Hoy quisiera desviarme un
poco de las cuestiones históricas nacionales para tratar un tema delicado que
causa revuelo en estos tiempos. Y tienen que ver con personajes que
aparentemente no tienen algo en común: Hernán Cortes, Agustín de Iturbide, Jefferson
Davis, Robert E. Lee, Porfirio Díaz y Francisco Franco. Dos de los personajes
pertenecen a una cultura ajena a la nuestro y algunos ni siquiera vivieron en
la misma época. Pero tienen algo en común: todos son recordados en sus países de
origen como villanos. Jefferson Davis y Robert E. Lee jugaron un papel clave del
lado confederado durante la Guerra Civil de Estados Unidos y cuyo mayor pecado
fue defender la esclavitud. Porfirio Díaz es recordado como el mayor tirano de
la historia de México ya que tenía explotadas a las clases bajas y “atrasó” al país
de manera terrible. Francisco Franco es un caso parecido al de Porfirio Díaz,
aunque su régimen fue aún más brutal que el de su homólogo mexicano. Todos ellos
representan heridas que debieron cicatrizar hace bastante tiempo, pero no ha
sido así.
Todo lo anterior viene a colación
por ciertos eventos recientes como la desafortunada decisión del gobierno
español de exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos,
donde están sepultados restos de soldados que murieron durante la Guerra Civil
Española. Esto es una tontería y sin duda abre viejas heridas al no poder dar
borrón y cuenta nueva de un episodio que fue lamentable, pero no lograran nada
enjuiciando a los culpables que ya están muertos o ya no pueden defenderse. Esto
también impide la reconciliación nacional de un bando y del otro. En realidad
esto me parece tan ridículo que nada más falta tomar el cadáver de franco,
sentarlo en el banquillo de los acusados y ser interrogado por un fiscal (creo
que se hizo lo mismo con un Papa en la Edad Media). Entiendo que el régimen franquista
español fue brutal y que tiene en su haber un poco más de 140,000 desaparecidos
desde el inicio de la Guerra Civil Española en 1936 hasta 1975 cuando el
dictador muere. Además, los niños que fueron separados de sus familias y dados
en adopción, los exiliados y aún los presos políticos son la marca de cualquier
dictadura. Pero parece que algunas personas son incapaces de ver que ya no
tiene caso abrir viejas heridas y esto es propio de regímenes autoritarios que
apenas se están formando.
Quizá debido a que México
hereda buena parte de su cultura de España, el fenómeno se repite, aunque aquí si
alcanza a varios personajes. El primero es el conquistador español Hernán
Cortes, aunque su campaña llevó a la formación de nuestro país mediante una
cultura que integra elementos tanto europeos como indígenas, pero el mexicano
promedio odia la mitad española de su cultura. El segundo personaje odiado de
nuestra historia es el libertador de México, Agustín de Iturbide cuyo mayor
pecado fue coronarse emperador de su país, todo porque nos han enseñado a odiar
la monarquía en favor de un régimen republicano que solo es funcional con
dictaduras. Y hablando de dictaduras, el mayor villano de la historia nacional,
Porfirio Díaz, cuyo mayor pecado fue quedarse en la presidencia durante poco
más de tres décadas, tender líneas de ferrocarril, impulsar diversas
industriar, controlar la deuda externa y explotar a las clases bajas (aunque en
su época era algo común en todo el mundo). Y los resultados de todo lo anterior
están a la vista: existe una profunda división entre los mexicanos ya sea por
ideas políticas, raza o nivel socioeconómico. Lo más gracioso es que nadie ha
querido romper con el orden español a pesar de que se odie a la Madre Patria
por “el daño que nos han hecho”. Y además, es algo que ya vimos que proviene
del lado español.
El último caso para mí es
el más sorprendente porque se supone que el país en cuestión viene de una
cultura de la cordialidad y civilidad en el ámbito político. Tanto es así que
solo lleve un conflicto interno y eso que solo es 45 años más viejo que México.
Me refiero a Estados Unidos y a la cacería de brujas emprendida por el Partido Demócrata.
Por supuesto que es referente a la remoción de estatuas del general confederado
Robert E. Lee. Si alguien sabe algo sobre la historia de Estados Unidos
comprende que Lee era el general en jefe del ejército confederado, defensor de
la esclavitud. Lo irónico aquí es que los confederados era miembros muy
destacados del Partido Demócrata que se opusieron a la abolición de la
esclavitud decretada por el gobierno republicano de Abraham Lincoln. Este fue
el motivo que llevó a Jefferson Davis a declarar la secesión de los estados al
sur del río Potomac de la Unión Americana provocando la Guerra de Secesión, también
llamada Guerra Civil Norteamericana. En realidad creo que es una manera del
Partido Demócrata por tapar sus pecados que incluyen la Guerra Civil y la segregación
racial.
En todos los casos
anteriores los grupos políticos que intentan abrir heridas históricas aparentemente
al demostrar su incapacidad para gobernar. Para mí es más que evidente que este
tipo de acciones no llevan a ninguna parte puesto que siempre es bueno dar
vuelta a la página luego de un momento histórico muy doloroso. El hacer lo
contrario lleva no lleva a algo bueno pues puede reiniciar vieja
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