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sábado, 29 de abril de 2017

Grandes fraudes electorales


1.      1929. El primer gran fraude electoral cometido durante el siglo pasado fue el de 1929 cometido contra José Vasconcelos. El año anterior Álvaro Obregón se reeligió para la presidencia pero fue asesinado y había ocupado el cargo de forma interina Emilio Portes Gil. Al año siguiente se realizaron elecciones extraordinarias y en ellas compitieron Pascual Ortiz Rubio, candidato del PNR, antecedente del PRI, y José Vasconcelos, secretario de educación en la presidencia de Obregón. Sin embargo, Plutarco Elías Calles, el fundador del funesto partido político, no iba a permitir que perdiera su primera elección. El día de los comicios no se instalaron algunas casillas, otras lo hicieron el lugares diferentes, otras más cerraron antes de terminar la jornada, se robaron las urnas, no se distribuyeron las boletas y más incidentes. Como sabemos, fue declarado ganador Pascual Ortiz Rubio, apodado el nopalito por baboso, y Vasconcelos decidió emprender el Plan de Guaymas el cual no tuvo quorum entre la población. Vasconcelos terminó por exiliarse y Ortiz Rubio asumió la presidencia y de este modo se inició un periodo funesto conocido como el Maximato en el que Plutarco Elías Calles era el que ejercía el poder absoluto y esto fue hasta el año de 1936 cuando Lázaro Cárdenas lo expulsó del país.
2.      1940. El segundo gran fraude electoral de nuestra historia se da durante la presidencia de Lázaro Cárdenas. Este presidente fue el consolidador de las estructuras corporativas para obtener el poder absoluto. Para logras esto, mino el poder de Calles y finalmente lo envió al exilio en 1936. Sin embargo, es un hecho que nuestro país no caminó por el camino de la legalidad ni de la democracia. Esto fue demostrado cuando hizo a un lado a los callistas y cambio al PNR por el PRM y en 1940 se postula a la presidencia por dicho partido el general Manuel Ávila Camacho. Por la oposición se postula el general Juan Andrew Almazán. Aunque Cárdenas había prometido elecciones limpias la verdad es que no cumplió con su promesa y se tuvieron comicios más sangrientos todavía que los de 1929. Cárdenas sabía que la popularidad de Almazán era arrolladora y que Ávila Camacho no tendría oportunidad. Entonces en las mismas casillas se mataba a las personas que no habían votado por el partido oficial. También se sobornó al general Almazán para que reconociera su derrota al darle concesiones mineras, la construcción de la carretera México Nuevo Laredo además de convertir Acapulco en un destino turístico. Es a partir de entonces cuando los cañonazos de 50 mil de Obregón se volvieron algo habitual.
3  1952. Siendo el presidente de México el licenciado Miguel Alemán se da el tercer gran fraude electoral del siglo pasado. Alemán ya había consolidado el poder del PRI gracias a la intervención de grandes empresarios como Rómulo O’Farril y Emilio Azcárraga Vidaurreta, fundadores de Telesistema Mexicano, antecedente de la actual y odiada Televisa. Creo que fue Miguel Alemán el primer presidente en la historia de nuestro país en ser acusado de peculado por la población en general. Esto es evidente por el rompimiento posterior entre el presidente y su candidato a la presidencia, Adolfo Ruiz Cortines. Además, el candidato opositor Miguel Enríquez Guzmán puso en ridículo al candidato oficial. Como la mayoría de nosotros sabe, el PRI no iba a permitir la llegada de un opositor a la presidencia. Entonces pusieron a toda su maquinaria a trabajar para evitar la llegada de Enríquez Guzmán a la presidencia, y a diferencia de 1929 y 1940, la gente manifestó su inconformidad con los resultado. Esto ocurrió en la Alameda, en la Ciudad de México, donde la policía reprimió duramente la manifestación. Esta fue sin duda una de las primeras manifestaciones duramente reprimidas en la historia moderna de México y fue la antesala de los movimientos sociales en los años venideros.
4   4.  1988. Sin duda el más conocido de todos ellos por ser el más reciente de los que he hablado en esta entrada y además por ser Carlos Salinas de Gortari, el personaje más odiado de la historia reciente de nuestro país, el que accedió a la presidencia por el mismo. Como antecedente están las elecciones de Chihuahua en 1986, el llamado “fraude patriótico” orquestado por el entonces secretario de gobernación, Manuel Bartlett Díaz. Pongo también sobre la mesa el hecho de que el principal afectado, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo de Lázaro Cárdenas, buscó la candidatura por el tricolor y el gran elector optó por la candidatura de Salinas. Además, creo que pagan justos por pecadores, puesto que el padre de Cárdenas orquestó el fraude de 1940. Como sea, el día de las elecciones tal parece que los resultados no fueron favorables para Salinas y la Comisión Nacional Electoral, entonces a cargo de SEGOB, tira el sistema de cómputo para el conteo de votos. Dice el vox populi que el ganador de los comicios fue el hijo del general Cárdenas, pero tal parece que eso nunca se sabrá. Debo agregar que no sé qué méritos tenia Cuauhtémoc Cárdenas para la presidencia puesto que su gestión como gobernador de Michoacán estuvo plagada de amiguismo y corrupción. Per

domingo, 23 de abril de 2017

Los conservadores mexicanos

Uno de los grupos más denostados de nuestra historia son los conservadores, y que son los vencedores los que escriben los libros. Por lo tanto, hay otra historia, la de los vencidos, que creo yo que son más interesantes que las personas que salieron victoriosas. Claro, el hecho de ser más nacionalistas y patriotas que los liberales no quita que cometieron errores, pero es necesario recalcar también que han sido maldecidos por estar del lado de la Iglesia Católica durante la Guerra de Reforma y del lado de los imperialistas durante la Intervención Francesa. He de decir también que la Iglesia Católica en muchas ocasiones estuvo más interesada en mantener sus propiedades que en el bien de la sociedad. Cabe destacar que si ellos veían a México como una monarquía era porque sabían que romper de tajo con el orden español acarrearía consecuencias funestas para nuestro país y la verdad es que razón no les faltaba.
Gracias a los liberales, la monarquía es una forma de gobierno muy mal vista entre la población y reyes y reinas sean considerados como unos tiranos para su pueblo. Y esto era algo deseado por los conservadores: el establecimiento de una monarquía trayendo un príncipe de Europa, lo cual era común en aquella época. Además de todo debemos considerar que después de la caída del Primer Imperio la situación de nuestro país no era de estabilidad: hacia 1867 ya había tenido el país 32 presidentes y muchos de ellos llegaron al poder mediante golpes de Estado y había gobiernos tan efímeros que duraron unos cuantos días. No es de extrañarse que los conservadores vieran con recelo la república y a todo lo anterior hay que agregar el hecho de que por esa misma inestabilidad al país le había costado la mitad de su territorio. Y para acabar de aderezar todo, tampoco es de extrañarse que vieran con recelo a los norteamericanos, puesto que uno de ellos, Joel R. Poinsett, era en buena medida responsable de toda la inestabilidad política debido principalmente a sus intrigas con uno de los personajes más odiados de toda la historia: Antonio López de Santa Anna. Aunque también hay que recordar que alguna que otra vez los conservadores llamaron a su Alteza Serenísima a hacerse cargo del gobierno de la república.
Los conservadores tenían puestos los ojos en establecer una monarquía porque era algo más congruente con nuestra historia. Nuestra Madre Patria, España, es una monarquía y de ese modo era como controlaban sus colonias en ultramar. Y no era cualquier tipo de monarquía, era de corte absolutista, es decir, el monarca era la máxima autoridad para todo. Entonces la población del país no sabía nada acerca de elecciones, república o federalismo, solo conocían al rey y nada más. Además, en el momento de la independencia el 98% de la población era analfabeta, y esto sí es responsabilidad de la Iglesia, por lo que era impensable otra forma de gobierno. Incluso de algún modo he llegado a justificar el hecho de que le fueron a ofrecer la corona a Maximiliano de Habsburgo, al que considero uno de los mejores gobernantes de nuestro país a pesar de no haber prosperado su reinado. A pesar de lo que la mayoría pudiera llegar a creer, en ese tiempo era común que se le ofrecieran coronas extranjeras a los miembros de la realeza, por lo que por este detalle los conservadores no pueden ser tachados de poco patriotas. Por lo que creo que sí pueden ser tachados de poco patriotas es por haber recurrido a Napoleón III, emperador de Francia, y su esposa María Eugenia, para que los franceses intervinieran en nuestro país, por lo que cometieron el mismo pecado que los liberales al haber buscado el apoyo de un país extranjero, en este último caso, Estados Unidos de América.
En cuanto a materia económica, los conservadores no estaban tan atrasados como uno pudiera suponer. Ellos tuvieron la idea de fundar el Banco del Avío, una institución financiera dedicada a conceder préstamos a cualquier persona que quisiera poner en marcha una industria o cualquier otro negocio. Claro que los liberales pusieron el grito en el cielo puesto que ellos estaban en contra del proteccionismo. Uno de los conservadores más destacados, Lucas Alamán, fundador del Partido Conservador, argüía que en ese momento no era tiempo para liberar la economía, sino de fomentar una industria nacional que pudiera competir en el extranjero. Claro que los liberales en cuanto entraron al poder cerraron el Banco del Avío y cuando llegó al poder Don Porfirio el país solo se pudo desarrollar mediante capital extranjero con sus respectivas consecuencias. Los conservadores también pretendían instalar un tribunal mercantil, que los liberales cerraron al considerarlo como un tribunal especial, a pesar de estar inspirado en el derecho francés y siendo Francia la cuna del liberalismo. En cuanto a la desamortización de los bienes del clero, me temo que lo único que se logró fue el acaparamiento de unas pocas manos a otras pocas manos, además de expropiar las tierras de los pueblos indígenas y de ese modo se hicieron los grandes latifundios que motivaron la Revolución Mexicana. Anteriormente ya había escrito una entrada acerca de lo que es rescatable de los liberales, pero ellos fueron los que terminaron dando atole con el dedo a los mexicanos. Y al final fueron los liberales los que terminaron adoptando todo lo que criticaron a sus liberales conservadores: poder absoluto, eternización en el poder, alianzas con empresario para obtener monopolios y otras prebendas, todo lo que le reprocharon a los conservadores durante la Guerra de Reforma y la Intervención Francesa. Vaya congruencia. Incluso, Leopoldo I, padre de Carlota, le dijo a su hija que los conservadores eran más apegados a sus ideas que los liberales.

