Buscar este blog

viernes, 13 de julio de 2018

La invasión norteamericana


En estos tiempos en los que está de moda injuriar a los norteamericanos considero que en necesario recordar la intervención que le costó a México la mitad de su territorio. Contrario a lo que se pudiera pensar, no voy a injuriar a los norteamericanos, aunque algunos de ellos sí que se lo merecen. Lo que en este momento me interesa más es poner en evidencia la conducta de algunos de nuestros “héroes” que tienen estatuas de mármol y bronce inmerecidamente. En mis lecturas de la historia de nuestro país referentes a este tema la verdad es que la actuación de algunos personajes, además de Santa Anna, es para ruborizarse pues los norteamericanos lo único que hicieron fue aprovecharse de nuestras divisiones para invadir el país y arrebatarle la mitad de su territorio. Incluso hubo personajes que fungieron como espías del enemigo e incluso se habla de políticos que apoyaron a los yankees para su beneficio personal. Muchos de los datos que aquí voy a presentar son desconocidos para la mayoría de los mexicanos.
Señoras y señores, sí, en primer lugar voy a hablar del rematado pillo que fue Antonio López de Santa Anna. A diferencia de otros grandes villanos de nuestra historia que tienen algo bueno en su haber, Santa Anna era un reverendo truhan. Dejando de lado su gusto por la baraja española y las peleas de gallos, el señor gustaba de vanagloriarse a sí mismo. De ahí que siempre fuera el primero en ofrecerse a “salvar el país”. Sin lugar a dudas Santa Anna tenía talento militar, pero tenía todos los defectos de la clase política mexicana: demagogo, oportunista, acomodaticio, ladrón y adulador, así era el oriundo de Xalapa. Sin embargo, a pesar de que Santa Anna fue un bribón, no fue el único responsable. Muchas veces él fue títere de los masones para hacerse con el poder e imponer de ese modo las instituciones de nuestros vecinos del norte. Esto era porque a pesar de que era adicto al poder y sus múltiples beneficios, las cuestiones que tenían que ver con la administración del Estado no le eran agradables. Esto provocaba que cuando se complicaban esas cuestiones se inventaba problemas de salud y dejaba la administración en manos de otra persona. La persona más non grata a la que delegaba el poder era Valentín Gómez Farías, que ocupó la vicepresidencia y era un comecuras incansable por lo que no era muy querido entre los mexicanos.
Como buen masón, Valentín Gómez Farías era un admirador que en su época se gestaba al otro lado de la frontera norte. “Gómez Furias” era el apodo con el que lo conocía el populacho debido a que sentía un terrible odio por la Iglesia Católica y a las vejaciones a las que sometió al clero. Las Leyes de Reforma provinieron originalmente de él y desde entonces no fue querido por la población en general. Influido por las logias masónicas de Nueva Orleans no dudó en apoyar la causa de los norteamericanos con tal de obtener el poder en el país. Pocas personas saben que intrigó para que los texanos le ganaran a Santa Anna para vengarse por haberlo retirado de la presidencia. Y ya en plena invasión norteamericana se abstuvo de enviar recursos para que Santa Anna  formara un ejército pues veía en el ejército invasor una manera de quedarse con el poder y a cambio les entregaría lo que ellos pidieran siendo la demanda más importante que el gobierno mexicano entregara los territorios de la Alta California y Nuevo México así como reconocer la independencia de Texas y su anexión a la Unión Americana.
Por esta razón, durante la campaña militar los oficiales mexicanos cometieron una serie de errores que fueron la causa principal de la derrota. El comandante en jefe era Santa Anna, por supuesto, evidentemente cometió varios errores cruciales. El primero de ellos fue durante la batalla de La Angostura en la que se retiró cuando ya prácticamente tenía al enemigo en sus garras. Pero eso no fue todo, pues la defensa de Veracruz fue patética y en Xalapa se cometieron errores graves. En Puebla ni siquiera se hizo el intento por defender la plaza. En la batalla de Padierna las envidias de Santa Anna con Gabriel Valencia hicieron que el primero no reforzara la posición y el segundo huyera. En el Convento de Churubusco no había parque para hacerle frente al enemigo. Lo mismo ocurrió en el Molino del Rey y el Castillo de Chapultepec que no se reforzaron de la mejor manera. Así pues, es evidente que la pérdida de la mitad del territorio mexicano se perdió por la incompetencia y envidias de la clase política y de los oficiales mexicanos. Pero los más arteros fueron los liberales que hicieron que todo el peso de la responsabilidad cayera sobre Santa Anna. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que Gómez Furias y su camarilla también fueron responsables. Pero lo que más tristeza me da es que los políticos ahora son iguales que los de aquella turbulenta época.


