Buscar este blog

sábado, 30 de diciembre de 2017

Noticias del imperio

Esta es una de las novelas sobre un episodio en específico de nuestra historia: el Segundo Imperio Mexicano y tiene datos reveladores acerca del mismo. Su autor, Fernando del Paso, es un escritor mexicano que como muchos hizo una crítica subvencionada en contra del régimen priísta y así lo demostró en las novelas que escribió antes de “Noticias del imperio”. Cuando fue publicada bajo el sello de la editorial Diana en 1987 el régimen de la Revolución ya presentaba signos de deterioro bastante avanzados y por eso se empezaron a dar las dudas acerca de la legitimidad del mismo. En 2012, el Fondo de Cultura Económica sacó una nueva edición del libro por el 25 aniversario de su publicación. Sin embargo, hay que hablar de lo ocurrido en 1987, ya que en ese año causó un gran revuelo pues puso en entredicho las bases del Estado Mexicano moderno que se sentaron en 1867 tras la caída del Segundo Imperio y se reestructuraron con la Revolución en 1920. Aquí se pone a un Juárez timorato, acomplejado y a sus compañeros como poco patriotas mientras que los conservadores son todo lo contrario.
El libro tiene una estructura extraña pues alterna monólogos de Carlota en su locura y los episodios de la Intervención Francesa y el Imperio desde los ojos de los protagonistas. A ratos vemos pasajes de los diálogos de los republicanos y delos imperialistas y en el siguiente momento una descripción del panorama en México y en Europa. En los monólogos de Carlota en la locura habla de las personas que causaron su desgracia, de sus aliados, criados y sobre las cosas que hacía en sus delirios, etc. Estos capítulos tienen el nombre de “Castillo de Bouchout, 1927”, ubicados en el tiempo en la etapa final de la vida de la desdichada emperatriz en su reclusión en el lugar antes mencionado en Bélgica. En estos capítulos se da constancia del estado mental de Carlota desde que abandonó México en 1866. En otros capítulos se pueden encontrar diálogos de los emperadores con su profesor de español, las confidencias hechas por Maximiliano a su secretario Blasio, la correspondencia entre dos hermanos franceses, diálogos entre Juárez y su secretario, anécdotas de personajes que fueron testigos de algún evento importante y ensayos de ciertos sucesos de relevancia. Salvo por los monólogos de Carlota en su locura, parece que el libro fue escrito por diferentes personas como si fuera una colección de relatos que del Paso se encargó de compilar en un solo libro. A pesar de lo anterior y que puede resultar un tanto confuso todos los hechos están ordenados de manera cronológica.
Hay detalles poco conocidos por la mayoría de los mexicanos como la traición de parte de Miguel López al emperador Maximiliano durante el sitio de Querétaro. Este es un dato esclarecedor, porque aunque del Paso no confirma ni desmiente este hecho, se da a entender que las tropas republicanas jamás pudieron romper el sitio de Querétaro como lo cuentan en la historia oficial. Este es un punto que tratare en el siguiente párrafo, pues la legitimidad del estado mexicano moderno queda en el aire. Otro punto que también trata del Paso en su novela es el de Concepción Sedano, la “India bonita” que fue amante de Maximiliano durante las largas estancias del monarca en Cuernavaca. En aquel entonces los chismes de la época señalaban que el emperador había concebido un hijo con ella y que en parte esta fue la causa de que Carlota se fuera a Europa a tratar de “salvar” el tambaleante trono de su esposo. También se insinúa que Carlota tuvo amoríos con el comandante del cuerpo de voluntarios belgas encargados de su seguridad, Alfred van der Smisen y que luego tuvo un hijo con él y por eso fingió su locura. En ambos casos dejó la duda en el aire. Es importante también el ver cómo terminaron mal los que de algún modo u otro intervinieron en el engaño del que fueron víctimas tanto Maximiliano como Carlota: Bazaine, Napoleón III, Francisco de Habsburgo y familia, Almonte, Eugenia de Montijo, Miguel López y demás personajes que intervinieron de manera directa e indirecta en este drama, todo antes de 1927, año en que fallece Carlota.