   

miércoles, 19 de abril de 2017

Las intrigas de las grandes potencias

Las grandes potencias económicas han tenido un especial interés en nuestro país dada nuestra cercanía con Estados Unidos y la riqueza en cuanto a recursos naturales. Hemos de recordar que casi al mismo tiempo que aquí se desarrollaba la revolución en Europa las tensiones entre las potencias estaban al máximo y esto conllevó a la Primera Guerra Mundial. Aunque no lo parezca, nuestro país tuvo un papel importante en las intrigas entre los países beligerantes durante este conflicto y también durante la Segunda Guerra Mundial debido a nuestra cercanía con Estados Unidos. Además, todos querían tener preponderancia económica por los innumerables recursos naturales que hay en nuestro país. El problema queda aderezado con el hecho de que en nuestro país se desarrollaba una guerra civil y las diferentes facciones fueron apoyadas tanto por Alemania como por Estados Unidos y, en el caso del primero, evitar la entrada de los norteamericanos en la guerra en Europa.
Creo que en primer lugar tendría que mencionar la participación de Estados Unidos en las intrigas a favor y en contra de las diversas facciones durante la revolución. En buena medida el gobierno norteamericano tuvo participación en la caída de algunos de los revolucionarios, empezando con Francisco I. Madero. Cuando el presidente de Estados Unidos, William Howard Taft se dio cuenta de que Porfirio Díaz estaba tratando de socavar la influencia norteamericana en México y el resto de Latinoamérica al apoyar gobiernos anti yanquis en Centro y  Sudamérica, no impidió la llegada de armas a los insurrectos. Algo que no mencionan los libros de historia oficial tiene que ver con el coqueteo del general Díaz con Inglaterra y Francia con respecto a las concesiones petroleras, pues el general oaxaqueño deseaba minar la influencia económica norteamericana al balancearla con la entrada de inversiones europeas. Esto es algo particularmente oculto por parte de la historia oficial, pues la figura del general Díaz era la de un vende patrias sin escrúpulos que tenía a los mexicanos explotados, sin embargo esto no es del todo cierto. Lo que sí puedo asegurar sin duda es que los norteamericanos querían tener preponderancia económica en nuestro país y por eso apoyaron a Madero implícitamente.
Durante la presidencia de Madero continuaron las intrigas de las grandes potencias, pero solo se evidenció hasta la Decena Trágica. Los Madero, a pesar de ser empresarios, siempre vieron con malos ojos a las inversiones norteamericanas y en buena medida buscaron evitar mezclarse con los negocios de los americanos. Los norteamericanos pensaron que con Francisco I. Madero se iba a mantener el orden porfiriano y de hecho así fue, pero no pudo pacificar al país del modo en el que lo hacia el viejo general. Don Panchito fue demasiado ingenuo al pensar que las tropas federales le iban a ser fieles y licenció a las revolucionarias, y dejó al mando de las federales a generales que a la postre lo traicionarían. Además, cometió el error garrafal de permitir el interinato de Francisco de León de la Barra, por lo que aceptó hacer concesiones a los porfiristas. Todo a pesar de las advertencias de Venustiano Carranza, del que Madero desconfiaba. Además, los porfiristas hacían una férrea crítica desde el principio y hasta el fin del gobierno maderista. Y después vinieron las rebeliones como el Plan de Ayala en Morelos y la de Pascual Orozco en Chihuahua. Con todo esto, los norteamericanos empezaron a conspirar para derrocar a Madero con personajes como Victoriano Huerta, Félix Díaz, Aureliano Blanquet y los embajadores de Estados Unidos y del Reino Unido. Para no hacerles el cuento largo, creo que ya todos saben cómo termino.
En cuanto al gobierno alemán, comenzó con sus intrigas en el momento antes de la caída de Porfirio Díaz por las concesiones mineras en un principio. Sin embargo, las intrigas no llegaron de los alemanes no llegaron a su clímax hasta la dictadura de Huerta, en vísperas del estallido de la Primera Guerra Mundial. El gobierno alemán en ese momento quería evitar a toda costa la entrada de Estados Unidos en caso de una guerra en Europa. Como sabemos, Estados Unidos apoyó a las diversas facciones revolucionarias en busca de concesiones para sus empresarios. Después de la caída del Huerta y con el inicio del conflicto en Europa, el gobierno alemán centró su atención en lograr que México y Estados Unidos entraron en estado de guerra y de este modo evitar la entrada de los norteamericanos en el conflicto. También intentaron por todos los medios sabotear el aparato productivo norteamericano para dificultar la llegada de armas, aperos y combustibles al frente y en perjuicio de Inglaterra y Francia. Para ayudar a catalizar en conflicto entre México y Estados Unidos, el ministro de Relaciones Exteriores, de apellido Zimmermann, envió a Venustiano Carranza una propuesta bastante tentadora: la devolución de los territorios perdidos en la guerra de 1847 si le declaraban la guerra a Estados Unidos.  Carranza será todo lo que ustedes quieran, pero imprudente no y pues consideró que era un pacto suicida. Además de todo, el telegrama fue interceptado por los británicos y se lo dieron a los norteamericanos y fue con lo que se decidieron a entrar a la guerra. Y tal parece que las grandes potencias, independientemente de sus convicciones, están decididas a intervenir en otros países con tal de hacer prevalecer sus intereses por encima de sus rivales en la carrera imperialistas. 