martes, 3 de julio de 2018

La otra historia de México


Retomando las fuentes que utilizó para realizar mis críticas de los hechos históricos, en esta ocasión hablare de una serie que es magnífica para los que se inician en el estudio del pasado. Se llama como el título lo indica, “La otra historia de México” y fue escrita entre los años 2006 y 2013 por el periodista nacido y radicado en Saltillo, Coahuila, Armando Fuentes Aguirre Catón. En los primeros tres tomos hablan de dos personajes de las tres grandes revoluciones de nuestro país que fueron la Independencia, la Reforma y la Revolución poniendo a dos personajes que eran enemigos: Juárez y Maximiliano, Hidalgo e Iturbide y Díaz y Madero, publicados en 2006, 2008 y 2010, respectivamente. En 2012 fue publicado el cuarto tomo dedicado a un único personaje, Antonio López de Santa Anna. El último tomo de la serie no está dedicado a un personaje en específico sino a un hecho histórico que es el conflicto cristero de 1926-1929.
La idea de escribir estos libros surgió luego de que Catón escribiera una columna para el diario Reforma dedicada a acontecimientos históricos de nuestro país. Debido a que logró tener bastante material, alguien le sugirió juntarlo todo para publicar un libro. En esa etapa se había concentrado de la Reforma y la Intervención Francesa y esto lo logró investigando documentos de la época, periódicos y chismes que circulaban. Así pues, en 2006 fue el primer libro que habla de la Reforma en el año del bicentenario del natalicio de Benito Juárez. Para los que han leído las columnas de Catón publicadas diariamente en los periódicos del Grupo Reforma que se llaman “De política y cosas peores” y “Plaza de almas” saben que en ambas cuenta chistes colorados y en medio va lo serio de la política nacional e internacional. Debido al éxito del primer volumen, Catón no se quedó ahí y escribió otros cuatro libros que igualmente fueron éxito en las librerías (algo raro en un país con tan bajos índices de lectura). La editorial que se encargó de la publicación fue Diana, que forma parte del grupo Planeta.
A diferencia de historiadores como Enrique Krauze, Catón hace de la lectura de los libros de esta serie por momentos dramática y por momento cómica lo que la hace muy amena al grado de que es muy fácil quedarse picado y sin darse cuenta el lector puede haber leído hasta 100 páginas en una sola sesión de lectura. Esto es bastante impresionante, pues el más corto de los libros tiene casi 400 páginas, tres alrededor de 650 y el más largo rebasa las 800. Como lo dije, los chistes son muy recurrentes y Catón no duda en decir lo que piensa de una manera picaresca. Los libros están escritos desde la perspectiva de poner a personajes considerados héroes como villanos y a los villanos como héroes siendo Santa Anna la única excepción a la regla ya que el autor (y un servidor) lo considera un rematado pillo. De este modo se reivindican en sus libros las figuras de Agustín de Iturbide, Maximiliano y Porfirio Díaz mientras que se denosta a Miguel Hidalgo, Benito Juárez y a Francisco I. Madero. No tiene bibliografía ninguno de los libros pero sí menciona algunas de las fuentes que consultó para realizar la investigación. Y todos hacen referencia a la división que tenemos los mexicanos desde la independencia como causa de nuestros males.
Para las personas que se introducen en el estudio de la historia esta serie es ideal por amena y fácil de entender. Esto es algo importante en un país en el que el habitante promedio lee menos de dos libros al año y que además no ve a su pasado. En realidad tienen razón los que afirman que desconocer el pasado es terrible para un pueblo y de hecho en la mayoría de ocasiones esto nos ha llevado a los mexicanos a cometer los mismos errores. Algo que yo hice fue leer estos libros primero para después seguir con historiadores más profesionales como Enrique Krauze, Jean Meyer o Friedrich Katz que son bastante más pesados de leer. A pesar de lo que pudieran pensar, los libros no son caros pues normalmente se consiguen por menos de 200 pesos en la librería Porrúa por lo que son accesibles para la mayoría de los bolsillos. Los recomiendo, insisto, para aquellos que se inician en el estudio del pasado sobre todo para las personas que no se tragan la historia oficial. Y ya después de leer toda la serie, pueden buscar a autores más especializados en la materia. En estos tiempos en los que el conocimiento del pasado es importante hay que tomar en cuenta que la construcción del México actual fue realizada en los acontecimientos del pasado que nos afectan hasta la actualidad. Catón entendió esto y por eso escribió esta serie que es fácil de leer y entender. Se las recomiendo.  