Cuando Fernando del Paso da a conocer la novela “Noticias del imperio” en 1987 el país pasaba por un momento en el que el régimen revolucionario ya presentaba grietas de un deterioro notable. Del Paso ya había publicado en el pasado novelas en las que criticaba (de manera subvencionada” al PRI: “Palinuro de México” y “José Trigo2, que dejaban muy mal parados a los gobiernos priístas del pasado reciente hasta ese momento. Sin embargo, el libro del que estoy haciendo reseña se fue hasta el punto de cuestionar las bases del estado mexicano moderno que fueron establecidas con las Leyes de Reforma, la Constitución de 1857 y reafirmadas con la de 1917. Esto es importante porque en 1987 el PRI ya estaba en proceso de descomposición y en las elecciones presidenciales al año siguiente tuvieron que recurrir al fraude electoral para mantenerse en la amada silla. Para ese momento algunos de los intelectuales de renombre del país se empezaron a cuestionar la veracidad de las bases del régimen y de sus supuestos logros en materia económica y social. Recuerden que casi al mismo tiempo se publica “Biografía del poder” de Enrique Krauze en la que se hacen las mismas preguntas, pero no del modo tan vehemente como lo hace del Paso. En “Noticias del imperio” no duda en plantearle al lector que los liberales eran muy ambiciosos y estaban dispuestos a venderle el país a los norteamericanos y los conservadores era más patriotas. Ahora, a dos décadas de distancia empiezo a ver cierta revaloración de personajes que en el pasado se dedicaron a demonizar para justificar el estado de las cosas aunque fuera de mal en peor. Esto lo veo el día de hoy cuando el internet y las redes sociales son de uso generalizado. Pero este es un proceso que tiene por lo menos veinte años de existencia e inició con cuestionamientos al régimen gobernante.  

lunes, 18 de diciembre de 2017

Construyendo una dictadura partidista

Las dictaduras son algo que es aborrecible por todos los seres humanos por las restricciones a las libertades humanas más elementales. Este tipo de gobiernos se han documentado desde los albores de la humanidad ya que hubo civilizaciones antiguas que las padecieron. Con el auge de la democracia en Occidente se han hecho más claras las características de las dictaduras. En general creo que podemos clasificar a las dictaduras en dos grandes grupos: las personales y las partidistas. El primer grupo se caracteriza por ser dirigidas por una sola persona y ejemplos de dictadores de este tipo son Porfirio Díaz, Rafael Leónidas Trujillo y Benito Mussolini. En el segundo caso se caracterizan porque un partido político monopoliza el poder y ejemplos de esto son el nazismo alemán, el PRI de México y el Partido Comunista Soviético. Los dos grupos tienen en común una estructura vertical, mecanismos de adoctrinamiento y control de la población, censura y persecución de la oposición, etc. Lo único diferente es que en las dictaduras personales una sola persona dirige todo sin que cambie el líder y en la partidista el jefe de estado es cambiado cada cierto tiempo.
En México hemos padecido de los dos tipos, pero ahora me concentraré en desentrañar la dictadura más importante del país: el PRI. Para poder dimensionarla debemos entender la cadena de matanzas que fue la Revolución Mexicana y que sirvieron como base para el partido. Hasta 1928 la transmisión del poder no fue pacífica ya que los presidentes habían cometido asesinatos y golpes de estado para acceder a la amada silla. El último asesinato antes de que Plutarco Elías Calles fundara el Partido Nacional Revolucionario fue el de Álvaro Obregón en 1928 después de reelegirse. Y con el objetivo de terminar con los levantamientos y asesinatos Calles aglutinó a todos los oficiales revolucionarios en un solo partido y de ese modo repartirse el pastel. Sin embargo, Calles tenía un motivo oculto que era imponer a un lacayo en la presidencia que hiciera lo que él quería. Es decir, comenzó como una dictadura personal pero se volvió partidista porque Calles quería manejar todos los hilos de la política nacional sin tomar en consideración que llegó a hartar a uno de sus principales lacayos: Lázaro Cárdenas. Cárdenas es el fundador el sistema político presidencialista que caracterizó al régimen priista a partir de entonces. Para lograrlo, tuvo que expulsar a Calles del país para quedarse con el control de todo. En realidad esto fue un golpe de estado cometido para desplazar a un tirano del poder pero esto no significa que el país haya caminado por la senda de la democracia.
Ahora bien, también deberíamos ver el cómo el régimen hizo para atar a la sociedad a la estructura partidista para evitar protestas. Esta es la parte medular y la más importante porque explica en buena medida el por qué el PRI se hizo poderoso y se quedó en el poder durante tanto tiempo. Esto lo hizo creando grupos políticos dentro de partido y mediante la coacción a grupos poblacionales con propuestas demagógicas a cambio de apoyo electoral. Los inicios de esta horrenda práctica se encuentran en el constitucionalismo cuando, en 1914, Álvaro Obregón hizo un pacto con la Casa del Obrero Mundial para crear los llamados “Batallones Rojos” del ejército constitucionalista, aunque esto no fue bien visto por el Primer Jefe. Cuando Obregón llega a la presidencia hace concesiones a favor de los líderes de los trabajadores y se fundan los primeros sindicatos y la Confederación Revolucionaria Obrera de México, el primer secretario del trabajo y una cláusula de exclusión. Cuando Lázaro Cárdenas llega al poder fomenta huelgas para ganar poder y lanzar a Calles del país y consolidarse. A esto hay que agregar la Reforma Agraria que fue hecha para ganarse el sector rural con el objetivo de usarlos electoralmente. La demagogia fue algo presente en ambos procesos de incorporación a la estructura del partido siendo en el primer caso prestaciones imposibles de cumplir y en el segundo créditos, precios de garantía y un pedazo de tierra para cultivar. Pero, como muchas personas saben, esto fue un duro golpe para la economía con efecto retardado, pues se hipotecó el futuro, destruyó buena parte de la actividad económica y con el tiempo empobreció a la gente.

Los resultados son ambivalentes porque por un lado hubo crecimiento económico y promoción de salud y educación y por el otro cuando el partido empezó a mostrar signos de deterioro se usó al demagogia para que la gente confiara. Los únicos gobiernos del régimen de la Revolución que tienen algo rescatable son Manuel Ávila Camacho, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz (le pese a quien le pese). Los que pueden ser considerados como ostracibles son Miguel Alemán, Lázaro Cárdenas, Luis Echeverría, José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari. A Gustavo Díaz Ordaz lo pongo en los buenos porque en lo económico y lo social hizo mucho, pero su carácter era intransigente y no soportaba que lo contradijeran y eso fue la perdición de los estudiantes de Tlatelolco. A partir de entonces, y como ya lo ha descrito Enrique Krauze en “La presidencia imperial” la gente empezó a desconfiar del régimen. Para tratar de solventar esto, Echeverría emprendió políticas demagógicas de corte socialistoide para apaciguar a la población. Sin embargo, sus políticos llevaron al país a la peor crisis económica de su historia y sus efectos se sienten hasta la actualidad. Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo corrigieron el rumbo a medias porque transformaron el país de un capitalismo de estado a un capitalismo de cuates y en ambos hubo Keynes hasta en la sopa. “La dictadura perfecta”, como la bautizó Vargas Llosa, se valió de cualquier recurso que tuvo a la mano para hacerle creer al país lo que no era y todavía se siente los efectos que se notan en la añoranza que tienen por el régimen algunas personas que paradójicamente dicen odiarlo pero al desconocer el pasado esto puede convertirse en un desastre.    