domingo, 16 de abril de 2017

La dinastía de los sonorenses

Creo que en la historia de nuestro país no ha habido grupo más corrupto, sanguinario y traicionero como el de los sonorenses. Los nombres más destacados de este grupo político fueron Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta, Benjamín Hill, Fortunato Maycotte, Manuel M. Diéguez y Rafael Buelna, la mayoría nacidos en Sonora, estado del noroeste de México cubierto casi en su totalidad por desierto. Todos ellos tuvieron un papel destacado en la Revolución Mexicana por su participación en el movimiento Constitucionalista, dirigido por Venustiano Carranza. La importancia de los sonorenses radica en que derrotaron a sus enemigos de manera sangrienta y dos de ellos fueron presidentes. Como la lista es bastante larga, solo me concentrare en Obregón y Calles.
Álvaro Obregón Salido nació en la Hacienda de Siquisiva, municipio de Navojoa, Sonora, el 19 de febrero de 1880. En el momento de su nacimiento, la Hacienda de Siquisiva en plena decadencia y estaban vendiéndola por partes. Desde muy joven fue bastante ingenioso ya que tenía facilidad para armar todo tipo de máquinas y tenía un talento innato para los negocios. Esto es debido principalmente a que tuvo que dejar los estudios debido a la precariedad económica de su familia. Con el tiempo se casa y logra hacerse de un pequeño capital y pudo comprar una finca a la que llamó “La Quinta Chilla”, aunque murieron su esposa y dos de sus hijos, pero nunca perdió el carácter cómico que tenía. Obregón no participó en la primera etapa de la revolución ni estuvo presente en la caída de Madero en 1913. Solo se subió al maderismo cuando triunfó y después confesaría su cobardía de por qué no involucrarse en esto. Sin embargo, se integró a la revolución durante la rebelión de Pascual Orozco contra Francisco I. Madero. Obregón desde el principio dio muestras de un talento militar innato, en especial con la guerra defensiva que utilizó más adelante contra Francisco Villa con el fin de derrotarlo. Obregón, al igual que Porfirio Díaz, era desobediente, y esto no impidió que tuviera éxito en batalla durante la rebelión contra Victoriano Huerta.
Entre sus oficiales más destacados estaba un antiguo profesor llamado Plutarco Elías Calles, nacido en 25 de septiembre de 1879 en el puerto de Guaymas, Sonora. A diferencia de Obregón, Calles era malo para los negocios y se había dedicado a la docencia durante mucho tiempo. También se había unido al maderismo desde sus inicios y también combatió a Pascual Orozco. Creo yo que la mayor victoria militar de Calles fue en Agua Prieta donde derrotó al mismísimo Francisco Villa. Pero a Calles lo dejaremos de lado de momento, todavía no terminó con Obregón. Con esta derrota, y las anteriores en Celaya y Hermosillo (esta última ante Diéguez) fue como el villismo fue reducido a una guerra de guerrillas. Esto además se logró gracias a la alianza de Obregón con la Casa del Obrero Mundial para formar los Batallones Rojos del Ejército Constitucionalista, con las que se aseguró la supremacía de las facciones revolucionarias contrarias a Carranza. Obregón también participó en la Convención de Aguascalientes, donde le propinó a Villa una derrota de tipo psicológica. Desde luego que su facción estuvo detrás de los artículos más radicales de la Constitución de 1917, que son el 27 y 123. Sin embargo, Carranza traicionó a Obregón y este se rebeló contra el Barón de Cuatro Ciénegas con el Plan de Agua Prieta de 1920. Esto llevó al Primer Jefe a huir con rumbo a Veracruz con todo su gabinete y archivo. Sin embargo, habían volado las vías y tuvieron que continuar a caballo. Yendo por la Sierra Norte de Puebla, llegaron al poblado de Tlaxcalantongo donde fue ultimado el Barón de Cuatro Ciénegas.

