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lunes, 24 de septiembre de 2018

El estudio de la historia


Creo que ha llegado el momento, mis queridos lectores, de revelarles cuáles fueron los motivos que me llevaron a escribir en este espacio. Estamos ya por finalizar el mes de la patria y además a estamos a tres años de conmemorar los 200 años del inicio de la nación mexicana en la vida independiente, así que creo que ya es tiempo de hacerles algunas confidencias. Para mí esto es algo más que una afición, es algo importante en mi vida que no puedo dejar atrás. Para mí es una pasión enterarme de lo ocurrido en el pasado y solo para darme cuenta de que en esencia no ha cambiado el país de manera importante. Mis estudios del pasado me han dado una visión acerca de México en el presente y por qué las cosas son así. De ahí que he llegado a la conclusión de que la realidad actual es demasiado compleja como para explicarla con los eventos de los últimos 20 o 30 años, cuando hay cosas que incluso tienen siglos. Dicen que encontrar el origen de los problemas puede dar una idea para solucionarlos y la verdad es que he encontrado soluciones interesantes.
El principal motivo que creo que fue fundamental para iniciar este espacio fue el compartir mi opinión acerca de los eventos históricos. Pero no es solo eso, pues para mí es más importante infundirles e inculcarles el amor por el estudio del pasado al dictarles cuáles son las fuentes que utilizó en este apasionante estudio de la historia. Para mí es muy importante que mis lectores no se queden con lo que está escrito en este blog, sino que busquen su propia opinión leyendo las fuentes que yo he consultado u otras consultadas por los mismos lectores. Para mí es mucho más importante generar un buen debate, de ideas constructivas, que las personas sean críticas de lo que leen porque es enriquecedor. Y esto es señores porque la imparcialidad es un mito, una falacia, no hay escritores objetivos, para poder hacer juicios es importante consultar varias fuentes. También para mí es muy importante saber que si hay algún tema que les interese acerca de la historia nacional, me lo hagan saber porque este espacio es para ustedes.
Es mi deseo pedirles un gran favor, que difundan lo que leen en este espacio, pues al haber más lectores enriquecen este blog. Compartan con sus amigos, familiares, vecinos, conocidos e incluso con la clase política para que vean que hay alguien que de veras critica el pasado de nuestro país. Es para mí un tanto frustrante que cuando inicie este espacio mis lectores eran del orden de cientos y ahora si llegó a 30 en una entrada es mucho. Ahora, si tengo que actualizar la manera en la que presentó mis contenidos o si ha descendido la calidad de mis escritos, háganmelo saber, tomare en cuenta sus peticiones y eso puede servir para mejorar este espacio que es para ustedes. No puedo crecer sin público que me diga que es lo que les gusta o que no. Es cierto que no podre tomar en cuenta las opiniones y sugerencias de todos, pero para mí son cosas importantes que pueden enriquecer no solo este espacio, sino mi manera de pensar y de difundir información. Y esto se los pido porque cualquier tema puede ser fascinante si se cuenta con la persona adecuada para hablar de él, incluso inspirar a otras personas a alimentar su curiosidad. Ustedes queridos lectores son una parte importante, pues este espacio es para ustedes que tienen la paciencia de leerlo.
Para mí es importante conocer el pasado no solo porque es algo interesante, sino porque me he dado cuenta que nos tropezamos una y otra vez con la misma piedra. Y desde esta pequeña trinchera quiero despertarles  la curiosidad por los eventos que tal vez ocurrieron hace mucho tiempo, pero que no tengo la menor duda que repercuten hasta el día de hoy. Y vuelvo a lo mismo, no se trata de que se queden con lo que leen en este espacio, sino que busquen, comenten, discrepen, pero nunca se queden callados. El que ustedes sean de ese modo hace nunca salgamos de ese círculo vicioso que de cierta manera nos impide encontrarnos a nosotros mismos como nación con el objetivo de ver hacia el futuro. Aunque no lo crean, ver hacia atrás puede ser enriquecedor porque nos permite revisar experiencias previas y que en muchas ocasiones nos pueden servir para resolver conflictos actuales. La historia no es solo esa materia aburrida que se nos enseñaba en la escuela como relleno, es una de las herramientas más importantes para criticar la situación nacional y buscar salidas. Es muy lastimoso ver que la gente se valga de personajes o eventos históricos solo para justificar el estado de las cosas o impidiendo que las personas busquen sus propias respuestas. Y pueden buscarlas en museos, libros, revistas, documentales, archivos o incluso en sus propias casas. Par mí el estudio de la historia es una de mis grandes pasiones y me gusta compartirla con otros.    

