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martes, 31 de enero de 2017

Las constituciones de México I. La constitución de Apatzingán

A unos cuantos días de la celebración del centenario de la Constitución de 1917, que fue el resultado de la lucha revolucionaria. Dedicare las próximas entradas a hablar de las diferentes constituciones que han regido a nuestro país. Para empezar diré que la nación ha sido regida por tres constituciones: la de 1824, la de 1857 y la de 1917, siendo una tras otra el fracaso del régimen anterior. El problema no ha sido tanto las constituciones sino que la clase política se ha encargado de hacer todo conforme a sus caprichos y dando por sentado que todo lo demás tiene un significado muy relativo. Pero esa es otra historia.
A pesar de que el México independiente lleva tres leyes supremas en cerca de 200 años de libertad del yugo español, siempre se cuenta a la constitución redactada en 1814 por José María Morelos como la primera carta magna de la historia. Y sí lo es, pero como nunca llegó a aplicarse solo la voy a contar como un antecedente.
Como sabemos, Morelos fue el que continúo con la lucha de la independencia de la Nueva España a la muerte del cura Hidalgo. José María Morelos y Pavón en mi opinión fue uno de los hombres más importantes en la historia no solo por sus dotes como militar a pesar de no haber tenido dicha educación formal, sino también por sus enormes conocimientos de jurisprudencia y sus habilidades de liderazgo. Tales conocimientos lo llevaron a formar un congreso constituyente en Apatzingán, en el actual estado de Michoacán. Esto fue con la intención de comenzar a darle forma al nuevo estado con las ideas liberales que estaban muy de moda en Europa en ese entonces.
Para eso hay que ver un poco el contexto en el que se dio la guerra de independencia de nuestro país. Cuando el cura Hidalgo dio el grito de Dolores en 1810, en España se reunía un congreso constituyente en la ciudad de Cádiz con el fin de redactar una constitución de corte liberal clásico con las ideas de Rousseau, Montesquieu y otros influyentes personajes que intervinieron en la Revolución Francesa. Esta constitución fue aprobada en 1812, sin embargo al poco tiempo fue cuando España sufrió la invasión francesa, siendo Napoleón Bonaparte el emperador de Francia. Antes de esto el rey de España, un idiota de la dinastía de los Borbón llamado Fernando VII se negó a ratificarla puesto que limitaba los movimientos del monarca y en el momento de la invasión de parte de las tropas francesas lideradas por Napoleón este rey cobarde se convirtió en esclavo del monarca francés, e incluso el mismo Bonaparte se arrepintió de tenerlo como prisionero y llegó a decir que mejor lo hubiese dejado en el trono para que los españoles se dieran cuenta la clase de estúpido que tenían como monarca. En ese tiempo se inventó una frase muy despectiva contra España: “África empieza en los Pirineos”, siendo esta cordillera la frontera natural entre España y Francia.
Entonces Morelos retomó las ideas de la constitución de Cádiz, que era apodada “la Pepa” porque se promulgó el día de San José. Morelos intervino activamente en el congreso constituyente de Apatzingán e incluyó partes donde se reconocía la igualdad ante la ley, formaba a la nueva nación como una república democrática (craso error) y en ella se daban los derechos clásicos que ya se incluían en otras constituciones de la época como la de Estados Unidos, promulgada apenas en 1787 donde ya se daban los derechos civiles básicos de libertad y democracia, además de que las antiguas trece colonias eran admiradas por tener el primer manifiesto en papel de los derechos adquiridos durante la Revolución Francesa. Incluso Morelos dijo que “lo único que diferenciara a un americano de otro es el vicio y la virtud” durante ese congreso y esa frase ha trascendido el tiempo.

Sin embargo, la Constitución de Apatzingán nunca entró en vigor puesto que las tropas insurgentes comenzaron a ser derrotadas y mermadas por las tropas realistas gracias a los errores militares cometidos por Morelos que se había encaprichado en tomar Acapulco. Además de todo, el brillante militar estaba distraído del campo de batalla debido al congreso constituyente, y debido a que todo estaba en la clandestinidad, pues era un congreso errante y de hecho los realistas capturaron a Morelos en una intentona para trasladar al congreso constituyente a Tehuacán. Con la captura de Morelos se acabó el segundo intento de independizar México de España y la Constitución de Apatzingán.  