martes, 19 de junio de 2018

La transmisión del poder


Tal vez parezca tonto que en el proceso electoral se hable de historia a pesar de que las pruebas avalen que lo ocurrido en el pasado afecta hasta la actualidad. El filósofo español Carlos Santayana fue el que dijo aquello de que “quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo”, y en el caso mexicano está más que presente. En realidad, el estudio de la historia en nuestro país se reduce a memorizar fechas que poco dicen de los efectos de los eventos históricos en la vida diaria actual. Por ejemplo, ahora dicen que el gobierno “privatizó el agua, despojando a los grupos vulnerables de sus derechos hídricos”, critican la acción pero no el fundamento legal que emana del artículo 27 de la constitución y que desde 1917 pocos se han atrevido a cuestionar. Sin embargo, hoy quiero cuestionar cuál es el principal problema que sufre nuestro país, y no es la corrupción y mucho menos la desigualdad.
En mi opinión, el principal problema que sufre el país es la transmisión y conservación del poder. La clase política se divide en grupos y así ha sido desde que se instauró la república y cada uno de ellos piensa que el poder es un patrimonio personal y cualquier otro que lo obtenga lo hizo de manera ilegítima. Piénsenlo por un momento y verán que la idea no es tan descabellada como parece. Cuando las luchas por el poder llegan a cierto cenit las cosas en nuestro país se descomponen de manera importante al no poder garantizar el Estado su existencia. El claro ejemplo de lo que estoy diciendo fue el periodo comprendido entre 1821 y 1876 que se caracterizó por tener un golpe de Estado prácticamente todos los días y si se revisa el número de presidentes en dicho periodo hubo titulares del ejecutivo federal que duraron meses e incluso días. Debido a esto en dicho periodo hubo desordenes de todo tipo en el país que se manifestaron con bandidos que asaltaban en los caminos y a las comunidades rurales, la actividad económica estaba estancada, no había dinero para nada, los funcionarios públicos tardaban meses en cobrar sus sueldos, etc. Cualquier parecido con la realidad actual es mera coincidencia. Este escenario se repitió con la Revolución Mexicana pues en ese tiempo los golpes de Estado fueron cosa de todos los días y los problemas que describí se volvieron presentes.
¿Ha habido momentos de paz y prosperidad en nuestro país? La respuesta es sí, pero eso ha sido bajo dictaduras, no bajo regímenes democráticos. Y sí, estoy hablando del Porfiriato, que fue el primer régimen autoritario. Temo decir que la corrupción estuvo presente en el régimen porfirista, pues sí, sobre todo el tráfico de influencias, pero lograron el mayor desarrollo económico a pesar de todo, y eso no se ha vuelto a repetir en toda la historia. En este tiempo se dieron las mayores obras de infraestructura que jamás se ha vuelto a ver en el país dicho impulso, incluso fue la época en la que se le dio atención a la educación por primera vez desde la independencia. El régimen presidencialista del PRI también tuvo sus logros, aunque no tan grandes como en el Porfiriato, como el abatimiento del analfabetismo. Estos gobiernos son denostados porque en mucho se sostuvieron mediantes fraudes electorales y persecución de opositores dejando de lado el desarrollo político del país. Sin embargo, es la misma transmisión y conservación del poder lo que finalmente llevó a la caída a estos regímenes autoritarios.
¿Por qué el país funciona bajo regímenes autoritarios? En lo personal, no me cabe la menor duda de que es por los residuos de la institución monárquica. El país proviene de una monarquía absoluta que básicamente consistía en que el gobierno banda y el pueblo debe obedecer y cumplir sin cuestionar la autoridad del rey. “Sépanse ustedes súbditos que están para acatar las órdenes del rey y no para discutir los altos asuntos del gobierno”, rezaba el decreto en el que el rey Carlos IV expulsaba a los jesuitas de sus dominios sin dar explicación alguna. Dinamarca, Noruega, Suecia, Japón, Reino Unido y países del Medio Oriente conservan monarquías como una manera de tener cohesión social. Es más, en España y Reino Unido intentaron suprimirla y lo único que lograron fue un caos que solo reafirmó la institución monárquica. Ahora bien, México nunca ha tenido una población madura para tener una república democrática porque siempre nos vamos por el candidato que nos promete el paraíso ya que con unos cuantos pases mágicos resolverá nuestros problemas. “Estábamos mejor cuando estábamos peor”, dijo Ignacio Ramírez “el Nigromante”, uno de los principales críticos de Benito Juárez. Esto es debido a que las llamadas “tres grandes transformaciones de México” sirvieron para maldita la cosa porque los mexicanos esperan al mesías que mágicamente resuelva los problemas, pero eso nunca va a pasar y lo mejor que podría pasarle a este país es que cada quien se haga cargo de sus cosas y dejar hacer a los demás.    