domingo, 23 de septiembre de 2018

Las transformaciones nacionales


La cuarta transformación nacional, no sé, pero se he hace un concepto demasiado trillado tomando en cuenta cómo fueron las otras tres. Ya lo he dicho en ocasiones anteriores y es que considero que nuestra realidad actual es demasiado compleja como para creer que con solo saber lo que ha ocurrido en las últimas décadas es suficiente para entenderlo todo. En mis lecturas de nuestro pasado me he encontrado con que hay problemas que no son nuevos, y desde que inicié el blog hace ya más de un año he tratado de documentarlo todo. Estoy tratando de buscar en el pasado para entender el presente y construir el futuro, me he encontrado con cosas que hay que dejar atrás y otras de plano dejar en el olvido. ¿Cómo elegir? Eso es algo que prefiero dejar al criterio de cada uno, pero nada me impide darles mi opinión. Parto del hecho de que se admiran a los héroes (aunque a algunos ese adjetivo les queda demasiado grande) pero no para retomar sus ideas y sus proyectos, para lo que se requiere tener un buen conocimiento del pasado para formarse un juicio del mismo.
La independencia podría considerarse como la primera gran transformación nacional al romper (o por lo menos intentarlo) con el orden español vigente de la época. La independencia era el rompimiento con la sociedad de castas, la abolición de la esclavitud (único logro) la prosperidad y el buen gobierno. Es decir, se logró cumplir solo uno de los objetivos, siendo que los otros tres se han intentado cumplir sin resultados positivos. El resultado de la independencia fue un imperio fallido que llevó a una desnortada república que demostró todos sus bemoles en la Invasión Norteamericana. Y digo desnortada porque jamás ha podido un gobierno republicano puro tomar las riendas nacionales correctamente. A partir de entonces el país ha pasado por una serie de experimentos sociales que han fracasado estrepitosamente por alguna u otra razón. Los causantes del estrepitoso fracaso de esta transformación son el agente norteamericano Joel R. Poinsett y Antonio López de Santa Anna. Ellos fueron los responsables de la caída de Agustín de Iturbide porque Poinsett convenció a Santa Anna para que declarará la república, aunque este último no sabía que era eso. Durante el resto del siglo XIX los golpes de estado fueron el pan de cada día.  
El liberalismo mexicano estaba presente prácticamente desde la independencia, pero cobraron relevancia a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Los liberales llevaron una reforma bastante profunda, que llevó a una guerra civil entre 1858 y 1861 que llevó a los liberales al poder. Los conservadores trajeron a los franceses y a un emperador que finalmente cayó en 1867. El personaje central fue Benito Juárez, masón y pro-yanqui. Sin embargo, el programa liberal fue finalmente llevado a cabo por el general Porfirio Díaz. por la dictadura Díaz la Reforma fue más exitosa, pero solo porque se retomaron las formas monárquicas, tal parece que es lo único que garantiza estabilidad. Sin embargo, nada dura para siempre y la dictadura de Díaz cayó por sus errores. Y el más importante fue el no querer ceder el poder en el momento más oportuno. A principios del siglo pasado se hizo patente la oposición al régimen porfirista en personas como Ricardo Flores Magón y Francisco I. Madero. A pesar de esto, la Reforma fue exitosa porque logró un desarrollo económico sin precedentes en el México independiente, la menor deuda externa de la historia y la paz nunca vista antes. Su deuda fue social por la pobreza imperante en la época.
Y la Revolución Mexicana, una de las mayores estafas de nuestra historia porque solo sirvió para llevar a una banda de pillos al poder. Y esto fue iniciado por un espiritista e ingenuo de nombre Francisco I. Madero que pensaba que la democracia era todo lo que necesitaba el país. Así, con un programa de gobierno no muy claro se lanzó a la presidencia de la república y luego a la rebelión armada del 20 de noviembre de 1910. Y lo único que logró fue traer de nuevo los golpes de Estado que ya habían quedado atrás. Sin embargo, ahora vinieron de la mano con los asesinatos políticos y el primero en caer por uno fue el propio Madero. De este movimiento surgió el odiado Partido Revolucionario Institucional, sus formas corporativas, su demagogia y su corrupción. Los logros de don Porfirio se fueron al traste: los ferrocarriles, la agricultura, la industria y, ahora, la paz. Veamos, los gobiernos revolucionarios destruyeron al campo mexicano con el reparto agrario, se aliaron con sindicatos a cambio de votos, casi lograron la desaparición de los ferrocarriles, destrozaron la democracia y se eternizaron en el poder durante 70 años. Definitivamente nadie sabe para quién trabaja, pues Madero quería democracia y únicamente llevó a un régimen poco democrático a encumbrarse. Y lograron mantenerse gracias a un montón de mentiras que enseñaron en la escuela.  
Con esos antecedentes no esperen que crea en la cuarta transformación. Y menos cuando el líder la anunció con bombo y platillo. Y con esos antecedentes tan lamentables, pues todavía menos voy a creer que esta es la cuarta transformación nacional.

jueves, 20 de septiembre de 2018

El auge del régimen Revolucionario


La Revolución Mexicana, esa estafa que nos han vendido por cerca de un siglo y tal parece que se niega a morir a pesar de su fracaso. ¿O acaso creen que fue para bien? Saben los que leen este espacio que mi opinión es muy clara y es que la Revolución no resolvió problema alguno, sino que al contrario, los ha agravado de forma importante. Después de darme cuenta de que este país nunca ha estado del todo bien, tengo serias dudas de las fuentes de legitimación no solo de los diferentes gobiernos, sino del Estado Mexicano mismo. Esto es porque desde que la Revolución fue iniciada por un espiritista iluso como lo era Madero, representó una década de matanzas entre las diferentes facciones solo para que triunfaran un grupo de mafiosos y esto fue así la mayor parte del pasado siglo. Aunque reconozco los logros del régimen, en general no tengo buen concepto del mismo debido a sus limitaciones, tendencias corruptas y demagogia.
En el momento en el que sucedió el movimiento estudiantil de 1968, el régimen de la Revolución estaba en la cúspide de su poder. Y para entonces se tenía la educación de mayor calidad, los mayores ingresos, la inflación más baja y los menores niveles de pobreza. ¿Cuál era el secreto del régimen? El autoritarismo, lo único que logra estabilidad en el país por la inmadurez política de la sociedad mexicana en general. Con controles verticales y bastante férreos lograron tener a la sociedad controlada, aunque parecía estar en contra del gobierno emanado de la Revolución. La ausencia de un monarca hacía que el presidente se comportara como tal, lo cual era aceptado tácitamente por todos los mexicanos sin protestar. Era un régimen autoritario que dejaba ser a menos de que se le molestara. El PRI hizo y deshizo a su antojo a un pueblo que nunca ha sido maduro políticamente hablando. Fueron muy pocas personas en realidad las que se atrevieron a señalar con el dedo al partido oficial y llamar por su nombre a la clase de gobierno que era en realidad y muchas de aquellas personas sufrieron en el mejor de los casos ostracismo y otros fueron perseguidos incluso hasta la muerte.
Lo que quizá entiendo que los mexicanos ahora piensan que fue un régimen brutal, y realmente lo fue, pero seamos sinceros, los mexicanos de ahora añoran todo aquello que se cree perdido. Sin embargo, es algo que no es del todo cierto, pues los logros de tan brutales gobiernos jamás se van a volver a repetir por el sencillo hecho de que ya no son aquellos tiempos en los que la gente ya no se da cuenta de ciertas cosas. El desarrollo estabilizador se logró mediante un acuerdo entre empresarios y autoritarios de que no iban a aumentar los precios, se podía declarar los impuestos en ceros, se podía declarar los impuestos en ceros, protección contra las importaciones y limitación de huelgas. ¿De verdad ustedes creen todo esto se podía mantener por un tiempo prolongado? Yo creo que no, y para darse cuenta basta con ver lo que pasaba al final del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, cuando las deudas del gobierno comenzaron a aumentar, augurando lo que vendría en el futuro. Todo lo anterior era populismo puro y en la década siguiente iba a estallar el problema tal como lo predijo quien fuera secretario de Hacienda durante dos administraciones, Antonio Ortiz Mena, ya que sabía que estas acciones por parte del gobierno tarde o temprano pausaría problemas, y vivió para ver que lamentablemente tuvo razón.
A Ortiz Mena le tocaron vivir sin duda las primeras señales de desgaste del régimen, pues durante los dos sexenios hubo grandes movimientos sociales. Al inicio, la huelga ferrocarrilera estaba muy reciente al iniciar el gobierno de Adolfo López Mateos, y las consecuencias fueron un montón de detenidos, pues los presos políticos fueron liberados hasta 1970, doce años después. Y luego, ya durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, el movimiento magisterial y el de los médicos creo que fueron augurios de lo que venía, las señales claras de un régimen, el de la Revolución, que se desgastaba justo cuando llegaba a la cúspide de todo su poder y todavía podía ser temible. Cuando llega el año 1968 nadie se imaginó los eventos funestos, cuando los estudiantes universitarios se lanzaron a las calles en contra de un gobierno no que escuchaba argumentos y siempre imponía su voluntad, como un rey dirigiéndose a sus súbditos, pero ese rey era un déspota ilustrado. Lo que más me llama la atención es que aún hay voces de aquellas personas que vivieron en tan turbulentos tiempos y que han compartido su testimonio. ¿Perdimos algo en aquella época, hay algo que se pueda rescatar? Francamente, no tengo idea, pero de lo que sí estoy seguro es que pocas personas se han preguntado sinceramente cómo es que aquel monstruo llegó al poder y se quedó con él durante tanto tiempo. Tampoco se ha entendido que en buena medida se sigue añorando a ese monstruo, a pesar de que se diga que se le odia. Es como aquella mujer a la que le pegan, y vuelve con el marido. Pero estoy seguro de que se puede vivir sin él, pase lo que pase.      