Aunque no puedo negar que la obra de Álvaro Obregón en materia económica y la labor educativa de José Vasconcelos, temo decir que el presidente dejó tras de sí una estela de muerte. En primer lugar yo pondría la misteriosa muerte del sobrino de Obregón, Benjamín Hill, que dicen las malas lenguas que fue envenenado por órdenes de su tío y sus compinches. También hay que ver que durante la rebelión Delahuertista en 1923-1924 Obregón y Calles fueron bastante sanguinarios con sus compañeros de lucha como Diéguez, Buelna y Maycotte a los que mataron de manera inmisericorde. Creo que también es necesario mencionar que Obregón y Calles también ordenaron el asesinato de Villa en 1923 por apoyar la candidatura presidencial de Adolfo de la Huerta. La Guerra Cristera creo yo que fue algo lamentable, en la suma de muertes de ambos bandos fue de 70,000 personas, la mayoría ocurridas en el Bajío y Occidente del país. Desde luego que después Calles se quitaría a Obregón de encima y utilizaría a León Toral como chivo expiatorio luego de su reelección en 1928. A partir de entonces y hasta 1936 gobernó el país por teléfono. Calles se dedicó a controlar a los presidentes para su provecho, empezando con el fraude electoral del que hicieron víctima a Vasconcelos en 1929. Renunció a Pascual Ortiz Rubio y dejo al raterazo de su paisano, Abelardo L. Rodríguez, como presidente. El único con la habilidad política suficiente como para minar el poder de Calles fue Lázaro Cárdenas que finalmente lo expulsó del país, pero en cambio la funesta herencia de los sonorenses prevaleció en el sistema corporativo que Cárdenas no solo dejó intacto sino que lo consolidó para los futuros mandatarios.       

martes, 11 de abril de 2017

El liberalismo mexicano

En el 98 aniversario del asesinato a traición de Emiliano Zapata quisiera hablar del grupo que puso sobre la mesa las razones de su lucha a favor de la recuperación de tierras por parte de los campesinos de su natal Morelos. Estoy hablando desde luego de los liberales como Benito Juárez, José María Iglesias, Miguel y Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz e Ignacio Comonfort. No condeno sus ideas, pues no eran malas, lo que repruebo son sus acciones en beneficio de los norteamericanos (excepto Porfirio Díaz) y la marginación inmisericorde de la que fueron víctimas los indígenas por llevar al extremo sus ideas. Las ideas de separación entre la Iglesia y el Estado en mi opinión fueron acertadas, pero las propiedades de esta y de las comunidades indígenas fueron para el beneficio de unos cuantos con la Ley de Desamortización.
Entrando en materia, las ideas del Partido Liberal tuvieron auge en materia económica durante el Porfiriato, las políticas creo que solo en la República Restaurada y la presidencia de Francisco I. Madero y por corto tiempo por lo mismo. La libertad individual era y sigue siendo el pilar de los liberales de todo el mundo: libertad de expresión, libertad económica y libertad de conciencia fueron y siguen siendo las piedras angulares del liberalismo. La libertad económica fue lo que ayudó a nuestro país a llegar a la Revolución Industrial con la expansión de los ferrocarriles, la explotación de minerales y otros recursos naturales y la industria. Además de todo, los liberales no se andaban por las ramas en cuanto a la delincuencia, puesto que en ese tiempo a los salteadores de caminos que asolaban el país se les mataba y se los colgaba de un árbol amarrados por el cuello, y en estos tiempos suena bastante tentador retomarlo. Todo lo anterior en aras de llevar al país a su desarrollo y fue la única época en la que el país dio una probada de su verdadero potencial. Que en ese tiempo la explotación laboral era algo común, pues sí, lo era, y casi ningún gobierno tenía agenda social en aquella época. Ese es creo yo el principal defecto del liberalismo clásico, el pensar que los empresarios harían algo por el bien de sus trabajadores, ya que el ser humano por lo general no piensa más que en sí mismo, no en los demás.
Las acciones de los liberales son las que pongo en tela de juicio porque estas en parte fueron las que condujeron a la Revolución Mexicana. Una de ellas fueron las excesivas concesiones hechas a los norteamericanos y que Porfirio Díaz intentó contrarrestar atrayendo inversionistas europeos (por eso lo tengo aparte de otros liberales). Prueba de lo que digo es el Tratado de McLane-Ocampo en el que se le cedían a los norteamericanos derechos de paso por el Istmo de Tehuantepec y desde varios puntos de la frontera norte a importantes puertos del Pacífico con el derecho de poseer tierras y matar. Además, vendieron templos a varias iglesias evangélicas y miembros del Partido Liberal se quedaron con el producto de dichas ventas. Además, se supone que los liberales eran los representantes de la legalidad y la democracia republicana y sin embargo esto no impidió que Benito Juárez recurriera al fraude electoral o al congreso para pedir poderes extraordinarios y de ese modo perpetuarse en el poder. Tampoco voy a decir que apruebo la represión brutal contra los yaquis y mayos  en Sonora ni la de los tzotziles en Chiapas para quitarles sus tierras en 1868 y 1869, respectivamente. Todo lo anterior obedece a una elite que quería convertirse en potentada y la verdad estos métodos son para morirse de vergüenza porque no es el modo de hacer las cosas creo yo.