viernes, 13 de abril de 2018

La inseguridad en México

Aunque muchos de ustedes pueden pensar que estoy hablando del México actual, no es el caso pues el objetivo es relatar hechos históricos. En esta ocasión me atañe el problema de la inseguridad en otros periodos de la historia pues considero que sus causas son muchas, pero la primera es el desinterés de las autoridades. Esto es algo bastante largo de contar pero sí puede señalar que los grandes periodos en los cuales la delincuencia estuvo desbocada: el periodo que va desde la declaración de la Independencia hasta el Porfiriato y la Revolución. Ambos periodos se caracterizaron por tener luchas por el poder (al igual que ahora, pero sin derramar tanta sangre como en aquellas épocas) y debido a la preocupación por golpes de Estado y gracias a que los gobiernos no podían ni siquiera defender su existencia mucho menos podían atender las necesidades de la población entre ellas la seguridad pública.
El primer periodo de inseguridad fuerte que vio el país fue desde la independencia hasta el Porfiriato y es el más largo hasta ahora (55 años). Este periodo se caracterizó por tener gobiernos bastante efímeros porque había golpes de estado prácticamente todos los días. Como los gobiernos no podían garantizar su existencia, mucho menos dar servicios de seguridad a la población. A esto hay que agregar el problema crónico del país prácticamente desde siempre: la falta de recursos. Con esto las bandas se salteadores de caminos pululaban en todo el país. El mejor registro de estos asaltantes lo hizo el escritor Manuel Payno en su novela “Los bandidos de Río Frío” donde se relata las andanzas de una banda de salteadores de caminos que asolaban el oriente del Estado de México, cerca del poblado de Río Frío en el municipio de Ixtapaluca, que se encuentra de camino a Puebla. Lo sí voy a destacar es que, al igual que hoy, la clase política estaba enfrascada en una lucha eterna por el poder y sus beneficios de modo que el país siempre estaba en la ruina por la incapacidad de formar un gobierno funcional. Al no haber autoridad, los maleantes llegaban a rancherías, haciendas y pueblos a hacer su santa voluntad del mismo modo que lo hacen los narcotraficantes hoy en día. Evidentemente, no hay algo nuevo bajo el sombrero.
La Reforma y el Porfiriato solucionaron este problema debido a la necesidad de paz para tener prosperidad económica. Benito Juárez hablaba de la inseguridad como un problema en su propuesta de reformas económicas. Para esto el abogado oaxaqueño creo el tristemente célebre cuerpo de Rurales que pudieron reestablecer la paz usando métodos muy cruentos. El más famoso de esas técnicas era la de ahorcar a los malotes en los árboles y dejarlos colgados y por supuesto que funcionaba. En las áreas urbanas se tomaba a los bandidos y se les llevaba al paredón incluso por robar un simple pan. En su momento estos métodos fueron apoyados por la población pues la delincuencia había llegado a cotas inaceptables durante el siglo XIX y de hecho fueron los cacos los que impidieron el desarrollo del país durante medio siglo. Nuevamente me encuentro que no hay algo nuevo bajo el sombrero. El crecimiento económico durante la larga estancia de don Porfirio en la silla presidencial era insuperable ya que trajo la Revolución Industrial y con la inseguridad que imperó más de la mitad del antepasado siglo no había sido posible. Lo que sí cabe señalar es que en aquellos años se utilizaron métodos bastante cruentos para resolver la inseguridad. Y otro detalle es que en ese entonces la clase política dejo de pelearse por el poder durante un largo tiempo.
La Revolución trajo consigo el regreso de los cuartelazos durante el periodo de 1910 hasta 1934 y por consiguiente los salteadores de caminos volvieron a las andadas. Pero no solo era eso, ahora los bandidos eran los miembros de los ejércitos contendientes, tanto revolucionarios como del gobierno, principalmente la División del Norte y los Constitucionalistas. El terror regresó al país y en muchas poblaciones tenían miedo tanto de las tropas oficiales como de las revolucionarias. Ambos ejércitos se llevaban alimentos, dinero, violaban mujeres, ahorcaban a los que intentaban resistirse a los despojos y muchos más abusos. Y solo con la llegada de otra dictadura, esta vez de corte partidista, pudo llegar la tan ansiada paz a México otra vez. Sin embargo, los métodos utilizados para lograrlo no fueron menos cruentos que los empleados por Porfirio Díaz pues el más utilizado por el régimen era la desaparición forzada para mantener la paz. Es algo para destacar que a finales del siglo XX y principios del XXI comenzaron nuevamente las luchas por el poder y el desinterés por los problemas nacionales se ha hecho patente. Es triste ver como nuestro país puede mostrar su potencial solamente cuando la política queda enterrada y las libertades conlleva se olvidan. En realidad esto es causa del caudillismo que cargamos desde hace mucho tiempo y que ha impedido la construcción de instituciones fuertes y por consiguiente el fracaso de un régimen y la consiguiente inseguridad pública que aqueja a la población.    