lunes, 17 de septiembre de 2018

Celebración de la independencia


Septiembre, el mes de la patria porque se celebra tanto el inicio como la consumación de la independencia de nuestro país. Sin embargo, se recuerda más al movimiento del cura Hidalgo, y tengo varias teorías acerca de por qué es así creo que los van a sorprender a todos. Se ha dicho mucho de que esto se hizo así porque el 15 de septiembre es cumpleaños de Porfirio Díaz y quería que la celebración de la independencia coincidiera con su cumpleaños. También se ha dicho que la razón de que se celebre el desfile militar el día 16 de septiembre es porque los gobiernos republicanos decidieron alejarse de la celebración del día 27 del mismo mes simplemente por alejarse lo más posible de la monarquía instaurada por Agustín de Iturbide. Lo que sí sé es que es el 27 de septiembre, siendo así, nuestra patria apenas va a cumplir 200 años como nación independiente, y no los 208 que es en realidad el aniversario del Grito de Dolores.
Como todos sabemos, el 27 de septiembre de 1821 fue cuando se firmó el acta de la declaración de la independencia. Como lo había explicado anteriormente, hubo una conspiración para declarar la independencia de nuestro país luego de que el rey de España, Fernando VII, jurara la constitución de Cádiz, que era de corte liberal. Como también lo he relatado, esto fue así porque la Nueva España se formó con fueros y otros privilegios, con lo que la constitución de Cádiz amenazaba ese estilo de vida. Así que decidieron nombrar a un emperador, que finalmente fue Agustín de Iturbide. Como sabemos, el Imperio fue bastante efímero y que con el decidieron mover la celebración de nuestra independencia al 16 de septiembre porque los políticos que proclamaron la república decidieron que lo mejor para todos era olvidar al verdadero libertador de México, al que le dio el nombre a la nueva nación y al que fue su primer gobernante. Aun así, la idea de establecer una monarquía había prevalecido por lo menos hasta un poco después de la caída del Segundo Imperio debido a que la república no funcionó como la mayoría lo había previsto. Pero lo que sí es un hecho es que la celebración el 16 de septiembre llegó para quedarse.
Sin embargo, hay una tradición que llegó para quedarse a pesar de que el gobernante que la instauró fue fusilado en Querétaro. Estoy hablando del grito en el balcón central de Palacio Nacional y se hace repicar la misma campaña con la que el cura Hidalgo llamó a los habitantes del pueblo de Dolores a unirse a él en la lucha contra la tiranía. El grito de celebración fue establecido por el emperador Maximiliano para dar un homenaje a los personajes de la primera etapa del movimiento de independencia de nuestro país como una manera de congraciarse con su nueva patria, y perduró porque los mexicanos querían de verdad al monarca. Y a pesar de la caída del emperador, tal parece que la tradición de dar el grito desde el balcón central de Palacio Nacional ha prevalecido hasta nuestros días gracias a Porfirio Díaz porque su cumpleaños era el 15 de septiembre y seguramente quiso juntar las dos celebraciones en una. Cuando la Revolución finalmente triunfa en 1920, se intentó regresar a las celebraciones del 27 de septiembre porque no querían celebrar el cumpleaños de Porfirio Díaz, pero la idea finalmente no pegó y las celebraciones de la independencia se quedaron así, intactas.
De lo que sí me doy cuenta es que siempre se intenta romper con el orden anterior se pretende hasta borrar lo hecho por los gobiernos anteriores. Sin embargo, solo es un maquillaje porque en realidad nunca se ha roto con el orden anterior, pues a pesar de que se odia el pasado español, realmente nunca nos hemos desprendido de él. Seguimos siendo un país de castas y para muestra la movilidad social en nuestro país es mínima y la verdad es que se ha hecho poco por cambiarlo. Muchas de las situaciones que creemos que son nuevas no lo son, pero la mayoría cree que lo son. ¿Por qué pasa esto? Solo tengo algunas teorías, pero no puedo pensar que tenga algo de certeza. De lo que sí estoy convencido es que el maquillar algo al eliminar una tradición solo por quedar bien con la población que por alguna razón tiene rabia hacia el régimen anterior no va a ayudar en algo para el futuro. Y esto se refleja en cómo se ha tratado de cambiar la tradición de celebrar la independencia de nuestro país y que solo es el reflejo de la inestabilidad política de nuestro país. Independientemente de lo que sea, considero que la celebración de la independencia de nuestro país debe realizarse, porque es un recordatorio de nuestra identidad nacional y también debe ser un periodo de reflexión del país que queremos y que esperaban de nosotros los padres fundadores en los momentos más difíciles.    