jueves, 14 de diciembre de 2017

Los tapados

La mayoría de la gente se imagina cuando le hablan de una dictadura a un señor que gobierna su país con puño de hierro y tiene a su nación aterrorizado y esto es parcialmente cierto. Pocas personas se imaginan una dictadura partidista como la que sufrió Rusia casi todo el siglo pasado o nuestro país casi en el mismo periodo. Las dictaduras partidistas se distinguen de las personales en que cada cierto periodo se cambia a los dirigentes nacionales pero se mantienen en esencia las prácticas e ideología del partido político en el poder. Mientras en Rusia se fundaba el Partido Comunista, en México se fundaba el Partido Nacional Revolucionario. Ambos tienen un origen en común: una “revolución social” producto de un “mal gobierno”, aunque en ambos casos los partidos políticos mencionados se pervirtieron al incluir en sus prácticas las acciones de los regímenes a los que se habían opuesto durante la lucha armada que llevó a sus líderes al poder.
Para dimensionar el problema que expuse en el párrafo anterior tenemos que entender que después de la caída de Porfirio Díaz la transmisión del poder no fue pacífica. A Madero lo mataron, Victoriano Huerta fue derribado por un ejército, a Venustiano Carranza lo mataron también, a Calles lo impuso Obregón después de sofocar una rebelión de sus antiguos oficiales, a Obregón para variar lo mataron por órdenes de Calles. En ese Calles se dio cuenta de que esto no podía seguir y decide fundar un partido político para evitar que los generales revolucionarios se siguieran matando por el poder. Pero también tenía un propósito oculto: seguir mandando en el país sin violar la no reelección (que sí había violado Obregón) al imponer a sus lacayos que le fueran fieles. De ese modo pudo imponer a Pascual Ortiz Rubio en la presidencia, aunque no aguantó la presión de vivirá a la sombre del Jefe Máximo. Sin embargo, y como ya lo he explicado antes, Cárdenas le salió respondón a Calles y lo puso de patitas fuera del país y se hizo con el poder. Sin embargo, el país definitivamente no transitó por el camino de la democracia, pues se consolidó el destape como una práctica común del sistema político mexicano y de ese modo el partido de Cárdenas se consolidó en el poder por seis décadas más.
El término “tapado fue popularizado en los años 50 por el caricaturista del diario Excélsior Abel Quezada que hizo una caricatura de los posibles candidatos presidenciales con la cabeza cubierta con una manta. Esto era porque un año antes de las elecciones presidenciales no se sabía quién iba a ser el candidato del PRI hasta que el presidente señalara a alguien con su dedo mágico. A partir de entonces y hasta que el tricolor perdió la presidencia en 2000 el termino fue popular entre la población en general. Un chiste recurrente de esa época era que cuando un extranjero presumía del sistema democrático del país al decir: “nosotros sabemos cómo se llama el presidente el día de las elecciones”, a lo que un mexicano respondía: “eso no es nada, acá en México sabemos quién va a ser el presidente desde un año antes de las elecciones”. Aunque esta práctica sí se intentó desterrar del sistema político mexicano por un priísta: Carlos Madrazo. En los años 60 Madrazo luchó porque fueran los militantes del PRI los que eligieran al candidato presidencial de manera democrática y que dejara de hacerlo el presidente de la república. Sin embargo, Carlos Madrazo murió en un accidente aéreo que se dice que fue provocado. Cabe mencionar que en los tiempos de Madrazo cuestionar al presidente era peor que abofetearlo o hacer una cerrilla, pues el régimen del PRI siembre se a caracterizado por ser vertical, opaco y cerrado a todo razonamiento ajeno. Por eso Mario Vargas Llosa dijo que el PRI y su régimen político son la “Dictadura Perfecta.

Y como lo dije en la entrada anterior, los resultados de que el presidente eligiera a su sucesor de manera tan vertical en la práctica son ambivalentes. Algunos sucesores que tuvieron gobiernos más o menos buenos fueron Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Manuel Ávila Camacho. Sin embargo, también hubo malos: Miguel Alemán, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Aunque si analizamos ambas listas con detenimiento nos encontramos con que la mayoría de los presidentes que llegaron al cargo por dedazo tuvieron una actuación cuestionable y hasta desastrosa. Entonces, contrario a lo que muchos puedan pensar, el presidencialismo no es un buen sistema de gobierno porque es muy fácil que el jefe de estado abuse de su poder. Es de esto de donde derivan la mayoría de los vicios del tricolor: simulación, persecución de los disidentes, limitación de la libertad de expresión, demagogia, clientelismo y otras cosas por el estilo. El presidencialismo fue en realidad la más burda simulación de democracia en la historia nacional y es reconocido este detalle en toda Latinoamérica. La falta de memoria histórica hace que la mayoría de la gente en la actualidad no vea los efectos de esto y es un detalle preocupante porque la mayoría de los tapados son repudiados. Aunque en realidad esto es una demostración del adoctrinamiento del régimen que alaban pero afirman odiar. Aunque también hay que decir que hemos avanzado mucho: el rey de España era el que elegía al virrey y en el siglo pasado al futuro presidente son exactamente iguales y con igual margen de error. ¿No dijo Ignacio Ramírez que estábamos mejor cuando estábamos peor? Ahora pienso que esa frase también puede tener una aceptación ambivalente, dependiendo del contexto histórico.      

jueves, 7 de diciembre de 2017

La política del dedazo

La “Dictadura Perfecta”, según el escritor peruano Mario Vargas Llosa, es el régimen que dirigió el PRI durante la mayor parte del siglo XX. Este término es usado a la hora de criticar al tricolor, pero estoy convencido de que la mayoría no sabe que significa. Vargas Llosa nombró así a este régimen porque era una dictadura partidista en la que se cambiaban cada seis años de presidente, disfraz de democracia, mientras pisoteaba los derechos políticos mexicanos al estilo de otras dictaduras en el continente y se mantenía un adoctrinamiento de la población para preservar el régimen. Además, y al igual que otras dictaduras, se sostuvieron creando estructuras para atar a la sociedad a la estructura del partido oficial ofreciéndoles demagógicamente diversos beneficios a cambio de su apoyo en los procesos electorales y el palo en caso de que se salieran del huacal (pregúntenle a Elba Esther Gordillo y a La Quina). Y por último está el dedazo en el que el presidente de la república elegía a su sucesor sin tomar en cuenta la opinión de su partido, solo valía su criterio y por eso todo el gabinete se ponía lambiscón el último año de gobierno. Esto ocurrió, aparentemente, desde 1929 hasta 1994, y de hecho el último tapado murió asesinado.
Pese a lo anterior, el primer tapado no fue un priista, es más, fue muchos años antes de que se fundara tan tristemente célebre instituto político. Fue más de 50 años para ser más precisos y durante la última dictadura personal del país: el Porfiriato. Era el año de 1880 y el general Porfirio Díaz necesitaba quien le guardara el cargo. Esto era porque cuando se levantó en armas contra Sebastián Lerdo de Tejada con el plan de Tuxtepec debido a que este último se quería reelegir y eternizarse en la amada silla. Antes de eso, en 1871, don Porfirio se levantó en armas contra Juárez porque también se negaba a abandonar la amada silla. En ambos casos el lema de su rebelión fue, irónicamente, el mismo que usó Madero décadas después: Sufragio efectivo, no reelección. Entonces en 1880 postuló a su compadre, el general manco Manuel González, para que le guardara la amada silla para dar la apariencia de que iba a respetar su promesa de no reelegirse. Don Porfirio era un hombre honrado, pero su compadre tenía las uñas largas pues se enriqueció a manos llenas mientras fue presidente. En 1884 se volvió a postular don Porfirio y ahora sí no dejo que nadie se sentara en la silla durante 36 años. Es decir, su lema completo era: Sufragio efectivo, no reelección… inmediata.
Sin embargo, este no fue el dedazo más famosos de la historia del país, pues pasada una década de la muerte de don Porfirio se hizo una práctica común. El primer intento fue el de Carranza de imponer a Ignacio Bonillas en lugar de a Álvaro Obregón y eso finalmente lo llevó a la muerte. Sin embargo, Obregón hizo lo mismo en 1924 al imponer la candidatura a la presidencia de Plutarco Elías Calles y para hacerla efectiva no dudo en matar a los oficiales de su antiguo ejército que tantas veces le salvaron la vida: Manuel M. Diéguez, Fortunato Maycotte y Rafael Buelna; a su antiguo aliado, Adolfo de la Huerta, lo mandó al exilio. Cuatro años después, Obregón era asesinado en San Ángel por los diputados de Guanajuato porque osó reelegirse y se cometería al año siguiente el primer fraude electoral posterior a la Revolución. Para esto, Calles impuso a Pascual Ortiz Rubio como candidato del PNR, partido fundado por Calles y para Calles, y logró ganarle a José Vasconcelos de una manera fraudulenta. Sin embargo, para la desgracia de Calles, su último dedazo, Lázaro Cárdenas, le salió contraproducente, pues su lacayo terminó por lanzarlo del país en pijama. Sin embargo, y al contrario de lo que muchos pudieran creer, esto no significó nada para la democracia mexicana sino por el contrario. Para la elección de 1940, Lázaro Cárdenas impuso como candidato al general Manuel Ávila Camacho y se cometió uno de los fraudes electorales más escandalosos de la historia.

