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domingo, 2 de septiembre de 2018

Cicatrices históricas

Hoy quisiera desviarme un poco de las cuestiones históricas nacionales para tratar un tema delicado que causa revuelo en estos tiempos. Y tienen que ver con personajes que aparentemente no tienen algo en común: Hernán Cortes, Agustín de Iturbide, Jefferson Davis, Robert E. Lee, Porfirio Díaz y Francisco Franco. Dos de los personajes pertenecen a una cultura ajena a la nuestro y algunos ni siquiera vivieron en la misma época. Pero tienen algo en común: todos son recordados en sus países de origen como villanos. Jefferson Davis y Robert E. Lee jugaron un papel clave del lado confederado durante la Guerra Civil de Estados Unidos y cuyo mayor pecado fue defender la esclavitud. Porfirio Díaz es recordado como el mayor tirano de la historia de México ya que tenía explotadas a las clases bajas y “atrasó” al país de manera terrible. Francisco Franco es un caso parecido al de Porfirio Díaz, aunque su régimen fue aún más brutal que el de su homólogo mexicano. Todos ellos representan heridas que debieron cicatrizar hace bastante tiempo, pero no ha sido así.
Todo lo anterior viene a colación por ciertos eventos recientes como la desafortunada decisión del gobierno español de exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos, donde están sepultados restos de soldados que murieron durante la Guerra Civil Española. Esto es una tontería y sin duda abre viejas heridas al no poder dar borrón y cuenta nueva de un episodio que fue lamentable, pero no lograran nada enjuiciando a los culpables que ya están muertos o ya no pueden defenderse. Esto también impide la reconciliación nacional de un bando y del otro. En realidad esto me parece tan ridículo que nada más falta tomar el cadáver de franco, sentarlo en el banquillo de los acusados y ser interrogado por un fiscal (creo que se hizo lo mismo con un Papa en la Edad Media). Entiendo que el régimen franquista español fue brutal y que tiene en su haber un poco más de 140,000 desaparecidos desde el inicio de la Guerra Civil Española en 1936 hasta 1975 cuando el dictador muere. Además, los niños que fueron separados de sus familias y dados en adopción, los exiliados y aún los presos políticos son la marca de cualquier dictadura. Pero parece que algunas personas son incapaces de ver que ya no tiene caso abrir viejas heridas y esto es propio de regímenes autoritarios que apenas se están formando.
Quizá debido a que México hereda buena parte de su cultura de España, el fenómeno se repite, aunque aquí si alcanza a varios personajes. El primero es el conquistador español Hernán Cortes, aunque su campaña llevó a la formación de nuestro país mediante una cultura que integra elementos tanto europeos como indígenas, pero el mexicano promedio odia la mitad española de su cultura. El segundo personaje odiado de nuestra historia es el libertador de México, Agustín de Iturbide cuyo mayor pecado fue coronarse emperador de su país, todo porque nos han enseñado a odiar la monarquía en favor de un régimen republicano que solo es funcional con dictaduras. Y hablando de dictaduras, el mayor villano de la historia nacional, Porfirio Díaz, cuyo mayor pecado fue quedarse en la presidencia durante poco más de tres décadas, tender líneas de ferrocarril, impulsar diversas industriar, controlar la deuda externa y explotar a las clases bajas (aunque en su época era algo común en todo el mundo). Y los resultados de todo lo anterior están a la vista: existe una profunda división entre los mexicanos ya sea por ideas políticas, raza o nivel socioeconómico. Lo más gracioso es que nadie ha querido romper con el orden español a pesar de que se odie a la Madre Patria por “el daño que nos han hecho”. Y además, es algo que ya vimos que proviene del lado español.
El último caso para mí es el más sorprendente porque se supone que el país en cuestión viene de una cultura de la cordialidad y civilidad en el ámbito político. Tanto es así que solo lleve un conflicto interno y eso que solo es 45 años más viejo que México. Me refiero a Estados Unidos y a la cacería de brujas emprendida por el Partido Demócrata. Por supuesto que es referente a la remoción de estatuas del general confederado Robert E. Lee. Si alguien sabe algo sobre la historia de Estados Unidos comprende que Lee era el general en jefe del ejército confederado, defensor de la esclavitud. Lo irónico aquí es que los confederados era miembros muy destacados del Partido Demócrata que se opusieron a la abolición de la esclavitud decretada por el gobierno republicano de Abraham Lincoln. Este fue el motivo que llevó a Jefferson Davis a declarar la secesión de los estados al sur del río Potomac de la Unión Americana provocando la Guerra de Secesión, también llamada Guerra Civil Norteamericana. En realidad creo que es una manera del Partido Demócrata por tapar sus pecados que incluyen la Guerra Civil y la segregación racial.
En todos los casos anteriores los grupos políticos que intentan abrir heridas históricas aparentemente al demostrar su incapacidad para gobernar. Para mí es más que evidente que este tipo de acciones no llevan a ninguna parte puesto que siempre es bueno dar vuelta a la página luego de un momento histórico muy doloroso. El hacer lo contrario lleva no lleva a algo bueno pues puede reiniciar vieja

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