sábado, 28 de enero de 2017

Juárez el falso republicano

En días pasados publique una entrada acerca del segundo imperio mexicano y ahí mismo dije que era uno de los temas que más me intrigaba e interesaba. Ahora quiero hablar del otro lado de la moneda que son Juárez y los ejércitos republicanos que combatieron a los franceses y a los imperialistas. Sin embargo, tengo motivos para apoyar a Maximiliano y no a Juárez y la República y creo que mis motivos son bastante válidos como para tener esta preferencia. Y es que en México parece que hablar de la monarquía es un tabú a pesar de que este país no es de tradición republicana ni democrática como se ha demostrado en varias ocasiones a lo largo de nuestra historia.
En primer lugar los liberales fueron unos vendepatrias que se cansaron de ofrecerle este país al gobierno de Estados Unidos a cambio de reconocer su gobierno e incluso se especula que estaban dispuesto a ceder parte del territorio nacional a los norteamericanos. Entre los documentos más vergonzosos de nuestra historia se encuentra el Tratado de McLane-Ocampo en el que prácticamente se cedían los derechos de paso a los norteamericanos sin rendirle cuentas al gobierno mexicano, incluida la intervención sin permiso de este último para “proteger los intereses del tío Sam”.
Antes que nada hay que ver cómo fue que Juárez llegó al poder durante la Guerra de Reforma y como bloqueo a sus rivales de la primera magistratura nacional. Como sabemos una de las constituciones nacionales fue promulgada el 5 de febrero de 1857 y en este documento por primera vez en la historia se incluían derechos individuales que serían retomados sesenta años más tarde. En esta Carta Magna se establece que México se organizaría en estados libres y soberanos (en teoría, pues de facto se aplica un centralismo propio de la época colonial) además de establecer la separación de la iglesia del estado. Pero quizá el punto más polémico en esta época sería el reconocimiento de la propiedad privada por encima de la comunal lo que a la larga afectaría a los pueblos indígenas ya que esta resolución dio pie a que les quitaran sus tierras y el nacimiento de los latifundios que serían una de las causas de la Revolución Mexicana.
La polémica en la época era el establecimiento de la separación de la iglesia del estado ya que hasta aquel entonces y a pesar de la independencia la iglesia católica todavía ocupaba un lugar preponderante en la vida política, económica y social de aquella época. Cuando se promulgo la constitución de 1857 el presidente de México era Ignacio Comonfort y fue el que incito la rebelión de los conservadores en primer lugar. Para entender esto hay que saber que el bando de los liberales se dividía en dos grupos: los liberales radicales, integrado por Juárez, Ignacio Ramírez “el Nigromante”, Miguel Lerdo de Tejada, José María Iglesias y Melchor Ocampo; el otro eran los liberales moderados, siendo el mismo Comonfort el único integrante de este grupo de los que me acuerdo.
Comonfort intentó por todos los medios tratar de reconciliar a los liberales y los conservadores, y por tratar de quedar bien con los dos bandos en realidad hizo todo para quedar mal. Esto provocó la renuncia de Comonfort a la presidencia, y dado que en aquel entonces la constitución establecía que en este caso el que debía asumir el cargo de presidente era el presidente de la Suprema Corte, que era Benito Juárez. Juárez fue el que asumió el liderazgo del país durante la Guerra de Reforma en contra de los conservadores. Sin embargo, los liberales no tenían el apoyo del pueblo mexicano debido a la ley de desamortización de los bienes del clero. Y temo darles la razón a los conservadores en esta ocasión dado que la expropiación y venta de los bienes de la iglesia católica solo sirvió para beneficiar a unos cuantos y los no ayudo en nada al desarrollo nacional además de que las tierras del clero pasaron a unas cuantas manos y esto también dio pie a la formación de latifundios.
Juárez dio una muestra de sus verdaderos ideales durante la Intervención Francesa, pues la constitución establecía que en el país el presidente solo debía durar cuatro años en el poder independientemente de la situación del país. Sin embargo, Juárez no daba muestras de querer abandonar el poder y con esto se empezaron a dar roces en el bando liberal. En aquel entonces el presidente de la Suprema Corte era el general Jesús González Ortega y este le pidió al presidente que dadas las circunstancias le entregara el poder a él, a lo que Juárez se negó rotundamente.
Cuando el imperio fue derrotado y con Maximiliano fusilado llegó un momento denominado la “República Restaurada”, sin embargo aquellos años no se caracterizaron por ser republicanos precisamente. Juárez estaba buscando el modo de obtener poderes especiales para seguir mandando el país como si todavía estuviera en guerra. Juárez utilizo medios para obtener lo que quería y gobernar prácticamente sin que el congreso le estorbara, y como la mayoría de los diputados eran adictos a él, no hubo impedimentos para darle dichos poderes. Esto le generó críticas incluso dentro del seno del mismísimo Partido Liberal cuando Ignacio Ramírez “el Nigromante empezó a criticarlo en su periódico “El siglo XIX” por tomar posturas radicales que ni el emperador Maximiliano había tomado a pesar de haber intentado implantar una monarquía en nuestro país.
El colmo del descaro llegó en las elecciones de 1871 en las que se presentaron Porfirio Díaz, Jesús González Ortega y el propio Juárez. Aunque no tengo los detalles de dichos comicios  especulo que el que tenía la preferencia era Porfirio Díaz, sin embargo fue Juárez el que inventó las elecciones fraudulentas que un siglo después implementaría el PRI (se nota que este último partido sí es heredero del Partido Liberal). Díaz se levantó en armas contra Juárez con el “Plan de la Noria” de 1871, sin embargo fue derrotado.