Cuando finalmente se consolidó el PRI como una dictadura partidista se hicieron parte de la clase político buena parte de los vicios que conocemos hoy. Y sí, uno de esos vicios fue que el presidente designaba como su sucesor a uno de los miembros de su gabinete. Era común que el último año de gobierno los Secretarios de Estado se pusieran lambiscones con el presidente para que los designara como su sucesor para ocupar la amada silla. Esta fue la norma hasta 1993, ya que el último dedazo fue de Carlos Salinas de Gortari para designar a Luis Donaldo Colosio y todos sabemos cómo termino esa historia. Los dedazos fueron un modo para obtener impunidad de los delitos cometidos en las diferentes administraciones y siempre vieron el gobierno como un patrimonio de su partido. De ahí es donde Enrique Krauze hace su alegoría de los revolucionarios como una familia que se turna las llaves de un ropero en el que se guardan los secretos más sucios de la familia bajo doble llave. Con todo esto es evidente el grado de corrupción del régimen y que haya sido una dictadura bastante longeva que supero a muchas en América Latina. El dedazo no nada más se extendía al candidato presidencial sino que abarcaba gobernadores, presidentes municipales y legisladores. De ese modo fue como también se obtuvo el control de todo el aparato gubernamental que no se dudó en usar para silenciar a los opositores en muchas ocasiones, ya sea intimidándolos, encarcelándolos e incluso matándolos. El dedazo es algo muy vergonzoso en nuestra historia pues ayudó a preservar un régimen del que se sirvieron los políticos para su beneficio personal y de sus grupos en detrimento del bienestar nacional. Es muy importante conocer estos detalles en los turbulentos tiempos actuales.           

