En los libros de historia
oficial siempre se habla de los supuestos beneficios que han adquirido los
mexicanos gracias a la Revolución Mexicana. Me disculparan, pero yo tengo mis
reservas al respecto. Creo yo que para la gran mayoría de los mexicanos que se
siguen tragando lo cuento de que el movimiento armado de 1910-1920 ayudó a la
mayor parte de la población a salir adelante. Temo decir que la Revolución
Mexicana solo fue una serie de luchas por el poder que al final no llevaron a
los mejores líderes a la cúspide sino a una serie de bon vivants que se
dedicaron a satisfacer sus intereses personales. Yo sí puede entender que la
lucha de Francisco I. Madero era sincera, sin embargo, abrió la puerta al
infierno pues en este país desde siempre ha tenido problemas en la transmisión del
poder y prueba de ello son todas las rebeliones armadas y golpes de estado
hasta bien entrado en siglo XX y tal parece que se nos olvida, o de plano no
sabemos, todo lo que estoy planteando. Para legitimarse la elite ganadora de la
Revolución recurrió a varios mecanismos que describiré a continuación.
Creo que primero tengo
que hablar del asesinato para dar una dimensión real de las luchas por el poder
durante la Revolución. La mayoría de la gente no sabe que los caudillos se
mataron unos a otro por el poder, pero no para ayudar a la población para la
que Porfirio Díaz no tuvo ojos, sino para su beneficio personal. Huerta asesinó
a Madero, Carranza mató a Zapata, Obregón quitó de en medio al Primer Jefe,
Calles mató al Manco de Celaya y a Calles Lázaro Cárdenas lo envío al exilio. Entonces
tenemos una serie de traiciones para obtener el poder por el poder, algo que no
nos dijeron en la escuela para un régimen establecido con esas bases es
tendiente a la tiranía y claro que tenían que justificarlo demonizando a
Porfirio Díaz. Esto es algo que debemos tomar en cuenta, pues durante el siglo
XIX este tipo de luchas intestinas fueron la constante. La mayoría de los políticos
se han hecho ricos a nuestras costillas y dándonos atole con el dedo para poder
medrar a mansalva política y económicamente durante bastante tiempo. Durante la
Revolución y con el régimen surgido de ella únicamente se vieron políticos que
veían el poder como un patrimonio personal y cuando lo pierden dicen que no se
obtuvo por medios legítimos. Todo esto llega a cotas inimaginables en la época actual
y basta con ver a nuestro alrededor.
Digo que el régimen de la
Revolución fue destructivo porque únicamente acabó con los logros de Porfirio
Díaz y de ahí el mediocre desempeño económico en nuestro país. ¿Qué ha pasado
con los ferrocarriles, el petróleo, la industria, el campo y otros sectores? Muchos
están en agonía y, en el caso de los ferrocarriles, otro poco y desaparecen,
mientras que la nacionalización de los hidrocarburos ha hecho que tengamos que
importar casi la mitad de los combustibles que se consumen en el país. La reforma
agraria fue pura demagogia pues hizo del campo poco rentable al no dar certeza jurídica
sobre la tierra además de extensiones irrisorias, además se hizo con objetivos políticos
pero no económicos. Es cierto que el régimen porfirista no era perfecto, pero
sí perfectible. En el tiempo de Porfirio Díaz no había cabida para una agenda
de corte social, y esto era común en Francia, Inglaterra, Alemania y otros países
durante la “Belle Epoque”. Si Madero en lugar de satisfacer sus ansias de poder
hubiese propuesto hacer reformas sociales en lugar de iniciar una serie de
luchas fratricidas, otro gallo nos cantaría. No, en lugar de eso los gobiernos siguientes
se dedicaron a destruir la riqueza nacional y a saquear al país a manos llenas.
Y en un país donde la mitad de la población está en situación de pobreza deberíamos
replantearnos los supuestos beneficios de la Revolución, pues no se ha hecho
justicia no ha llevado a los mejores a los cargos públicos sino al contrario.
Otro aspecto que ha sido
parte del saqueo nacional y tiene contra las cuerdas la economía mexicana son
los sindicatos y otras organizaciones populares. Ellos han sido responsables de
la quiebra de empresas como Luz y Fuerza del Centro, Mexicana de Aviación,
PEMEX y otras tantas más. Con esto no quiero decir que estoy en contra de la
existencia de los sindicatos sino de los lineamientos que los rigen al día de
hoy. Algo de lo que también estoy convencido de que lo mismo es con las
centrales campesinas que tienen el mismo propósito de aglutinar al sector rural
al partido tricolor sin que estoy haya ayudado a este grupo a mejorar su situación.
Todas estas organizaciones populares son parte del saqueo del que ha sido
víctima nuestra nación durante el siglo pasado y en lo que va de este. Líderes como
Napoleón Gómez Sada, Fidel Velázquez, Elba Esther Gordillo y otros bribones han
convertido a sus gremios en botines monetarios y políticos. Ejemplo es que también
tenemos un sistema educativo mediocre al tratar a los profesores como una casta
privilegiada (al igual que otros trabajadores sindicalizados) gracias a la
compra, venta y herencia de plazas. Esto puede trasladarse fácilmente a otros
sindicatos pues estas prácticas son bastante comunes. También obtuvieron
prestaciones que a la larga quebraron a las empresas en las que los agremiados
trabajaban.
Con todo esto temo decir
que la Revolución y su régimen han traído más cosas malas que buenas al país pero
la gente no lo quiere reconocer. Los beneficiarios de la Revolución forman
parte de una elite privilegiada con todo y el resto de los mexicanos apenas
subsisten. Lo peor del caso es que los opositores a este régimen defienden aún
más los mitos creados por este que los militantes del PRI, por lo que en serio deberíamos
replantearnos lo que se considera como un dogma por la sociedad.
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