Otra muestra de que Juárez no era republicano ni demócrata es el hecho de que los gobernadores de los estados eran nombrados por el presidente de la república gracias a los poderes especiales otorgados por el congreso. Si mal no recuerdo la constitución de 1857 establecía que los estados son libres y soberanos (rectificado por los constituyentes de 1917) con derecho a elegir un gobierno propio y tener sus propias constituciones y leyes siempre y cuando no contravinieran la constitución federal. Obviamente esto quedo en letra muerta hasta nuestros días puesto que los estados no tienen la autonomía de un sistema federal dado que el poder central es el que tiene la última palabra, aunque los estados del norte de nuestro país son los que más se resisten a los embates del gobierno federal siendo el más representativo Nuevo León. Con esto queda claro que Juárez no era un republicano, sino un monarquista mucho más hambriento de poder que Agustín de Iturbide, Maximiliano y Carlota juntos.    

jueves, 26 de enero de 2017

Madero el espiritista

Hay aspectos de los personajes de la historia de México que no son ocultados por los historiadores de quincena. Por ejemplo no nos dicen nada acerca de los crímenes cometidos por el cura Hidalgo o que es posible que Porfirio Díaz haya sido electo democráticamente y que Juárez le hizo un fraude electoral. Sin embargo hoy quisiera tratar un tema poco conocido de una afición que tenía Francisco I. Madero, llamado el apóstol de la democracia por no pocos historiadores.
Se de tres autores que relatan cómo Madero era aficionado a este tipo de prácticas que aprendió en sus años de estudio en Europa (Enrique Krauze, Francisco Martín Moreno y Friederich Katz). En París Madero encontró los libros que hablan acerca de cómo hacer contacto con los espíritus del más allá escritos por un tal Allan Kardec. Según he leído hay personajes destacados que se dedicaron a hacer sesiones en torno a una mesa con la intención de hablar con los muertos tales como el escritor francés Víctor Hugo o el británico Arthur Conan Doyle y científicos como fue el caso de Alfred Russel Wallace. Estas ideas tuvieron su origen en Francia a mediados del siglo XIX y al parecer tuvieron gran éxito entre personajes que aparentemente en su tiempo fueron considerados intelectuales. Esto es una contradicción puesto que Francia también es la cuna de la ciencia positivista y el racionalismo y me cuesta creer que en este país se inventaran ese tipo de charlatanerías.
Pero independientemente de mi opinión, estas ideas tuvieron un gran impacto en los ideales de Madero que a partir de entonces dedicó gran parte de su vida y su fortuna al espiritismo y a ayudar al prójimo según le dijeron los espíritus. Uno de los primeros espíritus invocados por Madero fue el de su hermano Raúl, que había muerto muchos años atrás en un trágico accidente en el que se echó encima una lámpara de petróleo ocasionándose quemaduras que después le causarían la muerte. Él fue el que le dijo que su misión en la vida era trascender en la política para ayudar al prójimo desde los puestos de elección popular. Por sus creencias, Madero también se volvió vegetariano, dejo de beber y empezó a tener un modo de vida modesto.
Tiempo después Madero empezó a invocar al espíritu de un tal José, que le ordenó documentarse en la historia de México. Y según Krauze, también se dedicó a invocar los espíritus de Miguel Hidalgo, Benito Juárez y otros destacados personajes de nuestra historia. Por lo que se, Madero escribió obras como “La sucesión presidencial de 1910” y el Plan de San Luis en un estado de “mediumnidad” (es decir, en trance), yo supongo que es posible que el tal José le dictara los textos de dichas obras.
Lo que también se es que Madero era profundamente ingenuo e impulsivo, una mala combinación sabiendo como terminó sus días. Si es cierto que el apóstol de la democracia fue influenciado por espíritus del más allá queda claro que sus ideales no eran más que una ilusión, misma que nos han enseñado en la historia oficial y eso explicaría nuestra decadencia actual. Debido a sus dos defectos, Madero convocó a una rebelión contra el general Porfirio Díaz cuyos principales pecados eran haberle dado a este país la paz y la estabilidad que no habían tenido desde la independencia.
El problema es que Madero dejó a parte del gabinete del general oaxaqueño, incluido en general Victoriano Huerta sin saber que estaba firmando su sentencia de muerte. Madero confió en este personaje hasta el final a pesar de que Huerta había solapado la rebelión de Félix Díaz y Aureliano Blanquet en la ciudadela y frecuentemente le enviaba al presidente informes apócrifos acerca de las actividades de estos dos últimos personajes. Además, Madero no tenía en favor al pueblo de México puesto que había incumplido con sus promesas plasmadas en el Plan de San Luis y se le estaban rebelando algunos colaboradores como Pascual Orozco y Emiliano Zapata que no dudó en aplacar con ayuda del mismo Huerta.
Por lo tanto me atrevo a concluir que las creencias de Madero fueron la causa principal de su propia ruina y esto lo llevó a ponerle fin a treinta años de paz y estabilidad solo para pedir la democratización del país. Lo que me queda muy claro es que Madero solo ensangrentó al país por nada y al darme cuenta de que nuestra clase política es producto de esa lucha armada no puedo hacer otra cosa que asquearme, puesto que el que abrió la caja de pandora le pedía consejo a gente del más allá, lo que me parece ridículo en un estadista. Y sin embargo, las creencias en este tipo de cuestiones es más común entre la clase política de lo que creemos.   


martes, 24 de enero de 2017

Los crímenes del padre de la patria

Miguel Hidalgo y Costilla fue el que encendió la mecha del movimiento de independencia en el ya lejano 16 de septiembre de 1810. La historia oficial nos cuenta que fue miembro de la conspiración de Querétaro que inició en 1808 para liberase del yugo español. Los miembros de dicho conclave eran personajes como la famosísima Josefa Ortiz de Domínguez, su esposo Miguel Domínguez, el coronel del ejército realista Ignacio Allende, curas como el ya mencionado padre de la patria, además de Ignacio López Rayón y otros miembros del ejército español como José Mariano Jiménez. Este conclave fue uno de los más importantes en la historia de México y fue descubierto a mediados de septiembre de 1810 lo que hizo que se adelantara el alzamiento en armas varios meses.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas para los primeros insurgentes ya que hubo desacuerdos entre el coronel Ignacio Allende y el cura Hidalgo. El cura Hidalgo se hizo famoso en toda la Nueva España por ser sanguinario e incitar las matanzas y saqueos entre los miembros del famoso ejército. Tales actos fueron consumados en las batallas de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, Guadalajara, Monte de las cruces y otras luchas donde sin sentir el más mínimo rubor el cura Hidalgo alentó los saqueos y que se masacrara a la población civil de manera inmisericorde. En la Alhóndiga de Granaditas murió muchísima gente entre hombres, mujeres y niños que se habían escondido por el ataque del ejército insurgente a Guanajuato.
El desacuerdo entre el cura Hidalgo y Allende se dio cuando este último se opuso terminante a los métodos del cura de Dolores. Esta fue la causa de su distanciamiento y llego al tal extremo que hizo que perdieran la batalla de Puente de Calderón, cerca de Guadalajara. Previamente a esa batalla el cura Hidalgo hizo gala de una ostentación increíble al hacerse acompañar por las dos muchachas más bonitas de la ciudad y hacer que le entregaran las llaves de la ciudad. También el cura dejo a su suerte al coronel Allende durante un segundo sitio a Guanajuato donde este último fue derrotado. Allende decidió matar al cura de Dolores, sin embargo este se había hecho cuidar por dos guardaespaldas que impedían el paso a cualquier persona y además hacía imposible envenenarlo, por ejemplo.
Finalmente Allende hizo prisionero a Hidalgo en Zacatecas y fue cuando decidió que iba a marchar con los restos de sus tropas hasta Estados Unidos para rearmar el ejército. Sin embargo, no lo lograron como sabemos. Fueron aprehendidos en Acatita del Baján, cerca de Monclova, en lo que hoy es Coahuila. Luego fueron conducidos a Chihuahua donde se les enjuiciaron por alta traición a la corona. El coronel Ignacio Allende denunció ampliamente los crímenes del cura Hidalgo y ambos fueron llevados al paredón en julio de 1811.
Por esos años el movimiento insurgente no tenía mucha popularidad y de hecho cuando se anunciaba el arribo de estas tropas el pueblo se apresuraba a esconderse. A quien la asignaron la tarea de perseguir a los insurgentes fue a Agustín de Iturbide, que los persiguió de manera incansable y a algunos de ellos incluso los llegó a fusilar. Puede que Agustín de Iturbide fuera después el consumador de la independencia, pero en ese momento estaba a la caza de los criminales que eran temidos en toda la Nueva España.     