martes, 5 de diciembre de 2017

202 años de la muerte de Morelos

El 22 de diciembre de 1815 muere fusilado el cura José María Morelos y Pavón en el poblado de San Cristóbal Ecatepec por alta traición a la corona española. Morelos es uno de los personajes más importantes de la Guerra de Independencia pues fue el continuador de la lucha iniciada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla en el año 1810. Arriero, sacerdote, militar con talento innato, Morelos era uno de los personajes más completos y le dio a nuestro país el primer proyecto de nación al redactar documentos de suma importancia en el que destacan la Constitución de Apatzingán de 1814 y los “Sentimientos de la Nación” que eran todo un programa político a seguir en el momento que la Nueva España iniciara su vida independiente. Es de hecho el primer personaje en pensar en la independencia de México, pero no se le reconoce oficialmente debido a que su hijo, Juan Nepomuceno Almonte fue un importante partidario del bando conservador en la Guerra de Reforma, ofrecer la corona mexicana a Maximiliano y ser partidario del Segundo Imperio Mexicano ya que los nada liberales hicieron tabú proponer la monarquía como forma de gobierno en México.
José María Morelos y Pavón nació en Valladolid (hoy Morelia) en el actual estado de Michoacán el 30 de septiembre de 1765. En sus primeros años Morelos estudió en la escuela de su abuelo y después en el Colegio de San Nicolás. En 1789 ingresa en el seminario de Valladolid del que se gradúa en 1795. Sin embargo, el sacerdocio no fue el único oficio que desempeñó. El más importante de ellos fue el de arriero, es decir, in transportista de carga. Gracias a este obtuvo un amplio conocimiento acerca de los caminos que después usaría en sus campañas militares en la Guerra de Independencia. Se involucró en la lucha del padre Hidalgo porque este era el director del Colegio de San Nicolás y le admitió a pesar de que las leyes de entonces no permitían que un mulato como Morelos tuviera acceso a la educación. Morelos entró a dicha institución educativa presentando un certificado de casta a todas luces falso (él era moreno) que fue identificada como tal por el padre Hidalgo pero se hizo de la vista gorda. Años después se hizo con el curato del pueblo de Carácuaro en Michoacán donde tenía mala fama entre los feligreses debido a que era especialmente estricto con ellos. A pesar de lo anterior hay que señalar que durante su estancia en Carácuaro ayudó a construir una capilla que hasta la fecha sigue de pie en dicha población del Bajío.
Como muchos sabrán, Morelos se une al movimiento del cura Hidalgo en octubre de 1810 y a la muerte de los primeros caudillos en 1811 quedó al mando de las tropas insurgentes. A partir de entonces empezó a demostrar un talento innato para la guerra sin haber tenido una educación militar formal. Se dice que el talento militar innato de Morelos se hizo famoso incluso al otro lado del Atlántico que incluso Napoleón Bonaparte llegó a decir que “le dieran dos Morelos y conquistaría el mundo”, aunque es posible que lo último sea una exageración. Lo que sí se puede asegurar es que Morelos puso de cabeza a más de un oficial del ejército realista siendo Félix María Calleja el más conocido de estos. Calleja persiguió a Morelos por todo el centro y sur del país sin poderlo atrapar. Morelos de dio a Calleja varias derrotas en Oaxaca, Izúcar de Matamoros (así se llama actualmente) y Acapulco. La batalla más famosa en la que participaron Morelos y sus oficiales fue la del Sitio de Cuautla del 19 de febrero al 2 de mayo de 1815. En dicha ciudad los insurgentes fueron sitiados por los realistas por casi tres meses. Los resultados del sitio aún son cuestionados debido a que los insurgentes rompieron el sitio huyendo de las tropas de Calleja para intentar tomar Acapulco. Sin embargo, en el camino es capturado Leonardo Bravo que fue conducido a la Ciudadela y fue muerto a palos en la calle de Bucareli, en la Ciudad de México. Acto seguido, Morelos le ordena al hijo de Leonardo Bravo, Nicolás, fusilar a todos los realistas que tenían prisioneros, sin embargo, desobedeció la orden y los liberó.

La faceta más conocida de Morelos es la de intelectual por haber sido presidente del primer congreso constituyente de nuestro país y por el texto “Sentimiento de la Nación” en los que se hacían los primeros esbozos del Estado mexicano. El artículo más famoso de “Sentimientos de la Nación” es el 15 que dice: “Que se proscriba la esclavitud para siempre y lo mismo la distinción de castas, quedando iguales y sólo distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud” (se puede leer en el billete de $50 pesos). Este documento fue publicado el 21 de noviembre de 1813. En él se plasmaron los principales reclamos de los insurgentes negados por las reformas borbónicas: acceso a los altos puestos públicos, abolición de la esclavitud y del sistema de castas, impuestos justos y algunos derechos para los americanos. El texto está inspirado en los principales escritos acerca de los derechos del hombre como los de Rousseau y Kant de los que Morelos era aficionado. El documento más importante fue la Constitución de Apatzingán, llamada así por haber sido promulgada en el poblado del mismo nombre en el actual estado de Michoacán, el 22 de octubre de 1814. En esta se establecía de manera más formal lo declarado en “Sentimientos de la Nación”. Sin embargo, por sus responsabilidades con el Congreso de Chilpancingo hicieron que Morelos descuidara el lado militar de su campaña. De hecho, fue capturado mientras ayudaba al Congreso de Chilpancingo a huir de las tropas realistas del entonces virrey Calleja. Esto ocurrió el 5 de noviembre de 1815, en Temazcala, Guerrero, durante la marcha del Congreso a Tehuacán. Morelos fue juzgado por alta traición a la corona y condenado a ser fusilado. La sentencia se llevó a cabo el 22 de diciembre de 1815 en San Cristóbal Ecatepec, actual Estado de México. Con su muerte se cierra la segunda etapa del movimiento de Independencia que finalmente sería consumada el 27 de septiembre de 1821.