Si hay algo en lo que
nuestro país da pena ajena es nuestro sistema educativo, y temo decir que nunca
ha sido prioridad de los gobiernos desde la independencia. Aunque cabe recalcar
que este ha sido y, al menos en el corto plazo, seguirá siendo nuestro mayor
lastre. Mientras en otros países la inversión del estado en materia educativa
es impresionante tanto en recursos humanos como materiales y esto en muchos
casos ha convertido a naciones enteras en prosperas. Sin embargo, en México no
es el caso porque nunca podemos hacer proyectos a largo plazo y esto en buena
medida impide hacer planes educativos. Tenemos un montón de pretextos, siendo
el más conocido el de que somos una nación joven, aunque hay países que
obtuvieron su independencia un siglo después que nuestro país y tienen un mejor
nivel de vida. Es para mí evidente que la causa de nuestra fracaso está en
principio que no hemos podido crear siquiera un estado funcional que pueda
garantizar su existencia mucho menos ejercer sus funciones de manera adecuada.
Para empezar, en el
Virreinato la educación estaba a cargo de la Iglesia, desde los niveles básicos
hasta la universidad. En la Nueva España se fundaron instituciones de educación
superior desde antes que se hiciera lo mismo en las colonias inglesas en
Norteamérica. De ahí que José Vasconcelos dijera que en nuestro país había universidad
cuando en Harvard todavía pastaban los búfalos. Era cierto, pues la Real y
Pontificia Universidad de México fue fundada en 1551 mientras que Harvard en
1636. La mayor parte de la obra educativa del Virreinato estuvo encabezada por
la Compañía de Jesús, mejor conocida como los Jesuitas. Esta orden, surgida
durante la Contrarreforma y fundada por San Ignacio de Loyola realizó
importantes obras, sobre todo en materia educativa, a lo largo y ancho del
Imperio Español y fundaron la mayor parte de las universidades en el continente
americano. Gracias a esto, la Nueva España llegó a ser la colonia más rica y
prospera de España. Nuestro país llegó a ser un referente mundial durante el
siglo XVIII y las instituciones educativas de entonces tenían alumnos de todos
los lugares del globo. ¿Qué pasó entonces? Para empezar diré que el 98% de la población
de nuestro país era analfabeta y temo decir que en ese momento la nación (tal y
como sucede ahora) no estaba en condiciones de tener una república con régimen democrático
y el no comprender esto es nuestra perdición ahora y siempre.
¿Qué tienen que ver los
conflictos políticos con la educación? Mucho, pues el estado mexicano al no ser
funcional no puede dar los servicios que requiere la población y desde luego
que la educación es uno de los primeros que se vienen abajo. La inestabilidad política
impedía que los diferentes gobiernos duraran lo suficiente como para que se
ocuparan de las necesidades de la población. Con todo esto, ¿Cómo se quería tener
un buen nivel educativo? Además, cuando comenzaron las pugnas entre liberales y
conservadores, y los masones sobre todo, fueron los que empezaron a cerrar las
instituciones de educación superior fundadas durante el Virreinato y esto
generó sin duda un gran retraso en nuestro país en muchos sentidos. Esto fue
sin duda motivado por el hecho de que todas habían sido establecidas por la
iglesia y los masones por todos los medios estaban decididos a destruir la
influencia del clero a cualquier costo. Todo esto debe ser tomado en cuenta ya
que fueron estos grupos de albañiles cósmicos los que derribaron el Primer
Imperio e inauguraron el periodo de inestabilidad que duró gran parte del siglo
XIX. No dudo que sea cierto que durante el Virreinato la Iglesia no hiciera
bien su trabajo de educar a la población de manera adecuada. Además, la decisión
del rey de España Carlos III de expulsar a los Jesuitas de sus dominios no fue
acertada de ninguna manera. Pero los masones también engañaron a la población de
manera horrible y todavía padecemos las consecuencias.
En la época en la que la
educación sí fue una prioridad fue en el Porfiriato, aunque de manera tardía,
demasiada en mi opinión. La Universidad Nacional de México (la UNAM) fue
fundada en 1910 por impulso de Justo Sierra. En ese mismo año estalla la
Revolución y con esto se llevó a la destrucción de toda la obra de Porfirio
Díaz. Para no hacerles el cuento largo, y como muchos de ustedes saben, la
Constitución de 1917 incluye algunos derechos sociales, entre ellos la
educación en el artículo 3. En mi opinión lo único rescatable del régimen de la
Revolución es la obra educativa durante el gobierno de Álvaro Obregón de la
mano de José Vasconcelos. De ahí en más la educación durante el siglo XX y lo
que va del actual solo ha servido para justificar un régimen ineficiente y
corrupto tildando de corruptos o antipatriotas a los que se les opusieron. El régimen
de la Revolución dio demasiados privilegios a los maestros, se ocupó de dar
cobertura descuidando la calidad y diciendo mitos que ahora son tabúes que nos
impiden avanzar como nación y solo han generado atraso y corrupción. Gracias a
esto tenemos una cultura empresarial que deja mucho que desear, un sistema económico
poco dinámico, poca movilidad social, cultura pobre y de mal gusto y un
desarrollo científico y tecnológico paupérrimo. Tampoco estoy de acuerdo con
mejorar la educación solo para pasar la prueba PISA, pues solo es un indicador
para saber lo vergonzoso que es nuestro sistema educativo, pues un alumno que
no sabe resolver problemas matemáticos porque no sabe razonar o no comprende lo
que lee estará destinado al fracaso en la vida. Por lo tanto necesitamos un
cambio radical en materia educativa si es que queremos avanzar como nación.
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