lunes, 23 de enero de 2017

El Segundo Imperio

Ningún tema de la historia de México me ha intrigado más que la entrada en escena de Maximiliano y Carlota como emperadores. En primer lugar porque llegaron en una época en la que el país, para variar, estaba convulso por enfrentamientos internos siendo en este caso el de liberales y conservadores. En segundo lugar me intriga que ellos fueron traídos con mentiras por parte de los conservadores al decirles que se había hecho una votación entre los mexicanos para traerlos como monarcas, aunque en realidad todo el pueblo de México estaba de acuerdo con la coronación de ellos dos y desde luego que todos los querían a ellos y no a Juárez, incluyendo los indígenas que fueron privados de sus tierras por los nada patriotas ejércitos liberales.
En este contexto cabe mencionar que los conservadores acababan de perder la Guerra de Reforma que no fue otra cosa que una guerra civil por el poder. Claro que este grupo llevaba la ventaja de tener en sus filas militares destacados como Leonardo Márquez y Miguel Miramón que brillaron por ser grandes estrategas y el hecho de que los liberales no tuvieran el apoyo del pueblo como dice en la historia oficial hacía más grande esta ventaja. Claro que los liberales obtuvieron el apoyo de Estados Unidos y este fue el principal motivo por el que se inclinó la balanza de su lado. Los conservadores continuaron como una guerrilla y fue entonces cuando decidieron traer un príncipe de Europa para que fuera emperador de México.
Es cierto que parece que los conservadores fueron unos traidores al ir con Napoleón III para solicitar ayuda y facilitar la Intervención Francesa. Sin embargo, los liberales tampoco se comportaron de manera patriótica puesto que en el Tratado de McLane-Ocampo prácticamente le cedían a los norteamericanos derechos sobre nuestro territorio. Además durante la Intervención Norteamericana fueron los conservadores los que se opusieron tajantemente a ceder pedazos de territorios a los invasores y los liberales estaban encantados con la idea de que los norteamericanos fueran los amos y señores de este país. Y hay que agregar el hecho que en esos años era muy común que se le pidiera a algún príncipe que se hiciera cargo del gobierno de una nación extranjera.
Claro que les ofrecieron el trono a varios príncipes europeos y ninguno acepto puesto que la imagen de nuestro país era de una nación de salvajes (y la verdad no estaba tan errada). Sin embargo, cuando fueron a ofrecerles la corona a Maximiliano y Carlota en el castillo de Miramar, en lo que hoy es Trieste, Italia. Carlota acepto gustosa puesto que había sido educada para gobernar y odiaba gobernar Lombardía puesto que las rebeliones contra el gobierno austriaco eran el pan nuestro de cada día a pesar de que los virreyes eran bastante queridos por los lombardos. Entre la delegación mexicana que fue a pedir que Maximiliano y Carlota fueran emperadores de México estaba el hijo de José María Morelos, el héroe de la independencia. Maximiliano no estaba del todo convencido de que ir a gobernar un país azotado un día por la guerra civil y al otro también. Esto lo orilló a ir aplazando la ida a México y solo fue cuando la presión de su esposa Carlota que emprendieron ese viaje.
¿Quiénes eran Maximiliano y Carlota? Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena era el segundo hijo del emperador Francisco Carlos de Austria y hermano del sucesor de este, Francisco Fernando. Como era el segundo hijo, el heredero al trono era su hermano mayor, y por eso lo hizo firmar un papel en el que renunciaba a sus derechos al trono austriaco cuando le ofrecieron la corona mexicana. Maximiliano era apasionado de la naturaleza y el mar, lo que lo llevó a servir en la marina austriaca y a tomar el virreinato de Lombardía, donde coloco su residencia a la orilla del mar Adriático, el Castillo de Miramar.
 María Carlota Amalia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-Coburgo-Gotha y Orleans era la hija del rey Leopoldo I de Bélgica y era conocida en toda Europa por su gran belleza e inteligencia. Carlota fue educada como gobernante y siempre mostro interés por los asuntos del estado a pesar de que su hermano mayor Leopoldo era el heredero al trono. Por esto fue que Carlota aceptó de inmediato el trono de México puesto que ella quería gobernar al precio que fuera.
Carlota y Maximiliano llegaron a México en abril de 1864 y de inmediato apresuraron el viaje hacia la Ciudad de México, pues Veracruz era un lugar inmundo donde abundaban mosquitos portadores de enfermedades mortales. Fueron coronados en la Catedral Metropolitana el 10 de abril de 1864 en una fiesta llena de júbilo y alegría por parte del pueblo de México. En un principio la comitiva conservadora intentó instalarlos en Palacio Nacional, pero Carlota se quedó horrorizada al ver esa estructura de dos pisos que además estaba llena de chinches. Por lo tanto ambos decidieron instalar su residencia en el Castillo de Chapultepec.
De la pareja la que mandaba en el país era Carlota, puesto que Maximiliano se la vivió de viaje en un intento por ver las maravillas naturales de México y también para introducirse en la cultura nacional. Por lo tanto, la emperatriz decidió tomar acciones para comenzar a sanear la hacienda pública, dotar de agua potable, alcantarillado y alumbrado público a la Ciudad de México, abrir casa de cuna y asilos de ancianos y otras obras. Tanto Maximiliano como Carlota dictaron decretos para proteger a los pueblos indígenas como la devolución de sus tierras que les habían sido arrebatadas por las Leyes de Reforma y se comenzaron a dictar leyes para la protección de los trabajadores. En los terrenos económicos ambos eran liberales y apoyaron la separación de la iglesia y el estado, sin embargo no confiscaron los bienes del clero de manera punitiva como si lo hicieron Benito Juárez y su séquito con el fin de enriquecerse escandalosamente. Esto es porque en Europa las ideas liberales emanadas de la Revolución Francesa estaban muy de moda, por lo que Juárez era un pobre seminarista comparado con los emperadores que crecieron con estas ideas. La anécdota más importante de la defensa de los indígenas fue durante la visita a Mérida por parte de la pareja, donde Carlota mostró estar muy bien informada acerca de las condiciones de trabajo de los peones en las haciendas henequeneras.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas y el imperio empezó a hacer agua por tres motivos. El primero de ellos fue la falta de herederos; por razones que no están del todo claras, Carlota y Maximiliano no tuvieron hijos y empezaron a buscar aquí y allá la manera de perpetuar la monarquía en México. Le pidieron al hermano menor de Maximiliano que si podría venir a México como heredero, pero no aceptó. Le propusieron al otro hermano de Maximiliano que si les podía dar a su hijo mayor, entonces de 4 años, en adopción a lo que se negaron rotundamente (este bebe era el Archiduque Francisco Fernando, heredero a la corona austriaca asesinado en 1914 en Sarajevo a manos de Gavrilo Princip, lo que detonaría la Primera Guerra Mundial). En segundo lugar estaba el retiro del apoyo de Napoleón III, en primera por las amenazas del gobierno norteamericano puesto que ya había terminado la Guerra Civil, y en segunda por las amenazas continuas del gobierno de Prusia al gobierno francés, en especial del canciller Otto von Bismarck. Y en tercera lugar estaba el apoyo descarado de los norteamericanos a la causa republicana que terminaron por aplastar a los ejércitos imperiales.
Carlota se fue a Europa con la intención de evitar que Napoleón III y el papa Pío IX le retiraran el apoyo al tambaleante trono de su marido. Sin embargo, todo fue inútil puesto que el emperador francés retiro su ejército en 1867. Mientras tanto, Maximiliano luchaba por mantener a flote el imperio sin éxito alguno, lo que lo llevó al paredón en el cerro de las campanas en junio de ese mismo año con ayuda del coronel Miguel López que lo había vendido a los republicanos. Por otro lado, Carlota se volvió loca y moriría en 1927 en Bélgica.