Por ejemplo, es cierto que en el tiempo de Juárez la Iglesia y los pueblos indígenas era la principal tenedora de tierras, pero los indígenas no sabían nada de individualismo y soy un ferviente creyente de que en la propiedad privada puede haber propiedad colectiva. Y es más fácil de lo que uno piensa. Dando títulos de propiedad a las personas que quisieran trabajar de manera colectiva mediante sociedades civiles y dándole a cada copropietario el derecho de hacer con sus parcelas lo que creyeran más conveniente para sus intereses. En cuanto a la libertad de cultos la verdad es que una cosa es decir que cualquier religión debe ser respetada y en definitiva no puede aprobar que los liberales, en su mayoría masones, de querer descatolizar al país de un plumazo y al ser el catolicismo una religión creo yo que entra en abierta oposición a la libertad de cultos plasmada en las Leyes de Reforma y la Constitución de 1857. Es por eso que a los liberales les tengo cierto recelo, pero voy a aclarar que sus ideas son rescatables de manera general. Aunque considero que los conservadores fueron grandes patriotas, la iglesia no podía seguir interviniendo en los asuntos del estado a pesar de ser un país de mayoría católica. No concibo la idea en el México moderno que los obispos cobrasen del erario o que tengan puestos públicos. También retomaría sin lugar a dudas el proyecto económico liberal en base al mérito y dejar atrás el corporativismo que nos ha impedido tener un desarrollo económico y social más que mediocre y una inmovilidad social más que crónica. Todo lo anterior, creo yo que son las grandes deudas del liberalismo mexicano y que hasta la fecha seguimos padeciendo. Y lo recalco: soy creyente del liberalismo en el siglo XIX, pero no apruebo las acciones de Juárez y su sequito en materia política y legal para llegar al poder.   