jueves, 13 de septiembre de 2018

Los inicios del movimiento de 1968


Todos los movimientos sociales tuvieron que haber iniciado en algún momento y haber tenido alguna causa que lo justifique. Las madres de la Plaza Mayo en Argentina, por ejemplo, buscan a sus hijos que fueron arrebatados por una dictadura militar para castigar a los disidentes políticos. Sin embargo, el movimiento estudiantil de 1968 en nuestro país no tuvo sus orígenes en una injusticia, por así decirlo, sino por el hecho de que la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional nunca han podido llevar sus rivalidades tanto académicas como deportivas de manera fraternal y respetuosa. Hasta la fecha los eventos deportivos en los que se enfrentan los equipos de ambas instituciones se tienen que llevar a cabo a puerta cerrada y con la mayor discreción, porque los aficionados de un lado y del otro se agarran a golpes porque a su equipo le va mal. El problema es que a los mexicanos no les gusta que los pongan en orden.
La mayoría pensaría que este movimiento tiene en sus causas cuestiones como los presos políticos o la libertad de expresión. Lamento decepcionarlo, pero los inicios del movimiento estudiantil de 1968 estuvieron en un partido de futbol americano entre una prepa de la UNAM y una vocacional del Politécnico, en el que los aficionados de un lado y del otro se batieron en una batalla campal. Como lo dije antes, estas instituciones de educación superior nunca han podido llevar sus rivalidades de manera cordial, pues el fanatismo de un lado y del otro hace que estos pleitos campales sean muy frecuentas. La policía se hizo presente para imponer el orden y esto termino en un desastre, pues hubo golpeados de un lado y del otro, muchos detenidos y esto pareció no gustarle mucho a los estudiantes. Al igual que muchos de ustedes, yo pensaba que era algo más fuerte lo que desencadenó el movimiento estudiantil de 1968, pero no, pero resulta que fue un tradicional pleito de la UNAM y el Politécnico en un partido de futbol americano. El motivo que llevó a los estudiantes a la calle a protestar fue la liberación de sus compañeros detenidos, algo que ellos consideraban injusto, además de la desaparición de los granaderos que “agredían a la juventud”.
Con el tiempo se empezaron a filtrar otras ideas como las de traer algo parecido al régimen cubano o la liberación de los presos de la huelga de los ferrocarrileros de 1958. El gobierno en turno era bastante autoritario y tenía mucha presión encima. Estaban dispuestos a hacer lo que consideraran necesario para acabar con las manifestaciones. Tengo motivos para pensar que estaban bajo mucha presión, pues esto ocurría antes del inicio de los Juegos Olímpicos, el 12 de octubre de ese año. En nuestro país la imagen es lo más importante ante todo, aunque no corresponda con la realidad. Obviamente que el presidente Gustavo Díaz Ordaz quería dar la impresión de que México era un país sin problemas y con esto se minaba esta posibilidad. El presidente era amante del orden y profundamente intransigente, así que me puedo imaginar la rabia que sentía cuando vio que todo les estaba haciendo agua. No es de extrañarse que inmediatamente les echara a los estudiantes encima a los granaderos y al ejército para poner fin a las manifestaciones de los estudiantes. Además, como amante del orden que era el presidente Díaz Ordaz debía estar al tanto de lo ocurrido en el partido de futbol americano entre las preparatorias de ambas instituciones y por eso se resistía a satisfacer esas demandas.
¿Quién era entonces el héroe y quién el villano? Bajo esas condiciones es imposible dilucidarlo, y volvemos a un dilema que ha estado presente desde hace mucho: en la historia no hay héroes o villanos, solo seres humanos y sus pasiones. Díaz Ordaz cometió el de usar excesivamente la fuerza, y por eso es el malo del cuenta. Para muestra, dos botones, pues por un lado estaba la entrada con violencia a la Preparatoria 1 de la UNAM y por el otro la toma de Ciudad Universitaria por parte del ejército. En el caso de la prepa 1, derribaron la puerta de un bazucazo, hiriendo y matando a un número indeterminado de personas, y siendo la puerta una reliquia histórica del siglo XVII. La marcha más famosa del movimiento antes de Tlatelolco me parece que fue la del silencio, cuando los estudiantes marcharon con un trapo blanco hasta el Zócalo entre las tanquetas del ejército. Los presos políticos y los desaparecidos no se hicieron esperar, pues por ejemplo, en el caso de la prepa 1, hay personas que hasta la fecha no aparecen. Los estudiantes se enfrentaban básicamente a un régimen autoritario que por naturaleza no está dispuesto a ceder ante lo que considera una bola de muchachitos tontos y maleducados. Dicen los que saben que alguien que estaba detrás de este movimiento para derrocar al régimen de la Revolución. Esto es algo que no puede ser confirmado o sustanciado de alguno modo. En realidad ahora que lo pienso a estas alturas de mi vida, ya pocas cosas son sorprendentes.