Sin embargo, la república restaurada curiosamente tomó tintes de monarquía absolutista puesto que Benito Juárez busco cualquier medio para obtener poderes especiales absolutos para gobernar sin que el congreso ni nadie le estorbara, mientras que Maximiliano argumentó a la delegación mexicana que le fue a ofrecer la corona de México dijo que no aceptaría dicho cargo hasta ver una votación donde digan que iban a ser aceptados por el pueblo y junto con Carlota establecieron una monarquía constitucional. ¿Quién era el tirano? 

domingo, 22 de enero de 2017

La caída del Primer Imperio y la instauración de la república

Como todos nosotros sabemos el primer imperio fue efímero pues no duro ni dos años desde la coronación de Agustín de Iturbide hasta la abdicación de este por la rebelión de Santa Anna. Y es que al llegar a la independencia los líderes de dicho movimiento no sabían cómo continuar e instaurar un gobierno. Además de todo, los problemas del país, para variar, eran muy complejos. La economía estaba en ruina luego de 11 años de guerra y una inestabilidad política por las personas que no sabían si decidirse por la monarquía o la república democrática. Así estaban los líderes de un bando y del otro, y lo curiosos es que del lado republicano estaban sacerdotes tales como Fray Servando Teresa de Mier y Miguel Ramos Arizpe, mientras que del lado monárquico estaban pensadores como Lucas Alamán.
Y es que el enfrentamiento fue tal que fue aprovechado por el enviado de Estados Unidos Joel R. Poinsett cuyo talento era la intriga. Poinsett fue el que le dio la idea a Santa Anna de rebelarse contra el imperio a sabiendas de que si se instauraba una república en México la inestabilidad política podría ser aprovechada por Washington para arrebatarle territorios a nuestro país como efectivamente ocurrió tres décadas más tarde. El mismo Santa Anna confesaría años después que no sabía lo que significaba aquella palabreja pero como le había gustado pues se dirigió a Veracruz para declarar la República. El problema principal era que la república que esperaban instaurar una democracia aun cuando sabían que el pueblo mexicano era iletrado (como el día de hoy de cierta manera).
Además de todo hay que ver el contexto histórico en que se dio la independencia de México. Para empezar hay que ver que nosotros no venimos de tradiciones republicanas, sino de monárquicas absolutistas. Así era el imperio azteca donde el Huey Tlatoani tenía la última palabra en las decisiones del estado en tiempos de los aztecas y la manera de manejar su imperio del rey de España también era del todo absolutista pues el monarca tenía en su mano los destinos de su pueblo. Además de todo hay que ver que la mayoría del pueblo mexicano en ese entonces quería ser una monarquía con emperador y esto fue así por lo menos buena parte del siglo XIX, de ahí que la mayoría de la población quisiera como gobernante a Maximiliano y se denostara a Juárez.

Pero sobre todo la caía del imperio provocó una inestabilidad política sin precedentes, pues desde 1824 y hasta la caída del Segundo Imperio hubo en México 58 gobernantes y tal parece que el favorito de ellos fue Santa Anna. La tónica a partir de allí fue la de “quítate tú para ponerme yo” y la verdad hay que preguntarse si en realidad hubo elecciones democráticas. Hubo muy pocas elecciones en realidad, la mayoría de los gobiernos instaurados durante ese periodo de tiempo fueron producto de golpes de estado por lo general. Además de todo cada uno de los gobiernos establecidos entre 1824 y 1876 no se caracterizaron por ser democráticos sino por ser pequeños monarcas y por querer tener un pueblo sumiso a sus intereses. Cabe destacar que desde entonces la sociedad es hiperpolitizada y al elegir algún partido o candidato. Y para concluir esta entrada voy a decir que los únicos periodos en los que México ha tenido paz, estabilidad y desarrollo económico han sido durante las dictaduras como el Porfiriato o la del PRI demostrando de este modo que este país tiene preferencias monárquicas aunque mucha gente se decante por los supuestos beneficios de la democracia.     

