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sábado, 18 de mayo de 2019

Demagogia y populismo


Los gobiernos populistas son una amenaza constante para todos los países de la Tierra, ya que hasta las naciones más educadas y desarrolladas han caído en sus garrar. Alemania, Reino Unido, Suecia y otros han caído debido a malos gobiernos y con la llegada de líderes mesiánicos la población se decantó por ellos por sus soluciones fáciles pero resultados contraproducentes en el largo plazo. Y si esos países cayeron, imagínense uno como el nuestro con altos índices de pobreza sobre todo resultado de un pésimo sistema educativo. Ha pasado esto y muchas veces: las veces que se admitió a Santa Anna en el poder, la presidencia de Madero, las dádivas de Lázaro Cárdenas y sus sucesores, etc. Anteriormente ya había explicado que esto tiene que ver con la idiosincrasia mexicana, que espera la llegada de un mesías que todo lo resuelva con unos cuantos pases mágicos y que por eso mismo nos vea como un padre que cuida a sus hijos.
Me concentraré únicamente en los demagogos del siglo XX, y creo que Lázaro Cárdenas es un buen punto de inicio. Cárdenas en mi opinión es el prototipo de demagogo porque el inicio las giras presidenciales en las que el mandatario iba y repartía el mismo los apoyos sociales. Aunque eso sí, el no inició con la tradición del líder mesiánico (ese fue Santa Anna un siglo antes) sí que ha servido de inspiración a otros. El reparto agrario durante su gobierno en el fondo destruyó al agro mexicano, empobreciendo de manera brutal a la gente de las zonas rurales. La expropiación petrolera a la postre sirvió para que unos cuantos se enriquecieran a manos llenas, al estancamiento económico y un patrioterismo barato que solo nos ha traído la petrolera más endeudada del mundo. Es decir, Cárdenas fue el creador de dos de los mitos que sostuvieron al régimen de la Revolución y que en realidad solo dañaron profundamente al país. No es gratis que a Cárdenas lo tengo como a uno de los peores gobernantes de nuestra historia y yo no soy una persona a la que le importe lo que los demás piensen, al grado de que pienso que Porfirio Díaz fue mejor gobernante que Cárdenas, y esto a pesar de los errores del primero.
El periodo del Desarrollo Estabilizador en mi opinión sentó la base de nuestras desgracias modernas y no me voy a detener en el movimiento del 68. La Ley de Atribuciones del Ejecutivos a Materia Económica es la base de este periodo. Dicha ley promulgada en 1951 daba al presidente la posibilidad de fijar precios, salarios importaciones y exportaciones. Además, los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz llegaron a acuerdos bastante perversos: a cambio de mantener fuera a la competencia internacional, controlar a los sindicatos y permitirles hacer declaraciones fiscales en ceros debieron aceptar las subidas de sueldos, control de precios y alinearse con el gobierno. El gobierno se sostuvo en este periodo aumentando la deuda externa a pesar. Y a pesar de que hubo logros como la inflación más baja de la historia y el menor índice de pobreza, esto estaba condenado a fracasar en el largo plazo. El secretario de Hacienda de este periodo, Antonio Ortiz Mena, profetizó que si el Estado Mexicano no hacia reformas económicas de corte más liberal, el exceso de deuda pública terminaría por causar una crisis económica de gran magnitud. Lo peor del caso es que sus predicciones se hicieron realidad en la década de los 70.
Los problemas profetizados por Ortiz Mena salieron a relucir apenas tres años de dejar su cargo en la Secretaría de Hacienda. Luis Echeverría comenzó su gobierno aumentando la deuda pública, las dádivas, y comprando empresas a diestra y siniestra. Las cargas a las finanzas públicas fueron creciendo con la inflación, pues para poder mantener el gasto se imprimió dinero en exceso. Cuando López Portillo llegó a la presidencia se empezaron a ver algunos signos de mejoría económica y en eso se descubrieron los yacimientos petroleros de Cantarell en Campeche. Contrario a lo que muchos piensan, el petróleo no fue una exportación relevante hasta finales de los 70, y esto también ayudó a terminar de cavar la tumba que había empezado a cavar Cárdenas. En lugar de pagar las deudas, fue y pidió más créditos a cuenta de petróleo. Sin embargo, una caída el precio del crudo a principios de los 80 llevó a una de las peores crisis económicas de nuestra historia. Era evidente que el gobierno es un pésimo empresario y un administrador de finanzas públicas terrible. Las predicciones de Ortiz Mena se habían hecho realidad y lo peor es que vivió para verlo con sus propios ojos. Estos fueron algunos de los gobiernos más populistas de nuestra historia, lo único hecho daño al país. Incluso se idolatra a dos de ellos: Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos, a pesar de que sus políticas a la larga fueron contraproducentes. Y si escribo esto es porque considero que ya es hora de dejar atrás a los mesías y tomar las riendas de nuestra patria en nuestras manos.  

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