jueves, 29 de marzo de 2018

Lázaro Cárdenas y el México que no fue


La historia oficial sin duda fue diseñada para justificar el estado de las cosas luego de la serie de matanzas que fue la Revolución. Uno de esos mitos fue Lázaro Cárdenas y su gobierno al que muchos consideran uno de los mejores. Sin embargo, tengo mis motivos para pensar así, pues el Cárdenas real no fue el héroe que expropió el petróleo para el interés nacional, ni el gran repartidor de tierras y mucho menos por la atención nunca antes vista a las demandas populares. Lo que poca gente sabe es que Cárdenas fue el que finalmente consolidó en el poder al corruptísimo régimen de la Revolución junto con sus vicios como el corporativismo y la demagogia tan característicos del mismo. El mito de Cárdenas tiene que ver con la propaganda oficial del PRI para justificar su régimen y el estado de las cosas con su frase de “ahora todo está mejor que antes”. Sin embargo, como dijera Ignacio Ramírez: “estábamos mejor cuando estábamos peor”.
En primer lugar, Cárdenas no es ningún epitome de la democracia pues aunque expulsó a Calles del país lo hizo solo para quedarse con el poder. Para lograrlo, Cárdenas hizo varias artimañas como promover huelgas entre los obreros, crear instituciones corporativas, pedir la renuncia de los callistas del gabinete y otras artimañas para minar el poder del “Jefe Máximo”. Como ya lo he dicho en el pasado acerca de este tema, solo me detendré en las consecuencias. La primera de ellas fue que consolidó el corporativismo que fue la base para instaurar a su partido en el poder a la familia revolucionaria hasta el año 2000. También cometió uno de los fraudes electorales más escandalosos de la historia en los comicios de 1940. En los mismos, había grupos de gente armada en las casillas electorales que preguntaban a la gente por quién había votado y a los que no lo habían hecho por el partido oficial los mataban ahí mismo. Con esto creo que es suficiente para pensar en Lázaro Cárdenas como uno de los que consolidó el poder omnímodo de la familia revolucionaria junto con Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles ya que cada uno aportó algo para empoderarla y hacerla pasar de una dictadura personal a una dictadura partidista.
El segundo punto que considero importante es el referente al tema agraria, pues las cosas no fueron como las pintan en la historia oficial. Aunque nunca apoyé lo hecho por Juárez y sus compinches para arrebatarles sus tierras a los indígenas, cabe señalar que la reforma agraria de Cárdenas le hizo mucho mal al campo mexicano. Se fraccionó la tierra del tal modo que era poco rentable para los productores agrícolas. Casi todos los proyectos ejidales fracasaron siendo los casos más emblemáticos de ese desastre la región henequenera de Yucatán y las haciendas de Guaracha y Nueva Italia en Michoacán. Los campesinos terminaron peor de empobrecidos que cuando dependían de un patrón para trabajar y esto a pesar de que se crearon las instituciones para apoyarlos. Las tierras se entregaron, sin embargo, a los beneficiarios no se les entregó título de propiedad para atarlos de ese modo a los dictados de la familia revolucionaria y de ese modo tener un grupo más que apoyara al partido oficial en los comicios venideros. Solo imagínense el cuadro: campesinos empobrecidos, atados a un gobierno que les dice que ahora están mejor y la verdad es que no es cierto. Definitivamente propaganda del régimen que no es cierta pero muchos se siguen creyendo.
El punto referente a la expropiación petrolera lo dejé al final porque es uno de los máximos mitos usados como propaganda de parte del régimen de la Revolución. El hijo de Lázaro Cárdenas, Cuauhtémoc, debería leer con lujo de detalle las leyes que su padre dejó firmadas. Como todos sabemos, la Expropiación Petrolera se da en el contexto de un largo conflicto laboral que culminó con la nacionalización de los bienes muebles e inmuebles de las empresas petroleras extranjeras. Lo que pocos saben es que los términos en los que Cárdenas nacionalizó esos bienes no son los que pintan en la historia oficial y que fue usada por la familia revolucionaria como propaganda. El principal de ellos era el referente a la coinversión privada en la explotación de hidrocarburos con empresas extranjeras. Esto se puede leer en la ley petrolera de 1939 firmada por el mismo presidente Cárdenas y que pueden consultar en línea. Lo que sí es cierto es que pocos contratos de ese tipo de firmaron de 1939 a 1958, cuando se cerró definitivamente la puerta esa posibilidad, por el temor de que en algún momento el gobierno cambiara de opinión. El que en realidad cerró la puerta a la posibilidad de la coinversión privada fue Adolfo Ruiz Cortines en un arranque de patrioterismo barato pues pensó que era mejor que el estado monopolizara la explotación petrolera con funestas consecuencias. Esto originó a la postre la petrolización de la economía durante el frenesí socialistoide en los 70’s que llevó al país a una de sus peores crisis económicas. Y es por eso que debemos abandonar los mitos que nos tienen atados en la mediocridad.  