sábado, 21 de enero de 2017

La conquista de México

Tantas cosas se han dicho de la conquista de nuestro país que la verdad se han ocultado detalles importantisímos de dicho evento. El principal de ellos fue la participación activa de ciertos grupos indígenas que tenían problemas con los aztecas. La participación de los indígenas en la conquista es un hecho ocultado por la historia oficial con la intención de rechazar las raíces españolas de nuestra y magnificar a los pueblos originales como personas incapaces de maldad alguna. El ejemplo más claro de estas ayudas fue el de la Malinche, que sirvió de interprete a Cortés en sus entrevistas con los pueblos que tenían conflictos con los aztecas. El objetivo de Cortés era hacer una alianza invencible con los líderes de estas comunidades que pagaban tributo a Tenochtitlan consistente en entregar a las mujeres jóvenes de la zona para ser llevadas al sacrificio de los dioses mexicas. En el caso de la Malinche era un conflicto personal lo que la llevó a ayudar a Hernan Cortés puesto que los aztecas habían matado a su padre por negarse a pagar tributo, su madre se había vuelto a casar y finalmente fue vendida como prostituta a un señor del actual estado de Tabasco. 
La mayoría de las tropas que comandaba Cortés estaban conformadas por pueblos que tenían rencor a los aztecas, siendo los tlaxcaltecas el más famoso. Los tlaxcaltecas tenían viejas rencillas con los mexicas y cuando llegó el conquistador español con la oportunidad que habían estado esperando durante años aceptaron sin chistar. Los tlaxcaltecas no eran traidores, únicamente se sirvieron del dicho que dice "el enemigo de mi enemigo es mi amigo", tal como lo hizo la Malinche. 
Los pueblos originales que habitaron lo que hoy es México nunca se vieron como una nación y, como lo estoy exponiendo en estas líneas, incluso tenían fuertes conflictos. Los aztecas eran un pueblo que habían sido los últimos en llegar al Valle de México y sufrieron el dominio de otras culturas más avanzadas. Sin embargo, gracias a alianzas con otros grupos que poblaron la zona del Lago de Texcoco pudieron obtener un ascenso similar al de los romanos al otro lado del Atlántico. Esta alianza pactada con los señoríos de Texcoco y de Azcapotzalco fue vital para las conquistas efectuadas por los aztecas posteriormente y lograron someter tantos pueblos que su imperio llegaba de costa a costa. De hecho fue un centinela del emperador el que le dio el pitazo a este último de la llegada de Cortés. 
Los españoles eran apenas el 1% de las tropas que llevaba Cortés en el momento de la caída de Tenochtitlan. Malinche podría ser la madre del primer mexicano ya que quedó embarazada de Cortés y este es el primer caso de mestizaje. Con lo que puedo concluir que la conquista del Imperio Azteca fue cuando se comenzó a formar nuestro país y sin embargo la mayoría de los mexicanos piensan que la Malinche fue una persona que vendió a los pueblos originales con los españoles y de ahí viene el término "malinchista". Sin embargo, a partir de la conquista española fue como se comenzó a formar nuestro país que es de cultura mestiza donde se mezclan lo español con lo indígena y eso es parte de una identidad nacional que no podemos negar.     

viernes, 20 de enero de 2017

La tensa relación entre México y Estados Unidos

Tal parece que desde el principio México y Estados Unidos han tenido una relación de amor-odio y esto se ha visto desde la independencia del primero en 1821. Las intrigas del enviado por el gobierno norteamericano, Joel Poinsett, fueron clave para el derrumbe del primer imperio y parece ser que desde el principio tenía como meta arrancarle a nuestro país los territorios del norte. Esto se nota cuando Poinsett llega al Palacio Nacional a solicitar una audiencia con Iturbide y en el salón donde el emperador recibía sus visitas tenían un mapa de México. Poinsett hizo un comentario fuera de lugar cuando se acerco al mapa y dijo que las provincias del norte estaban tan lejos de la capital y que su país estaba en búsqueda de nuevas tierras. Trazó una frontera con el dedo y habló de un tratado que beneficiaria a ambas naciones. Poinsett fue echado del palacio inmediatamente. Este personaje ya había tenido problemas en Brasil, Chile y otras naciones latinoamericanas por sus intrigas que tenían por objeto hacer prevalecer los intereses de su país sobre las otras naciones del continente y por eso fue declarada como persona non grata en los lugares antes mencionados. Poinsett se puso en contacto con Antonio López de Santa Anna para desatar una rebelión en contra del emperador Agustín de Iturbide a sabiendas que este evento causaría una profunda división entre los connacionales y a la larga esto beneficiaría los intereses mezquinos de su país. Este personaje logró su objetivo: al tirar el trono de Iturbide fue cuando comenzó la inestabilidad política de México y el gobierno de Estados Unidos se aprovechó de esta situación para planear la intervención en los años 1846-1848 que tuvo como resultado la pérdida de la mitad de nuestro territorio. 
El segundo episodio donde Estados Unidos hizo gala de su intervención fue durante el conflicto entre liberales y conservadores. Los conservadores sabían que si los liberales triunfaban entonces Estados Unidos no dejaría de inmiscuirse en los asuntos de interés nacional y tal parece que tenían boca de profetas. Los conservadores, a pesar de esa mala fama que les dio la historia oficial por tener el apoyo de la iglesia católica, tenían mejores ideas para el desarrollo nacional como el respeto a la propiedad comunal de los indígenas, cosa que los liberales echaron por tierra a pesar de ser dirigidos por un hombre de los pueblos originales del continente. Los conservadores empezaron a perder terreno sólo a partir de la intervención de los norteamericanos en el conflicto, ya que Benito Juárez tenía pacto con el gobierno del vecino país del norte para obtener armas y otros aperos de guerra. Juárez promovió el tratado de McLane-Ocampo en el que prácticamente se cedían derechos de nuestro territorio a nuestro país a cambio de apoyo del gobierno yanqui. Claro que el tratado no prosperó porque en ese momento la presidencia estaba en manos de Miguel Miramón y además el senado de Estados Unidos quería una tajada más grande como los territorios que comprenden la península de Baja California, Sonora, Chihuahua y Coahuila. Quizá la fortuna estaba del lado de los mexicanos en ese momento pues el tratado de McLane-Ocampo nunca se concretó y pudimos conservar esos territorios. Los conservadores no se rindieron y se fueron a Europa con la intención de dar la revancha a sus contrincantes liberales. Hicieron un pacto con Napoleón III (por eso son llamados traidores, sin embargo hay que ver que los liberales tampoco fueron muy patriotas en este sentido), emperador de Francia para facilitar la invasión de México y ofrecer la corona a algún príncipe europeo con el objeto de instaurar la monarquía en México. Sin embargo, con el término de la Guerra Civil en Estados Unidos la balanza se hizo hacía los defensores de la república puesto que empezaron a amenazar a Napoleón III que retiró su apoyo a Maximiliano y esto desencadeno una serie de eventos que culminaron con el fusilamiento del emperador junto con Miramón y un comandante de los ejércitos imperiales (indígena, por cierto) Tomás Mejía. 
Durante el porfiriato fue cuando las relaciones de México y Estados Unidos fueron más frías, pues el general Díaz deseaba copiar todo lo europeo en nuestro país. El general oaxaqueño deseaba mantener una distancia sana del gobierno norteamericano a pesar de que este apoyó a los liberales en contra de los franceses y el segundo imperio. Esta relación acabó en varios conatos de intervención por parte de los americanos y por alguna extraña razón nunca actuaron del todo.
Fue durante la Revolución Mexicana cuando el apoyo norteamericano hacía tal o cual facción se volvió descarado otra vez. Esto se notó durante la "Decena Trágica" con la intervención del embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, Como todos sabemos, estos eventos terminaron con la muerte de Madero y Pino Suárez. Sin embargo, la intervención de los norteamericanos no terminó con estos eventos, también apoyaron a la División del Norte y este solo invadió Columbus cuando el gobierno norteamericano reconoció el gobierno de Venustiano Carranza.
En el terreno de las especulaciones me atrevo a afirmar que Estados Unidos fue el país que pagó la expropiación petrolera, pues en ese momento el mundo estaba en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial y el gobierno norteamericano estaba temeroso de que los países donde estaban las sedes de las compañías petroleras que explotaban los hidrocarburos en nuestro país. Y sin embargo con el tiempo esto ayudó a consolidar nuestra dependencia energética con nuestro vecino del norte al tener que importar buena parte de los combustibles y en alguna época se llegó a importar petróleo crudo.
El único episodio benévolo en la relación de México-Estados Unidos fue quizá el programa bracero lanzado ante la falta de mano de obra en nuestro vecino. Esta escasez de trabajadores fue causada por la Segunda Guerra Mundial pues los hombres habían ido a combatir al frente y el país del norte estaba necesitado de gente que fuera a laborar en el campo y en la industria. Este programa se prolongó desde 1942 y hasta 1964, en los que se fueron a trabajar a tierras norteamericanas cerca de 10 millones de compatriotas, la tercera parte de la población según el censo de 1960 siendo en su mayoría personas del campo.
Luego, con el Tratado de Libre Comercio fue cuando comenzaron en serio las inversiones norteamericanas en nuestro país y a partir de entonces se ha estrechado la codependencia entre ambas naciones.
Como podemos ver, la relación entre México y Estados Unidos está llena de claroscuros y los abusos de la potencia del norte han sido evidentes a lo largo de nuestra historia. Sin embargo, también nosotros hemos sido responsables por estas intervenciones al no poder forjarnos un futuro brillante sin la necesidad de tener que depender se potencias extranjeras. Esta relación es el claro ejemplo de amor-odio, pues ambas naciones se odian pero ninguna de las dos puede vivir sin la otra.