martes, 11 de septiembre de 2018

México en 1968


Ya he hablado acerca de cómo era el mundo hace ya medio siglo, ahora toca revisar el contexto nacional en aquel fatídico año. Ya también hice (o por lo menos traté) de hacer un esbozo del de Gustavo Díaz Ordaz, que era el presidente en aquel entonces. ¿Era México un país convulso? Eso depende del cristal con que se mire puesto que, como siempre, había cosas buenas y cosas malas, pero 1968, sin lugar a dudas, fue un año de contraste, pues por un lado había grandes logros y por el otro se desataba el movimiento y la tragedia que cimbraron los cimientos del régimen y lo llevarían a su decadencia. Ese año fue sin duda uno de los que marcaron la historia de nuestro país y en la memoria del colectivo fue terrible y ayudaron a que Gustavo Díaz Ordaz pasara a la historia como una de los grandes villanos. Voy a confesar que no soy partidario de los ideales de aquellos estudiantes, pero no justificó de ninguna manera lo ocurrido.
En ideario de muchos estudiantes universitarios de la época estaba presente la muy reciente Revolución Cubana de 1959. Ernesto “Che” Guevara era el ídolo de muchos y no eran pocos los que querían emular las acciones del argentino en nuestro país. Quizá esto era así porque todavía era pronto para ver los verdaderos efectos del régimen de Fidel Castro en Cuba pues solo habían pasado 9 años desde el triunfo de su movimiento. Sin embargo, ahora sé que ambos son de los personajes más detestables de todo el continente, pues no duraron en utilizar los medios típicos del totalitarismo para afianzar su poder. Fidel Castro era tan buen orador que embelesaba a los estudiantes universitarios con sus discursos. Además, cabe recordar que en buena medida la Revolución Cubana fue planeada en nuestro país debido a la intransigencia del régimen autoritario de Fulgencio Batista. Es también del conocimiento general que tanto Castro como el Che Guevara estudiaron en la UNAM y no dudo que eso sirviera de inspiración para muchos de derribar al régimen autoritario nacional en auge en aquel entonces. El régimen de la Revolución Mexicana no era muy diferente al régimen de los Castro, pues recurrían a las mismas herramientas en contra de los disidentes.
Un aire de fiesta se cernía sobre la Ciudad de México ante la celebración de los Juegos Olímpicos de Verano que iniciarían el 12 de octubre de 1968. Fue el presidente Adolfo López Mateos el que hizo las gestiones para proponer la candidatura de la Ciudad de México para las justas deportivas y que servirían para dar la imagen de un México pacífico y próspero, aunque los problemas fundamentales seguían sin resolverse del todo. Gracias a los Juegos Olímpicos fue que se iniciaron obras de gran calado en la capital como la construcción del metro y del drenaje profundo cambiando de manera radical el paisaje urbano de la Ciudad de México. El Jefe del Departamento del Distrito Federal, Alfonso Corona del Rosal, compartía con el presidente Díaz Ordaz: amaba la paz y el orden. La conservación de la ciudad fue una prioridad para él y siempre fue enérgico en el mantenimiento del orden. Por estos enormes pecados fue que los estudiantes universitarios pedían su destitución del cargo junto con la desaparición del cuerpo de granaderos que “agredían a la juventud” por los eventos en un tradicional pleito entre las aficiones en un partido de fútbol americano entre la UNAM y el Politécnico.
El año de 1968 también fue cuando el país tuvo sus mejores indicadores socioeconómicos al lograr el mejor poder adquisitivo de la historia, la inflación más baja y el menor índice de pobreza. Esto gracias a las políticas económicas implantadas por el secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena. En esta época es cuando el conservadurismo todavía tenía un gran peso en el país y con la llegada de la pastilla anticonceptiva y la minifalda se ponía en entredicho la rígida moral imperante en aquel tiempo. El rock hacia vibrar a los jóvenes que escuchaban bandas como los Beatles, los Rolling Stones y los Doors, aunque la mayoría no entendiera lo que decían sus canciones al estar en inglés. Gracias al cine y la televisión llegaba a nuestro país el movimiento hippie a nuestro país, llamado existencialista por la mayoría, junto con toda la moda “psicodélica”, las drogas incluidas. Tiempos interesantes se vivían en nuestro país, más porque en los años anteriores a 1968 se habían vivido movimientos sociales muy importantes como la huelga ferrocarrilera en 1958 y los movimientos de médicos y profesores en 1966. Es decir, se vivía en un ambiente de tensión en el que los muertos en las manifestaciones y los presos políticos eran cosa de todos los días. En un país que siempre tiene tiempos turbulentos el año de 1968 fue un parteaguas que inicio la decadencia del régimen surgido de la Revolución al dejar grietas bastante notorias que se agrandaron con el paso del tiempo.       

Gustavo Díaz Ordaz, abogado del orden


Hablar de Gustavo Díaz Ordaz es un tema importante en el marco del 50 aniversario del movimiento de 1968. Él fue uno de los autores intelectuales de la masacre ocurrida el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y uno de los políticos más detestados de la historia, solo después de Porfirio Díaz. Pero, ¿Qué llevó a este abogad poblano a cometer uno de los peores genocidios de nuestra historia? En esta entrada voy a tratar de ahondar en la vida polémica de Díaz Ordaz para entender las razones (pero ojo, no para justificar) el tomar una decisión tan radical. Es por eso que para el título de la entrada lo tomé prestado del capítulo de la genial obra de Enrique Krauze, “La presidencia imperial”, dedicado a su persona. En toda la literatura referente al movimiento de 1968 no he encontrado mejor perfil que el hecho por Krauze de un personaje que no está en la gracia del ideario popular. Y para mí es importante ahondar en lo hecho por ambas partes para entender mejor cualquier evento.
Díaz Ordaz era un estudiante modelo proveniente de una familia no muy pudiente, no le gustaba el desorden y era bastante intransigente. Este último rasgo definiría sus futuros cargos públicos, incluyendo la presidencia de la república. Algo que lo distinguía sin duda es que era muy celoso de su deber en los diferentes cargos que desempeñó a lo largo de su carrera política. Gracias a los contactos que siempre tuvo alrededor desde joven ocupó importantes cargos en la administración local de Puebla como en la federal. Antes de los 40 años ya había ocupado importantes cargos como presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Puebla y presidente del Tribunal Superior de Justicia del mismo estado. Nunca cedió ante los intereses de algún grupo en particular y, en el caso de la Junta de Conciliación y Arbitraje, los fallos siempre fueron a favor de la parte que él consideraba que tenía la razón, algunas veces los trabajadores, otras veces el patrón. Y no era nada fácil puesto que en el tiempo en el que estuvo en la Junta hubo conflictos con los trabajadores textiles de Atlixco y se tuvo que enfrentar en no pocas ocasiones al cacicazgo de los Ávila Camacho que hicieron de Puebla su terruño.
Uno de los pasatiempos favoritos de Díaz Ordaz era resolver rompecabezas de todo tipo, con pocas o muchas piezas, haciéndolos incluso varias veces. Este es uno de los rasgos más característicos de su personalidad puesto que es una cualidad necesaria para el ejercicio del poder. Resolver este tipo de entuertos en su carrera fue bastante difícil, aunque gracias a sus dotes de orador le fue bastante sencillo convencer a sus compañeros cuando fue senador por Puebla. Ahí conoce a quien fuera su gran amigo y colega, también senador pero por el Estado de México y luego presidente: Adolfo López Mateos. Cuando López Mateos es nombrado candidato del PRI a la presidencia, se lleva a Gustavo Díaz Ordaz a su campaña y una vez que toma posesión del cargo lo nombra titular de la Secretaría de Gobernación. Es de hecho Díaz Ordaz el que ejerce la presidencia por doce años, puesto que a López Mateos no le gustaba ejercer el poder. De ahí que tomaría la decisión de reprimir el movimiento ferrocarrilero en 1959, durante el primer año de gobierno. El tiempo pasaría y en 1963 es cuando López Mateos saca a su tapado de la manga: Gustavo Díaz Ordaz.
Durante la administración de Díaz Ordaz en la presidencia se dan algunos de los movimientos sociales más famosos de la historia: el de los médicos y el de los maestros. Es decir, su administración no fue tranquila y en parte esto sucedía por la estructura monolítica del PRI, y por otra parte también tiene mucho que ver con el poder que los sindicatos habían obtenido gracias a la estructura corporativa del gobierno. Algo que no se menciona es que en la administración de Díaz Ordaz fue cuando el país tuvo sus mejores indicadores socioeconómicos: el índice de marginación más bajo, el poder adquisitivo más alto y esto no se ha vuelto a repetir. También se tuvo la inflación más baja, aunque todo esto tarde o temprano le pasaría factura al país. Esto fue posible también a que durante 12 años las finanzas estuvieron a cargo de Antonio Ortiz Mena, un hombre de finanzas no visto desde Limantour. Sin embargo, la intransigencia del presidente fue lo que lo llevó a que su administración terminara terriblemente mal. Y de hecho fue el caso el que hizo que las cosas rebotaran así: la rivalidad entre las instituciones de educación superior más importantes del país en el ámbito deportivo nunca ha sido en términos de cordialidad y respeto. El movimiento estudiantil que cimbró al sistema iniciando de este modo su decadencia tuvo su origen en uno de los lamentablemente clásicos pleitos en un partido de fútbol americano entre la UNAM y el IPN gracias a una afición que no sabe de cordialidad. Y con un presidente amante del orden, amante de resolver problemas complicados e intransigente, era obvio que iba a salir mal.  

viernes, 7 de septiembre de 2018

El mundo en 1968


Este año es el 50 aniversario del movimiento de 1968 que puso en aprietos al régimen de la Revolución y considero imprescindible ver el contexto mundial de la época. Los hippies, el LSD, la minifalda, la píldora anticonceptiva, los Beatles, la moda psicodélica, etcétera, fueron cosas que marcaron ese año en todo el mundo, y también ocurrieron eventos que marcaron el rumbo de la historia como el Mayo Francés y la Primavera de Praga. A mí que solo me toco la última década del siglo XX me parece que incluso la ocurrido hace 20 años fue hace apenas un momento, imagínense para las personas que vivieron aquellos acontecimientos la Guerra Fría estaba en su punto más álgido y en Estados Unidos las protestas contra la Guerra de Vietnam dieron origen al movimiento hippie. Claro, esto tuvo a la larga algunas consecuencias positivas como la inserción total de la mujer al mercado laboral, pero también negativas como el consumo generalizado de drogas.
El primer acontecimiento que me llama la atención es el movimiento hippie en Estados Unidos en evidente oposición a la Guerra de Vietnam. El año anterior, 1967, los norteamericanos se dieron cuenta de que el ejército de su país estaba cometiendo todo tipo de atrocidades en Vietnam debido a los bombardeos ordenados por el presidente Lyndon B. Johnson e incluso había habido un desastre en un portaaviones por la desesperación del ya mencionado presidente y los descuidos de la tripulación. Los hippies por lo regular eran jóvenes de clase adinerada que podían darse el lujo de no trabajar al tener su vida prácticamente resuelta. Además, en aquel entonces se sintetizó por primera vez el ácido lisérgico y de aquí de donde viene la moda “psicodélica” que caracterizó la época. Frases como “haz el amor, no la guerra” estuvieron presentes desde el verano del amor en San Francisco, California y durante las protestas contra la Guerra de Vietnam. El consumo de marihuana se generalizó a partir de esta década por la moda de que los miembros de las grandes bandas de rock como los Beatles, los Rolling Stones y los Doors la consumían, por decir algunos ejemplos. Es decir, buena parte de los elementos pacifistas tomados por los estudiantes universitarios en la Ciudad de México en el movimiento de tan triste final fueron tomados de aquí. Por esto el gobierno mexicano prohibió el rock en la Ciudad de México por espacio de una década.
La influencia del movimiento hippie llegó a Francia para el año 1968 y en mayo de ese año hubo una huelga general en todo el país. En aquel entonces, el país estaba dominado por el caudillismo en la persona de Charles de Gaulle que ejercía influencia política prácticamente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial 23 años antes. Así, los estudiantes se lanzaron a la calle protestando en contra de la sociedad de clases y el consumo con frases pegajosas como “prohibido prohibir”. A ellos se unieron los obreros franceses generando de ese modo la mayor huelga general de la historia de Francia y una de las mayores de Europa Occidental. También se veían pancartas en contra de la Guerra de Vietnam por los cruentos bombardeos por parte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, aunque no fueron efectivos en contra del Vietcong. Y aunque no lograron implantar las ideas socialistas sí consiguieron deponer la dictadura de Charles de Gaulle e instauraron la Quinta República Francesa al colocar un régimen más democrático. También fue cuando se consolidó el Estado de Bienestar francés en materias como salud, educación, vivienda, etc., para todos los ciudadanos. Es decir, tuvo sus logros sin duda y tuvo un gran impacto entre los estudiantes mexicanos.
El último evento importante de ese año es la Primavera de Praga, uno de los conflictos más significativos en el contexto de la Guerra Fría. En Checoslovaquia (país que se dividió en la Rep. Checa y Eslovaquia en 1993) era parte del Pacto de Varsovia, instaurado casi inmediatamente desde el final de la Segunda Guerra Mundial para combatir la influencia norteamericana. El régimen soviético implantado en Rusia y Europa del Este fue uno de brutal y uno de los mayores genocidas del siglo XX. Y las autoridades checoslovacas, en especial el primer ministro Alexander Dubcek, pensaron que el socialismo podía tener una cara más humana. Sin embargo, estas ideas fueron consideradas peligrosas por el gobierno ruso, que no tardó en demostrar su descontento. Los checoslovacos pensaron que una forma de socialismo democrático podía cambiar las estructuras totalitarias características del régimen soviético. Así, instauraron las reformas en enero de 1968. Sin embargo, a principios de agosto de ese año tropas de diversos países adheridos al Pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia y obligaron a las autoridades a retractarse mediante un acuerdo firmado en la ciudad de Bratislava. Aunque las tropas invasoras se retiraron, se mantuvieron cerca de la frontera checoslovaca en una evidente actitud amenazante.
Todo lo anterior ocurría ante los ojos de los mexicanos en el contexto del auge del autoritarismo del régimen de la Revolución, que era alérgico a la crítica y los estudiantes universitarios osaron desafiar. El año de 1968 fue bastante turbulento a nivel mundial, y los acontecimientos de ese año cimbraron al mundo entero.    

jueves, 6 de septiembre de 2018

Grandes proyectos educativos


En el México independiente durante la mayor parte del tiempo el tema educativo no ha sido una prioridad de la clase gobernante. Sin embargo, hay tres proyectos que en mi opinión son rescatables y lograron en su momento tener un sistema educativo de calidad. Estoy hablando de proyectos de grandes educadores como Justo Sierra, José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet, los cuales alcanzaron un gran prestigio a nivel internacional, y el último incluso fue secretario general de la UNESCO. En toda la historia de nuestro país pocas veces ha habido esfuerzos similares en materia educativa, pues tal parece que a los diferentes gobiernos la educación les es indiferente por alguno u otro motivo. Considero, sin embargo, que podemos rescatar mucho de las proezas que hicieron grandes maestros a los personajes mencionados para realizar las labores educativas que se requieren en la actualidad. Sin embargo, también debemos considerar que la participación de todos como sociedad es esencial para mejorar la educación.
El primer gran proyecto educativo del México independiente fue llevado a cabo por el Secretario de Instrucción Pública de Porfirio Díaz, Justo Sierra Méndez. Anteriormente se había establecido que la educación era un derecho esencial, pero debido a la eterna falta de recursos no se había podido llevar a cabo una importante labor educativa. En el Porfiriato por fin hubo los recursos necesarios para la gran labor educativa. Justo Sierra contaba con el apoyo total del presidente Porfirio Díaz para llevar a cabo su noble labor. El oaxaqueño no tenía luces en muchas cosas, pero se supo rodear de eminencias como lo fue Sierra. Don Justo, de la mano con el pedagogo suizo Enrique Rebsámen fueron los creadores de las escuelas normales para la formación de los docentes, idea tomada (como muchas) de los franceses. Justo Sierra también es el fundador de la máxima casa de estudios de nuestro país: la Universidad Nacional de México fue fundada en 1910, obtuvo su autonomía en 1929 dando lugar a lo que hoy es la UNAM. Sin embargo, como todo esto ocurrió al final del régimen de don Porfirio, los resultados nunca se vieron pues se atravesó la Revolución y casi todos aquellos logros fueron destruidos.
La destrucción de  la educación del Porfiriato a manos de los constitucionalistas fue debido a que dejaron la tarea en manos de los municipios. En México la mayoría de los municipios nunca han podido obtener recursos propios para sus funciones básicas, pues dependen de los escalafones más altos del gobierno, y por eso fue el error, pues aun hoy en día muchos presentan altos índices de marginación. No fue sino hasta el gobierno de Álvaro Obregón que se pudo rescatar la educación del abandono. Su secretario de educación, un antiguo maderista de nombre José Vasconcelos inició un ambicioso proyecto educativo llamado “Alfabeto pan y jabón” que tuvo muy buenos resultados. Se rescataron las escuelas normales, que combinado con un ambicioso programa de alfabetización logró un milagro. Lo más recordado de su programa educativo fue la impresión de obras clásicas como Fausto de Goethe, de Víctor Hugo, el Quijote de Cervantes, Shakespeare y otros, es decir, los famosísimos libros verdes. Sin embargo, los siguientes gobiernos dejaron de darle la importancia a la noble tarea de educar primero cuando Vasconcelos dejó la SEP, y luego se dio más estímulo a la educación técnica y culminando con la aberración que representó la educación socialista concebida en el último año de gobierno de Abelardo L. Rodríguez y consolidada con Lázaro Cárdenas.
Para rescatar la educación del enredo socialista se requirió una obra propia de Justo Sierra y José Vasconcelos. Por entonces, los profesores eran la burla de toda la población a los que llamaban “los del sobaco rojo”, pues siempre cargaban los manuales de la “educación socialista” bajo el brazo, y que impartía materias incomprensibles como “literatura para el proletariado” y que nadie entendía que era. No fue sino hasta la segunda mitad del gobierno de Manuel Ávila Camacho que se dieron los primeros pasos para corregir el problema. El presidente contrató a Jaime Torres Bodet, que había colaborado con Vasconcelos en su estancia en la SEP. Torres Bodet estuvo dos periodos como secretario de educación con Ávila Camacho y con Adolfo López Mateos. Fue durante su primera gestión que se consolidó la llamada “época de oro de la educación mexicana” y se llegó a tener mejor nivel que muchos de los países que hoy le ganan a México. Durante su segundo periodo se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos. El prestigio de Torres Bodet fue tal que fue nombrado director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO) entre los periodos en los que fue secretario de educación. Con Torres Bodet la educación normal volvió a ser prioridad porque la formación de los docentes es primordial para la enseñanza de los mexicanos. En ese entonces los profesores mexicanos eran respetados por la sociedad a pesar de que hoy en día muchos de los métodos que utilizaban se consideran cruentos. El rescate de la educación en la actualidad requerirá de milagros como los de estos grandes educadores.  

domingo, 2 de septiembre de 2018

Cicatrices históricas

Hoy quisiera desviarme un poco de las cuestiones históricas nacionales para tratar un tema delicado que causa revuelo en estos tiempos. Y tienen que ver con personajes que aparentemente no tienen algo en común: Hernán Cortes, Agustín de Iturbide, Jefferson Davis, Robert E. Lee, Porfirio Díaz y Francisco Franco. Dos de los personajes pertenecen a una cultura ajena a la nuestro y algunos ni siquiera vivieron en la misma época. Pero tienen algo en común: todos son recordados en sus países de origen como villanos. Jefferson Davis y Robert E. Lee jugaron un papel clave del lado confederado durante la Guerra Civil de Estados Unidos y cuyo mayor pecado fue defender la esclavitud. Porfirio Díaz es recordado como el mayor tirano de la historia de México ya que tenía explotadas a las clases bajas y “atrasó” al país de manera terrible. Francisco Franco es un caso parecido al de Porfirio Díaz, aunque su régimen fue aún más brutal que el de su homólogo mexicano. Todos ellos representan heridas que debieron cicatrizar hace bastante tiempo, pero no ha sido así.
Todo lo anterior viene a colación por ciertos eventos recientes como la desafortunada decisión del gobierno español de exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos, donde están sepultados restos de soldados que murieron durante la Guerra Civil Española. Esto es una tontería y sin duda abre viejas heridas al no poder dar borrón y cuenta nueva de un episodio que fue lamentable, pero no lograran nada enjuiciando a los culpables que ya están muertos o ya no pueden defenderse. Esto también impide la reconciliación nacional de un bando y del otro. En realidad esto me parece tan ridículo que nada más falta tomar el cadáver de franco, sentarlo en el banquillo de los acusados y ser interrogado por un fiscal (creo que se hizo lo mismo con un Papa en la Edad Media). Entiendo que el régimen franquista español fue brutal y que tiene en su haber un poco más de 140,000 desaparecidos desde el inicio de la Guerra Civil Española en 1936 hasta 1975 cuando el dictador muere. Además, los niños que fueron separados de sus familias y dados en adopción, los exiliados y aún los presos políticos son la marca de cualquier dictadura. Pero parece que algunas personas son incapaces de ver que ya no tiene caso abrir viejas heridas y esto es propio de regímenes autoritarios que apenas se están formando.
Quizá debido a que México hereda buena parte de su cultura de España, el fenómeno se repite, aunque aquí si alcanza a varios personajes. El primero es el conquistador español Hernán Cortes, aunque su campaña llevó a la formación de nuestro país mediante una cultura que integra elementos tanto europeos como indígenas, pero el mexicano promedio odia la mitad española de su cultura. El segundo personaje odiado de nuestra historia es el libertador de México, Agustín de Iturbide cuyo mayor pecado fue coronarse emperador de su país, todo porque nos han enseñado a odiar la monarquía en favor de un régimen republicano que solo es funcional con dictaduras. Y hablando de dictaduras, el mayor villano de la historia nacional, Porfirio Díaz, cuyo mayor pecado fue quedarse en la presidencia durante poco más de tres décadas, tender líneas de ferrocarril, impulsar diversas industriar, controlar la deuda externa y explotar a las clases bajas (aunque en su época era algo común en todo el mundo). Y los resultados de todo lo anterior están a la vista: existe una profunda división entre los mexicanos ya sea por ideas políticas, raza o nivel socioeconómico. Lo más gracioso es que nadie ha querido romper con el orden español a pesar de que se odie a la Madre Patria por “el daño que nos han hecho”. Y además, es algo que ya vimos que proviene del lado español.
El último caso para mí es el más sorprendente porque se supone que el país en cuestión viene de una cultura de la cordialidad y civilidad en el ámbito político. Tanto es así que solo lleve un conflicto interno y eso que solo es 45 años más viejo que México. Me refiero a Estados Unidos y a la cacería de brujas emprendida por el Partido Demócrata. Por supuesto que es referente a la remoción de estatuas del general confederado Robert E. Lee. Si alguien sabe algo sobre la historia de Estados Unidos comprende que Lee era el general en jefe del ejército confederado, defensor de la esclavitud. Lo irónico aquí es que los confederados era miembros muy destacados del Partido Demócrata que se opusieron a la abolición de la esclavitud decretada por el gobierno republicano de Abraham Lincoln. Este fue el motivo que llevó a Jefferson Davis a declarar la secesión de los estados al sur del río Potomac de la Unión Americana provocando la Guerra de Secesión, también llamada Guerra Civil Norteamericana. En realidad creo que es una manera del Partido Demócrata por tapar sus pecados que incluyen la Guerra Civil y la segregación racial.
En todos los casos anteriores los grupos políticos que intentan abrir heridas históricas aparentemente al demostrar su incapacidad para gobernar. Para mí es más que evidente que este tipo de acciones no llevan a ninguna parte puesto que siempre es bueno dar vuelta a la página luego de un momento histórico muy doloroso. El hacer lo contrario lleva no lleva a algo bueno pues puede reiniciar vieja