viernes, 9 de marzo de 2018

Los orígenes de la corrupción

La corrupción, uno de los grandes males que aquejan a nuestro país se ha normalizado en toda nuestra sociedad y esto es terrible. Todos nosotros en algún momento pensamos que nuestros problemas son recientes, pero esto no es así, aunque muchas personas lo sigan pensando. Son pocos los historiadores los que se han atrevido a documentar lo más vergonzoso de nuestra historia (salvo cuando se dirigen contra cierto partido tricolor) pero los que se han atrevido han descubierto una verdadera cloaca. La peor parte es que en México se admira al punto de la idolatría a los alemanes aunque ignoran que un rey español nacido en Alemania fue el que sentó las bases de las corruptas administraciones gubernamentales que padecemos desde entonces: Carlos V. El monarca español que fue con el que se emprendió la conquista de nuestro continente e ideó una manera efectiva de gobernar su vasto imperio: los fueros, la venta de oficios y obedézcase pero no se cumpla fueron las bases del gobierno de la América Colonial porque según el monarca “así se gobernaba mejor”.
Los fueros fueron concebidos para crear diversas castas ya que el rey pensaba que para gobernar mejor todos debíamos ser diferentes ante la ley. De ese modo existía el fuero indígena (el más importante), el fuero militar, el fuero eclesiástico, el fuero de la nobleza y otros más. Cada grupo tenía sus tribunales especiales en los cuales serían juzgados por los delitos cometidos. También hubo tratos preferenciales, pues los indígenas no podían ser esclavizados, tenían el derecho a tener tierras de manera comunal y pagaban pocos impuestos en comparación con las otras castas. Cuando una persona tenía algún problema con alguien de otra casta tenía que demandarlo en el tribunal especial de la misma y casi siempre fallaban a favor del demandado. Tal era la influencia de los fueros en la vida de la Nueva España que hubo un incidente de tránsito bastante curioso: en el callejón de la Condesa, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, entre el Banco de México y la Casa de los Azulejos, un día entraron dos carruajes y es toparon justo en el centro y ninguno de los dos quería hacerse para atrás porque comenzaron a exhibir sus títulos nobiliarios para ver quién tenía más privilegios; el incidente paralizó la ciudad de tal manera que el virrey tuvo que ir personalmente a pedirles que se movieran. Este sistema duró hasta la promulgación de las Leyes de Reforma, pero en teoría, porque en la práctica no ha cambiado mucho.
