La Revolución Mexicana,
esa estafa que nos han vendido por cerca de un siglo y tal parece que se niega
a morir a pesar de su fracaso. ¿O acaso creen que fue para bien? Saben los que
leen este espacio que mi opinión es muy clara y es que la Revolución no
resolvió problema alguno, sino que al contrario, los ha agravado de forma
importante. Después de darme cuenta de que este país nunca ha estado del todo
bien, tengo serias dudas de las fuentes de legitimación no solo de los
diferentes gobiernos, sino del Estado Mexicano mismo. Esto es porque desde que
la Revolución fue iniciada por un espiritista iluso como lo era Madero,
representó una década de matanzas entre las diferentes facciones solo para que
triunfaran un grupo de mafiosos y esto fue así la mayor parte del pasado siglo.
Aunque reconozco los logros del régimen, en general no tengo buen concepto del
mismo debido a sus limitaciones, tendencias corruptas y demagogia.
En el momento en el que
sucedió el movimiento estudiantil de 1968, el régimen de la Revolución estaba
en la cúspide de su poder. Y para entonces se tenía la educación de mayor
calidad, los mayores ingresos, la inflación más baja y los menores niveles de
pobreza. ¿Cuál era el secreto del régimen? El autoritarismo, lo único que logra
estabilidad en el país por la inmadurez política de la sociedad mexicana en
general. Con controles verticales y bastante férreos lograron tener a la
sociedad controlada, aunque parecía estar en contra del gobierno emanado de la
Revolución. La ausencia de un monarca hacía que el presidente se comportara
como tal, lo cual era aceptado tácitamente por todos los mexicanos sin
protestar. Era un régimen autoritario que dejaba ser a menos de que se le
molestara. El PRI hizo y deshizo a su antojo a un pueblo que nunca ha sido
maduro políticamente hablando. Fueron muy pocas personas en realidad las que se
atrevieron a señalar con el dedo al partido oficial y llamar por su nombre a la
clase de gobierno que era en realidad y muchas de aquellas personas sufrieron
en el mejor de los casos ostracismo y otros fueron perseguidos incluso hasta la
muerte.
Lo que quizá entiendo que
los mexicanos ahora piensan que fue un régimen brutal, y realmente lo fue, pero
seamos sinceros, los mexicanos de ahora añoran todo aquello que se cree
perdido. Sin embargo, es algo que no es del todo cierto, pues los logros de tan
brutales gobiernos jamás se van a volver a repetir por el sencillo hecho de que
ya no son aquellos tiempos en los que la gente ya no se da cuenta de ciertas
cosas. El desarrollo estabilizador se logró mediante un acuerdo entre
empresarios y autoritarios de que no iban a aumentar los precios, se podía declarar
los impuestos en ceros, se podía declarar los impuestos en ceros, protección contra
las importaciones y limitación de huelgas. ¿De verdad ustedes creen todo esto
se podía mantener por un tiempo prolongado? Yo creo que no, y para darse cuenta
basta con ver lo que pasaba al final del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, cuando
las deudas del gobierno comenzaron a aumentar, augurando lo que vendría en el
futuro. Todo lo anterior era populismo puro y en la década siguiente iba a
estallar el problema tal como lo predijo quien fuera secretario de Hacienda
durante dos administraciones, Antonio Ortiz Mena, ya que sabía que estas
acciones por parte del gobierno tarde o temprano pausaría problemas, y vivió
para ver que lamentablemente tuvo razón.
A Ortiz Mena le tocaron
vivir sin duda las primeras señales de desgaste del régimen, pues durante los
dos sexenios hubo grandes movimientos sociales. Al inicio, la huelga
ferrocarrilera estaba muy reciente al iniciar el gobierno de Adolfo López
Mateos, y las consecuencias fueron un montón de detenidos, pues los presos políticos
fueron liberados hasta 1970, doce años después. Y luego, ya durante el gobierno
de Gustavo Díaz Ordaz, el movimiento magisterial y el de los médicos creo que
fueron augurios de lo que venía, las señales claras de un régimen, el de la
Revolución, que se desgastaba justo cuando llegaba a la cúspide de todo su
poder y todavía podía ser temible. Cuando llega el año 1968 nadie se imaginó
los eventos funestos, cuando los estudiantes universitarios se lanzaron a las
calles en contra de un gobierno no que escuchaba argumentos y siempre imponía su
voluntad, como un rey dirigiéndose a sus súbditos, pero ese rey era un déspota ilustrado.
Lo que más me llama la atención es que aún hay voces de aquellas personas que
vivieron en tan turbulentos tiempos y que han compartido su testimonio.
¿Perdimos algo en aquella época, hay algo que se pueda rescatar? Francamente,
no tengo idea, pero de lo que sí estoy seguro es que pocas personas se han
preguntado sinceramente cómo es que aquel monstruo llegó al poder y se quedó
con él durante tanto tiempo. Tampoco se ha entendido que en buena medida se
sigue añorando a ese monstruo, a pesar de que se diga que se le odia. Es como
aquella mujer a la que le pegan, y vuelve con el marido. Pero estoy seguro de
que se puede vivir sin él, pase lo que pase.
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