domingo, 9 de abril de 2017

Venustiano Carranza, falso constitucionalista

Venustiano Carranza es un personaje un tanto controvertido en la historia de nuestro país al no haber querido la redacción de la Constitución de 1917. Algo acomodaticio, sin embargo me temo que Carranza tenía una agenda política y social un tanto distinta a la de Madero, es decir, antes que nada el coahuilense era carrancista. Entonces tampoco hay que negar que Carranza era ciertamente un conservador, ya que era un hacendado ganadero en el estado de Coahuila. Carranza había colaborado tanto con el régimen de Díaz y después con Madero, y ambos personajes veían a don Venus con cierta desconfianza. Para Madero “Carranza era un viejo pachorrudo que pedía permiso a un pie para adelantar el otro”. Sin embargo, les puedo decir que Carranza le dio a su paisano: “Revolución que tranza se suicida”, en referencia a las concesiones hechas por Madero a los porfiristas como el interinato de León de la Barra y el haber licenciado a las tropas revolucionarias y no a las federales.
Empecemos por el principio: Venustiano Carranza Garza nació en 29 de diciembre de 1859 en Cuatro Ciénegas, Coahuila. Su padre había sido un militar destacado durante la Reforma y la Intervención Francesa e incluso tuvo un reconocimiento por parte del presidente Benito Juárez. Venustiano intentó segur los pasos de su padre, pero una enfermedad en los ojos se lo impidió. Entonces fue cuando se dedicó a la política y fue presidente municipal de Cuatro Ciénegas. Fue en ese entonces cuando el presidente Porfirio Díaz intentó imponer como gobernador a un tal Garza Galán, al que se oponían incluso los miembros de la familia Madero. También el procónsul del general oaxaqueño en el noreste, Bernardo Reyes, intentó imponer a su candidato, pero ninguno los dos candidatos fue electo. En ese momento, tanto Carranza como don Evaristo Madero, abuelo de don Panchito, se oponían un tanto a la política de Porfirio Díaz, pero don Evaristo también desconfiaba del Barón de Cuatro Ciénegas. La verdad es que el modo de hacer política de Carranza siempre fue bastante peculiar, y esto se vería en los años venideros, empezando por, un mes después del asesinato de Francisco I. Madero.
En marzo de 1913, cuando Carranza promulga en Plan de Guadalupe donde llama a la rebelarse contra Victoriano Huerta, no se plasman de ninguna manera reformas sociales. Las razones que manifiesta el Primer Jefe es que si ponía reformas sociales, nadie querría ir a luchar de este modo. Sin embargo, no estaba de acuerdo con hacer reformas sociales de gran envergadura. E incluso tuvo que aceptar a regañadientes la alianza de Álvaro Obregón con la Casa del Obrero Mundial para formar los batallones rojos del Ejército Constitucionalista. Cabe destacar que el Barón de Cuatro Ciénegas  era un profundo admirador de Benito Juárez y buscó por todos los medios emular sus acciones. En cierto modo lo hizo, puesto que nunca tuvo un ejército propio y dependía de otros que sí tenían talento militar para ganar poder. Esto, junto con el programa social de la División del Norte y el zapatismo contribuyó a que el Barón tuviera roces con Francisco Villa y Emiliano Zapata que terminaron en rencillas irreconciliables entre los principales líderes de la Revolución. Estas diferencias se acentuaron luego de la Toma de Zacatecas, el 23 de junio de 1914, y la Convención de Aguascalientes en octubre de ese mismo año. De hecho, Carranza abandonó la Convención a los pocos días y después envió a Pablo González y Álvaro Obregón en contra de Zapata y Villa, derrotando a ambos caudillos de forma aplastante.

Carranza fue un enemigo implacable de las causas populares durante su mandato presidencial y de hecho sus diputados en el congreso constituyente de Querétaro de 1916 a 1917 se opusieron a hacer reformas sociales de gran envergadura. Sin embargo, el ala jacobina de los constituyentes, dirigida por Álvaro Obregón, eran mayoría y ellos estaban de acuerdo con las reformas sociales radicales. Quizá por esto fue lo que motivó al Barón de Cuatro Ciénegas a no promover la candidatura de Obregón en 1920. Antes de eso, en 1917 se produjo una hambruna en todo el país como consecuencia de la inactividad del campo durante la guerra contra Huerta. Hubo una inflación generalizada y los obreros se lanzaron a protestar. Como consecuencia, Carranza revivió una ley de 1862 en la que se castigaba con la muerte a los trabajadores que incitaran a la huelga. En otro punto, en el año de 1919 se produjeron las muertes de Felipe Ángeles y Emiliano Zapata, graves errores que le costarían prestigio a Carranza. Además, su sequito tenia uñas muy largas, de ahí es de donde viene el verbo “carrancear”. El fin de Carranza se dio por la ingratitud del Primer Jefe hacia Álvaro Obregón, que quería ser su sucesor en la presidencia. Desde luego que el ejército no acepto la candidatura de Bonillas y es cuando el Manco de Celaya lanza el Plan de Agua Prieta, Sonora. En él se desconocía a Carranza como presidente y este último, temiendo por su vida, huye hacia Veracruz, pero en el camino los reaccionarios vuelan la vía y es entonces que se ve obligado a ir a caballo hasta Tlaxcalantongo, Puebla. Ahí fue ultimado en la madrugada del 20 de mayo de 1920. Como podemos ver, Carranza era un personaje bastante maquiavélico, con sus enemigos no tuvo misericordia además de que pagó a sus subordinados con la más abyecta ingratitud. Y así abundan personajes de este tipo en las páginas de la historia de nuestro país.   

