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jueves, 14 de diciembre de 2017

Los tapados

La mayoría de la gente se imagina cuando le hablan de una dictadura a un señor que gobierna su país con puño de hierro y tiene a su nación aterrorizado y esto es parcialmente cierto. Pocas personas se imaginan una dictadura partidista como la que sufrió Rusia casi todo el siglo pasado o nuestro país casi en el mismo periodo. Las dictaduras partidistas se distinguen de las personales en que cada cierto periodo se cambia a los dirigentes nacionales pero se mantienen en esencia las prácticas e ideología del partido político en el poder. Mientras en Rusia se fundaba el Partido Comunista, en México se fundaba el Partido Nacional Revolucionario. Ambos tienen un origen en común: una “revolución social” producto de un “mal gobierno”, aunque en ambos casos los partidos políticos mencionados se pervirtieron al incluir en sus prácticas las acciones de los regímenes a los que se habían opuesto durante la lucha armada que llevó a sus líderes al poder.
Para dimensionar el problema que expuse en el párrafo anterior tenemos que entender que después de la caída de Porfirio Díaz la transmisión del poder no fue pacífica. A Madero lo mataron, Victoriano Huerta fue derribado por un ejército, a Venustiano Carranza lo mataron también, a Calles lo impuso Obregón después de sofocar una rebelión de sus antiguos oficiales, a Obregón para variar lo mataron por órdenes de Calles. En ese Calles se dio cuenta de que esto no podía seguir y decide fundar un partido político para evitar que los generales revolucionarios se siguieran matando por el poder. Pero también tenía un propósito oculto: seguir mandando en el país sin violar la no reelección (que sí había violado Obregón) al imponer a sus lacayos que le fueran fieles. De ese modo pudo imponer a Pascual Ortiz Rubio en la presidencia, aunque no aguantó la presión de vivirá a la sombre del Jefe Máximo. Sin embargo, y como ya lo he explicado antes, Cárdenas le salió respondón a Calles y lo puso de patitas fuera del país y se hizo con el poder. Sin embargo, el país definitivamente no transitó por el camino de la democracia, pues se consolidó el destape como una práctica común del sistema político mexicano y de ese modo el partido de Cárdenas se consolidó en el poder por seis décadas más.
El término “tapado fue popularizado en los años 50 por el caricaturista del diario Excélsior Abel Quezada que hizo una caricatura de los posibles candidatos presidenciales con la cabeza cubierta con una manta. Esto era porque un año antes de las elecciones presidenciales no se sabía quién iba a ser el candidato del PRI hasta que el presidente señalara a alguien con su dedo mágico. A partir de entonces y hasta que el tricolor perdió la presidencia en 2000 el termino fue popular entre la población en general. Un chiste recurrente de esa época era que cuando un extranjero presumía del sistema democrático del país al decir: “nosotros sabemos cómo se llama el presidente el día de las elecciones”, a lo que un mexicano respondía: “eso no es nada, acá en México sabemos quién va a ser el presidente desde un año antes de las elecciones”. Aunque esta práctica sí se intentó desterrar del sistema político mexicano por un priísta: Carlos Madrazo. En los años 60 Madrazo luchó porque fueran los militantes del PRI los que eligieran al candidato presidencial de manera democrática y que dejara de hacerlo el presidente de la república. Sin embargo, Carlos Madrazo murió en un accidente aéreo que se dice que fue provocado. Cabe mencionar que en los tiempos de Madrazo cuestionar al presidente era peor que abofetearlo o hacer una cerrilla, pues el régimen del PRI siembre se a caracterizado por ser vertical, opaco y cerrado a todo razonamiento ajeno. Por eso Mario Vargas Llosa dijo que el PRI y su régimen político son la “Dictadura Perfecta.

Y como lo dije en la entrada anterior, los resultados de que el presidente eligiera a su sucesor de manera tan vertical en la práctica son ambivalentes. Algunos sucesores que tuvieron gobiernos más o menos buenos fueron Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Manuel Ávila Camacho. Sin embargo, también hubo malos: Miguel Alemán, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Aunque si analizamos ambas listas con detenimiento nos encontramos con que la mayoría de los presidentes que llegaron al cargo por dedazo tuvieron una actuación cuestionable y hasta desastrosa. Entonces, contrario a lo que muchos puedan pensar, el presidencialismo no es un buen sistema de gobierno porque es muy fácil que el jefe de estado abuse de su poder. Es de esto de donde derivan la mayoría de los vicios del tricolor: simulación, persecución de los disidentes, limitación de la libertad de expresión, demagogia, clientelismo y otras cosas por el estilo. El presidencialismo fue en realidad la más burda simulación de democracia en la historia nacional y es reconocido este detalle en toda Latinoamérica. La falta de memoria histórica hace que la mayoría de la gente en la actualidad no vea los efectos de esto y es un detalle preocupante porque la mayoría de los tapados son repudiados. Aunque en realidad esto es una demostración del adoctrinamiento del régimen que alaban pero afirman odiar. Aunque también hay que decir que hemos avanzado mucho: el rey de España era el que elegía al virrey y en el siglo pasado al futuro presidente son exactamente iguales y con igual margen de error. ¿No dijo Ignacio Ramírez que estábamos mejor cuando estábamos peor? Ahora pienso que esa frase también puede tener una aceptación ambivalente, dependiendo del contexto histórico.      

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