Buscar este blog

lunes, 23 de enero de 2017

El Segundo Imperio

Ningún tema de la historia de México me ha intrigado más que la entrada en escena de Maximiliano y Carlota como emperadores. En primer lugar porque llegaron en una época en la que el país, para variar, estaba convulso por enfrentamientos internos siendo en este caso el de liberales y conservadores. En segundo lugar me intriga que ellos fueron traídos con mentiras por parte de los conservadores al decirles que se había hecho una votación entre los mexicanos para traerlos como monarcas, aunque en realidad todo el pueblo de México estaba de acuerdo con la coronación de ellos dos y desde luego que todos los querían a ellos y no a Juárez, incluyendo los indígenas que fueron privados de sus tierras por los nada patriotas ejércitos liberales.
En este contexto cabe mencionar que los conservadores acababan de perder la Guerra de Reforma que no fue otra cosa que una guerra civil por el poder. Claro que este grupo llevaba la ventaja de tener en sus filas militares destacados como Leonardo Márquez y Miguel Miramón que brillaron por ser grandes estrategas y el hecho de que los liberales no tuvieran el apoyo del pueblo como dice en la historia oficial hacía más grande esta ventaja. Claro que los liberales obtuvieron el apoyo de Estados Unidos y este fue el principal motivo por el que se inclinó la balanza de su lado. Los conservadores continuaron como una guerrilla y fue entonces cuando decidieron traer un príncipe de Europa para que fuera emperador de México.
Es cierto que parece que los conservadores fueron unos traidores al ir con Napoleón III para solicitar ayuda y facilitar la Intervención Francesa. Sin embargo, los liberales tampoco se comportaron de manera patriótica puesto que en el Tratado de McLane-Ocampo prácticamente le cedían a los norteamericanos derechos sobre nuestro territorio. Además durante la Intervención Norteamericana fueron los conservadores los que se opusieron tajantemente a ceder pedazos de territorios a los invasores y los liberales estaban encantados con la idea de que los norteamericanos fueran los amos y señores de este país. Y hay que agregar el hecho que en esos años era muy común que se le pidiera a algún príncipe que se hiciera cargo del gobierno de una nación extranjera.
Claro que les ofrecieron el trono a varios príncipes europeos y ninguno acepto puesto que la imagen de nuestro país era de una nación de salvajes (y la verdad no estaba tan errada). Sin embargo, cuando fueron a ofrecerles la corona a Maximiliano y Carlota en el castillo de Miramar, en lo que hoy es Trieste, Italia. Carlota acepto gustosa puesto que había sido educada para gobernar y odiaba gobernar Lombardía puesto que las rebeliones contra el gobierno austriaco eran el pan nuestro de cada día a pesar de que los virreyes eran bastante queridos por los lombardos. Entre la delegación mexicana que fue a pedir que Maximiliano y Carlota fueran emperadores de México estaba el hijo de José María Morelos, el héroe de la independencia. Maximiliano no estaba del todo convencido de que ir a gobernar un país azotado un día por la guerra civil y al otro también. Esto lo orilló a ir aplazando la ida a México y solo fue cuando la presión de su esposa Carlota que emprendieron ese viaje.
¿Quiénes eran Maximiliano y Carlota? Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena era el segundo hijo del emperador Francisco Carlos de Austria y hermano del sucesor de este, Francisco Fernando. Como era el segundo hijo, el heredero al trono era su hermano mayor, y por eso lo hizo firmar un papel en el que renunciaba a sus derechos al trono austriaco cuando le ofrecieron la corona mexicana. Maximiliano era apasionado de la naturaleza y el mar, lo que lo llevó a servir en la marina austriaca y a tomar el virreinato de Lombardía, donde coloco su residencia a la orilla del mar Adriático, el Castillo de Miramar.
 María Carlota Amalia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-Coburgo-Gotha y Orleans era la hija del rey Leopoldo I de Bélgica y era conocida en toda Europa por su gran belleza e inteligencia. Carlota fue educada como gobernante y siempre mostro interés por los asuntos del estado a pesar de que su hermano mayor Leopoldo era el heredero al trono. Por esto fue que Carlota aceptó de inmediato el trono de México puesto que ella quería gobernar al precio que fuera.