martes, 4 de abril de 2017

La Convención de Aguascalientes

Si un fracaso en la historia es lo bastante grande como para poder ser incluido en los libros de historia oficial, esa es la Convención de Aguascalientes. Esta fue convocada para el 10 de octubre de 1914 como un intento de los constitucionalistas de limar asperezas con los villistas y zapatistas. Recordemos pues la tensión entre Venustiano Carranza y Francisco Villa que llegaron a tal grado que el Primer Jefe tomo medidas drásticas bastante infantiles como el dejar de enviar carbón a los trenes de la División del Norte para evitar la llegada de este ejército a la Ciudad de México y de ese modo los que entraron de manera triunfal fueron las tropas de Pablo González y Álvaro Obregón. Además, Carranza siempre despreció las demandas de Zapata y Villa, en parte porque el Barón de Cuatro Ciénegas era un hacendado y además porque la reforma agraria destruiría al campo mexicano como lo demostró Lázaro Cárdenas veinte años después.
Nada más imagínense el cuadro: Zapata, Villa y Carranza tenían cada uno su propia agenda social y política. De hecho, los carrancistas abandonaron la convención unos cuantos días después, pues entre Carranza y Villa se peleaban por el mando de la Revolución. Además, lo que los unió era un odio por Huerta y cuando este renunció, era obvio que se pusieron el uno contra el otro. Hay que agregar que Carranza tenía también celos por Francisco Villa debido al carisma de este y tenía su propio ejército, y el Primer Jefe dependía de la lealtad de sus generales Álvaro Obregón y Pablo González. Además de todo, los proyectos de reforma agraria de Zapata y Villa no eran del agrado del primer Jefe, aunque la propuesta zapatista era la menos radical de las dos. Los villistas confiscaron las haciendas de los territorios que llegaron a dominar y tenían la premisa de repartirlas entre las tropas después de la Revolución, y el mismo Villa quería pasar el resto de sus días en la vida campirana (así ocurrió en Canutillo). Como poca gente sabe que Carranza quería conservar las haciendas como unidad e producción y no es difícil imaginar la confusión que mis palabras puedan generar. Todo lo anterior es para generar desacuerdos irreconciliables entre los revolucionarios, lo que llevó a otra guerra civil en nuestro país.
Durante la Convención, se declaró a Eulalio Gutiérrez como presidente de México al ser neutro para ambos bandos. Entre las peticiones de Gutiérrez estaba la renuncia de Carranza y Villa, y dada la intransigencia de los dos, esta no es presentada por ambos caudillos. Además, era bastante difícil limar asperezas puesto que Villa había desobedecido la orden de Carranza de no tomar partido en la batalla de Zacatecas y hay que aunar los celos que el Primer Jefe sentía por el comandante en jefe de la División del Norte por el carisma de este y el poderío de su ejército. Con el paso de los días, los constitucionalistas fueron abandonando la Convención y únicamente los villistas y zapatistas permanecieron en Aguascalientes. Se firmaron los acuerdos y a partir de entonces se formaron los ejércitos de la Convención. Entonces fue cuando Carranza ordenó la persecución de Zapata y de Villa ambas cumplidas cabalmente por Pablo González y Álvaro Obregón. Pero antes de llegar a ese punto, la Convención sesiona en la Ciudad de México que es cuando se encuentran Zapata y Villa por primera vez. Es en ese momento cuando los caudillos se toman la histórica fotografía en la silla presidencial en tono de broma. En ese momento es cuando ambos caudillos firman acuerdos de colaboración y en seguida voy a decir por qué.

Villa decidió irse a combatir a las tropas de Carranza en el Bajío y este fue el principio de la decadencia de la División del Norte. Hubo dos grandes batallas en Celaya y en ambas fue derrotada por las tropas al mando de Álvaro Obregón. Claro que Villa en una de las batallas le voló el brazo a Álvaro Obregón y este último estaba a punto de suicidarse cuando fue detenido por un de sus subalternos. Villa entonces decidió marchar hacia el norte y arrebatarles Sonora a los constitucionalistas. Sin embargo, fue derrotado en Agua Prieta por Plutarco Elías Calles y en Hermosillo por Diéguez, ambos de las fuerzas de Obregón. Los generales empezaron a desertar e incluso Tomás Urbina, su compañero desde la etapa de bandido, se rebela. Mientras tanto, Pablo González emprende acciones en contra de las tropas de Zapata en Morelos, de tal manera que induce el saqueo y el incendio del estado y una a una empiezan a caer las principales ciudades en manos de los carrancistas. Uno a uno los subalternos zapatistas empiezan a desertar. Con todo esto, tanto el zapatismo como el villismo entran decadencia para el momento de la promulgación de la Constitución de 1917, aunque ambos comandantes continuarían con guerra de guerrillas. Esto continúo incluso después del asesinato de Emiliano Zapata en 1919 en el caso de Morelos y hasta después del crimen de Carranza al año siguiente, que es cuando Villa se rinde. Entonces pues, lejos de limar asperezas, la Convención de Aguascalientes solo sirvió para aumentar los desacuerdos que venían desde el momento previo a la Batalla de Zacatecas por proyectos de nación diferentes y las intransigencias de sus comandantes. Todo lo anterior llevó a las diferencias facciones a una guerra fratricida más sangrienta que las revoluciones maderista y constitucionalista juntas.