes
fueron los de 1940 y 1988 en los que aparecieron opositores capaces de poner en
aprietos al régimen. En ambos caso el fraude se cometió de forma escandalosa,
pero, al menos en el primero, el reclamo fue bastante pobre. El PRI siempre se
valió de grupos de choque, acarreos a mítines de sus candidatos, coacción del
voto, voto de los muertos y a cambiar las urnas para ganar siempre. Los grupos
de choque siempre han sido utilizados por el PRI cuando los resultados de la
democracia no iban por el “camino correcto”. En cuanto a la represión de
movimientos sociales creo que los más importantes fueron el de los
ferrocarrileros en 1958, el de los estudiantes en 1968 y el de los normalistas
en 1971. El primero de ellos tiene que ver con las condiciones laborales, el
segundo con una pelea en un partido de futbol con la entrada a la cárcel de
varios alumnos y el tercero por la democratización del país. Aunque no podría apoyar
los dos primeros, temo que no es el modo de resolver las cosas en cualquier
parte. Después se inició la llamada Guerra Sucia, consistente en la represión brutal
de las guerrillas que surgieron en la década de los ’70. De ningún modo voy a
justificar ninguna de ellas, pues algunas como la Liga 23 de Septiembre se
dedicaban al secuestro y a asaltar bancos y todas ellas buscaban el
derrocamiento del gobierno mediante un golpe de Estado. Pero en mi opinión el
gobierno también tuvo una actuación cuestionable pues en lugar de llevar a la cárcel
a los líderes guerrilleros los desaparecían o mataban. Como quiera que sea, el
PRI fue una dictadura con todas sus letras, lo preocupante hoy día es que hay
partidos que se esfuerzan en copiar todos sus vicios.
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