Carlota y Maximiliano llegaron a México en abril de 1864 y de inmediato apresuraron el viaje hacia la Ciudad de México, pues Veracruz era un lugar inmundo donde abundaban mosquitos portadores de enfermedades mortales. Fueron coronados en la Catedral Metropolitana el 10 de abril de 1864 en una fiesta llena de júbilo y alegría por parte del pueblo de México. En un principio la comitiva conservadora intentó instalarlos en Palacio Nacional, pero Carlota se quedó horrorizada al ver esa estructura de dos pisos que además estaba llena de chinches. Por lo tanto ambos decidieron instalar su residencia en el Castillo de Chapultepec.
De la pareja la que mandaba en el país era Carlota, puesto que Maximiliano se la vivió de viaje en un intento por ver las maravillas naturales de México y también para introducirse en la cultura nacional. Por lo tanto, la emperatriz decidió tomar acciones para comenzar a sanear la hacienda pública, dotar de agua potable, alcantarillado y alumbrado público a la Ciudad de México, abrir casa de cuna y asilos de ancianos y otras obras. Tanto Maximiliano como Carlota dictaron decretos para proteger a los pueblos indígenas como la devolución de sus tierras que les habían sido arrebatadas por las Leyes de Reforma y se comenzaron a dictar leyes para la protección de los trabajadores. En los terrenos económicos ambos eran liberales y apoyaron la separación de la iglesia y el estado, sin embargo no confiscaron los bienes del clero de manera punitiva como si lo hicieron Benito Juárez y su séquito con el fin de enriquecerse escandalosamente. Esto es porque en Europa las ideas liberales emanadas de la Revolución Francesa estaban muy de moda, por lo que Juárez era un pobre seminarista comparado con los emperadores que crecieron con estas ideas. La anécdota más importante de la defensa de los indígenas fue durante la visita a Mérida por parte de la pareja, donde Carlota mostró estar muy bien informada acerca de las condiciones de trabajo de los peones en las haciendas henequeneras.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas y el imperio empezó a hacer agua por tres motivos. El primero de ellos fue la falta de herederos; por razones que no están del todo claras, Carlota y Maximiliano no tuvieron hijos y empezaron a buscar aquí y allá la manera de perpetuar la monarquía en México. Le pidieron al hermano menor de Maximiliano que si podría venir a México como heredero, pero no aceptó. Le propusieron al otro hermano de Maximiliano que si les podía dar a su hijo mayor, entonces de 4 años, en adopción a lo que se negaron rotundamente (este bebe era el Archiduque Francisco Fernando, heredero a la corona austriaca asesinado en 1914 en Sarajevo a manos de Gavrilo Princip, lo que detonaría la Primera Guerra Mundial). En segundo lugar estaba el retiro del apoyo de Napoleón III, en primera por las amenazas del gobierno norteamericano puesto que ya había terminado la Guerra Civil, y en segunda por las amenazas continuas del gobierno de Prusia al gobierno francés, en especial del canciller Otto von Bismarck. Y en tercera lugar estaba el apoyo descarado de los norteamericanos a la causa republicana que terminaron por aplastar a los ejércitos imperiales.
Carlota se fue a Europa con la intención de evitar que Napoleón III y el papa Pío IX le retiraran el apoyo al tambaleante trono de su marido. Sin embargo, todo fue inútil puesto que el emperador francés retiro su ejército en 1867. Mientras tanto, Maximiliano luchaba por mantener a flote el imperio sin éxito alguno, lo que lo llevó al paredón en el cerro de las campanas en junio de ese mismo año con ayuda del coronel Miguel López que lo había vendido a los republicanos. Por otro lado, Carlota se volvió loca y moriría en 1927 en Bélgica.

Sin embargo, la república restaurada curiosamente tomó tintes de monarquía absolutista puesto que Benito Juárez busco cualquier medio para obtener poderes especiales absolutos para gobernar sin que el congreso ni nadie le estorbara, mientras que Maximiliano argumentó a la delegación mexicana que le fue a ofrecer la corona de México dijo que no aceptaría dicho cargo hasta ver una votación donde digan que iban a ser aceptados por el pueblo y junto con Carlota establecieron una monarquía constitucional. ¿Quién era el tirano? 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario