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jueves, 20 de septiembre de 2018

El auge del régimen Revolucionario


La Revolución Mexicana, esa estafa que nos han vendido por cerca de un siglo y tal parece que se niega a morir a pesar de su fracaso. ¿O acaso creen que fue para bien? Saben los que leen este espacio que mi opinión es muy clara y es que la Revolución no resolvió problema alguno, sino que al contrario, los ha agravado de forma importante. Después de darme cuenta de que este país nunca ha estado del todo bien, tengo serias dudas de las fuentes de legitimación no solo de los diferentes gobiernos, sino del Estado Mexicano mismo. Esto es porque desde que la Revolución fue iniciada por un espiritista iluso como lo era Madero, representó una década de matanzas entre las diferentes facciones solo para que triunfaran un grupo de mafiosos y esto fue así la mayor parte del pasado siglo. Aunque reconozco los logros del régimen, en general no tengo buen concepto del mismo debido a sus limitaciones, tendencias corruptas y demagogia.
En el momento en el que sucedió el movimiento estudiantil de 1968, el régimen de la Revolución estaba en la cúspide de su poder. Y para entonces se tenía la educación de mayor calidad, los mayores ingresos, la inflación más baja y los menores niveles de pobreza. ¿Cuál era el secreto del régimen? El autoritarismo, lo único que logra estabilidad en el país por la inmadurez política de la sociedad mexicana en general. Con controles verticales y bastante férreos lograron tener a la sociedad controlada, aunque parecía estar en contra del gobierno emanado de la Revolución. La ausencia de un monarca hacía que el presidente se comportara como tal, lo cual era aceptado tácitamente por todos los mexicanos sin protestar. Era un régimen autoritario que dejaba ser a menos de que se le molestara. El PRI hizo y deshizo a su antojo a un pueblo que nunca ha sido maduro políticamente hablando. Fueron muy pocas personas en realidad las que se atrevieron a señalar con el dedo al partido oficial y llamar por su nombre a la clase de gobierno que era en realidad y muchas de aquellas personas sufrieron en el mejor de los casos ostracismo y otros fueron perseguidos incluso hasta la muerte.
Lo que quizá entiendo que los mexicanos ahora piensan que fue un régimen brutal, y realmente lo fue, pero seamos sinceros, los mexicanos de ahora añoran todo aquello que se cree perdido. Sin embargo, es algo que no es del todo cierto, pues los logros de tan brutales gobiernos jamás se van a volver a repetir por el sencillo hecho de que ya no son aquellos tiempos en los que la gente ya no se da cuenta de ciertas cosas. El desarrollo estabilizador se logró mediante un acuerdo entre empresarios y autoritarios de que no iban a aumentar los precios, se podía declarar los impuestos en ceros, se podía declarar los impuestos en ceros, protección contra las importaciones y limitación de huelgas. ¿De verdad ustedes creen todo esto se podía mantener por un tiempo prolongado? Yo creo que no, y para darse cuenta basta con ver lo que pasaba al final del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, cuando las deudas del gobierno comenzaron a aumentar, augurando lo que vendría en el futuro. Todo lo anterior era populismo puro y en la década siguiente iba a estallar el problema tal como lo predijo quien fuera secretario de Hacienda durante dos administraciones, Antonio Ortiz Mena, ya que sabía que estas acciones por parte del gobierno tarde o temprano pausaría problemas, y vivió para ver que lamentablemente tuvo razón.
A Ortiz Mena le tocaron vivir sin duda las primeras señales de desgaste del régimen, pues durante los dos sexenios hubo grandes movimientos sociales. Al inicio, la huelga ferrocarrilera estaba muy reciente al iniciar el gobierno de Adolfo López Mateos, y las consecuencias fueron un montón de detenidos, pues los presos políticos fueron liberados hasta 1970, doce años después. Y luego, ya durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, el movimiento magisterial y el de los médicos creo que fueron augurios de lo que venía, las señales claras de un régimen, el de la Revolución, que se desgastaba justo cuando llegaba a la cúspide de todo su poder y todavía podía ser temible. Cuando llega el año 1968 nadie se imaginó los eventos funestos, cuando los estudiantes universitarios se lanzaron a las calles en contra de un gobierno no que escuchaba argumentos y siempre imponía su voluntad, como un rey dirigiéndose a sus súbditos, pero ese rey era un déspota ilustrado. Lo que más me llama la atención es que aún hay voces de aquellas personas que vivieron en tan turbulentos tiempos y que han compartido su testimonio. ¿Perdimos algo en aquella época, hay algo que se pueda rescatar? Francamente, no tengo idea, pero de lo que sí estoy seguro es que pocas personas se han preguntado sinceramente cómo es que aquel monstruo llegó al poder y se quedó con él durante tanto tiempo. Tampoco se ha entendido que en buena medida se sigue añorando a ese monstruo, a pesar de que se diga que se le odia. Es como aquella mujer a la que le pegan, y vuelve con el marido. Pero estoy seguro de que se puede vivir sin él, pase lo que pase.      

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