El segundo es para asquearse, pues implica una práctica bastante espuria de la que se quejan los opositores del actual gobierno. El rey Carlos V quería darle a los novohispanos la sensación de autogobierno. Además, tenía problemas económicos por las constantes guerras en Europa. Por lo tanto ideó un sistema perverso para tener a todos contentos: todos los puestos públicos (menos el virrey, que lo nombraba el rey) eran subastados al mejor postor. Así, los habitantes tenían la sensación de autogobierno (pues los cargos públicos eran para sus vecinos) y se llenaban las arcas públicas. Como los sueldos eran bajos, los vecinos sobornaban al regidor, al alcalde o al corregidor para obtener personas y que la persona se “ayudara”. Ahora una práctica que muchos creen invento reciente: cuando una persona quería aspirar a un cargo puesto público y no tenía los recursos para adquirirlo los ricos del lugar le prestaban dinero y dado el magro sueldo les devolvían el préstamo en especie: ¡les compraban sus productos y servicios para el ayuntamiento! Lo peor de caso es que nadie se quejaba. Todos eran felices. Esto duró hasta la llegada de los Borbones al trono español cuando se prohibió la venta de cargos públicos y el monarca se reservó el derecho de nombrar a los funcionarios.
El tercer y último punto es igual de perverso que el anterior pues tiene que ver con el cumplimiento de las leyes. Carlos V fue sin duda uno de los gobernantes más apreciados en la historia de la humanidad. Sin embargo, eso no quiere decir que no haya metido la pata. Como católico ferviente era temeroso de Dios y por eso temía hacer leyes que dañaran a sus súbditos. Y por eso es que cuando firmaba un decreto ponía debajo de su rúbrica “Obedézcase pero no se cumpla”. Obedecer viene de una palabra en latín que significa “escuchar atento”; y él no se cumpla está más que claro: ¡el monarca daba permiso a sus súbditos para desobedecer la ley si no les gustaba! Es de aquí de donde viene la terrible idea de los mexicanos de que la ley es para terceros y no para uno como individuo. Y todo porque el rey estaba temeroso de Dios. Es por eso que los mexicanos tenemos cierto desdén por el cumplimiento de las leyes, pues no era obligatorio respetarlas por orden del mismo monarca.
Sin querer, el rey Carlos V, convirtió a la sociedad novohispana en una sumamente corrupta pues los tres pilares del gobierno eran corrupción pura. Teóricamente se han intentado erradicar los vicios pero en la práctica ha sido muy difícil por no imposible. Los tres pilares fundamentales con los que Carlos V decía que así se gobernaba mejor son sin duda la base del ser nacional y que tenemos que analizar con frialdad para dar la vuelta a la página.    

domingo, 11 de febrero de 2018

La razón de tantas constituciones

En 200 años de vida independiente de nuestro país están plagados por conflictos por el poco respeto hacia el orden legalmente establecido. Los cuartelazos que se dieron desde principios del siglo XIX y hasta principios del XX respondían a una lógica de beneficio personal porque se buscaba ocupar la amada silla. Las constituciones que fueron promulgadas en 1824, 1857 y 1917 responden al fracaso del régimen anterior con respecto al siguiente con la promesa de “ahora sí van a funcionar”. La causa de todo este circo: la ambición personal de los políticos de todas las épocas porque en realidad siempre han buscado sacar provecho de los cargos públicos. Lo peor del caso es que los propios mexicanos piensan que rompiendo el orden constitucional establecido mejoraran las cosas porque el régimen no responde a las necesidades de todos y es algo tan antiguo como la humanidad misma. En realidad esta entrada lo que pretende es que hagamos una reflexión profunda del por qué el orden legal no es duradero.
La primera constitución del México independiente fue promulgada el 4 de octubre de 1824 después de “arduas” discusiones del congreso constituyente. En realidad es una mala traducción de la constitución de Estados Unidos promulgada en 1787 bajo la idea de que “para ser felices debemos imitar a los norteamericanos en todo”. Para entender dónde fallaron los constituyentes debemos entender lo hecho por el Congreso Continental. En la primera edición de la constitución norteamericana se estableció que las elecciones serían indirectas y el segundo lugar quedaría como vicepresidente. Esto funcionó hasta que Thomas Jefferson llegó a la presidencia y al ver el comportamiento del vicepresidente Aaron Burr promovió reformas al procedimiento. En México, al haber presidente y vicepresidente de bandos contrarios llevó a varios cuartelazos. Sin embargo, eso no es todo, pues con el régimen federal se dio el pretexto perfecto para la separación de Zacatecas, Coahuila, Nuevo León, Yucatán y Texas y la separación del último dio como resultado la pérdida de la mitad de nuestro territorio. La derogación de esta Carta Magna sirvió de pretexto para la independencia de Texas, volvió luego de la guerra con Estados Unidos para finalmente ser derogada con la Revolución de Ayutla en 1854 para lanzar a Santa Anna del poder de una vez y por todas.
La siguiente constitución fue promulgada el 5 de febrero de 1857 luego de un congreso constituyente de corte liberal radical. El federalismo se consolida pero solo en papel y en un momento se tratara ese punto. Esta constitución causó problemas debido a que lesionaba de manera seria los negocios de la Iglesia Católica ya que se elevaban a rango constitucional las Leyes de Reforma. Pero, al igual que la anterior, quedó en letra muerta pues una vez terminada la Guerra de Reforma y la Intervención Francesa y destruido el Segundo Imperio no se aplicó. El presidente Benito Juárez era el primero en pisotearla pues siempre buscó maneras de obtener poderes extraordinarios como si estuviera el país en tiempos de guerra, el nombramiento de gobernadores a capricho y se cree que se cometieron fraudes electorales. Con la llegada de Porfirio Díaz las cosas no cambiaron pues además de lo anterior también se restringió la libertad de expresión. La represión cometida hacia los trabajadores de Cananea y Río Blanco no se considera ilegal porque entonces no había leyes que los protegieran. Ni con la Revolución hubo intenciones de respetar el orden constitucional por parte de alguna de las facciones revolucionarias.
La actual constitución fue promulgada el 5 de febrero de 1917 luego del congreso constituyente de Querétaro. Además de las consignas de las anteriores constituciones se agregaban los derechos laborales, a la educación y a la vivienda (derechos sociales). Pero volvemos al principio pues en el gobierno de Venustiano Carranza este fue el primero en violarla al reprimir a los trabajadores por ejercer sus derechos constitucionales recientemente establecidos. Peor aún, durante la reelección de Álvaro Obregón se liquidaron a dos golpistas en el camino de la Ciudad de México a Cuernavaca sin juicio previo. Durante el gobierno de la “Dictadura Perfecta” se volvió a restringir la libertad de expresión. También se violó la división de poderes ya que los legisladores y los ministros de la Suprema Corte solo hacían cumplir los caprichos del presidente. También se llegó a extremos de que varias veces la Cámara de Diputados llegó a cesar gobernadores por orden expresa del presidente solo porque no eran de su agrado. Además esta constitución tiene el grave defecto de tener postulados socialistoides que sobreprotegen a ciertos grupos (los trabajadores) y generaron un montón de corrupción (el artículo 27).

Estos son los motivos por los que no apoyare nunca la redacción de una nueva constitución para nuestro país. ¿Dé que sirve escribir leyes que en papel suenan bien pero que se las pasan por el arco del triunfo? El pensamiento del mexicano promedio de que la aplicación de las leyes es para terceros y no para uno no puede seguir siendo el epitome. Cuando comprendamos esto y que necesitamos un gobierno apegado de manera irrestricta a un marco legal no necesitaremos seguir escribiendo tantas constituciones.