Buscar este blog

miércoles, 29 de marzo de 2017

La División del Norte

La División del Norte, nombrada por algunos historiadores como el ejército más poderoso que ha habido en América Latina jamás. Aun habiendo nacido en Chihuahua, no podría asegurar la verdad o falsedad de dicha aseveración, lo que sí puedo decir es que fue el ejército más poderoso en la Revolución Mexicana. También no pudo dudar que es el ejército revolucionario más estudiado en el extranjero por los alcances que llegó a tener, siendo su líder, Francisco Villa, el personaje más destacado de dicho movimiento después de Francisco I. Madero y se han dicho muchas cosas de él: que fue bandolero, vendedor, ganadero, que si asesinó a un hacendado que violó a su hermana y que se casó muchas veces. Pero no fue el único personaje central en dicho ejército. Otros personajes destacados fueron Toribio Ortega, Felipe Ángeles, Rodolfo Fierro y Silvestre Terrazas, entre otros tantos más. También hay que destacar algunos aliados destacados como José María Maytorena, gobernador de Sonora en aquel lejano entonces (1913-1914), o rivales, siendo el principal en mi opinión Álvaro Obregón.
En primer lugar yo pondría sobre la mesa los antecedentes de este movimiento que sin duda vienen de la colonización del norte de México. Sin duda, muy difícil fue colonizar esta zona del país puesto es una región bastante inhóspita por sus extensos desiertos e indígenas bastante aguerridos, siendo los apaches el más importante de todos ellos. Entonces pues, la única manera de colonizar la zona era mediante colonias militares y aun así las personas que llegaban tenían que estar armadas todo el tiempo por los ataques de los indios. Uno de los militares más destacados en la guerra contra los apaches fue el general Luis Terrazas, originario de Chihuahua, y que después sería un importante militar en la Reforma y el mayor latifundista de México al llegar a poseer el 40% de la superficie de Chihuahua, el estado más extenso del México. Cuando llegó la Reforma, la República Restaurada y el Porfiriato el clan Terrazas Creel empezó a acaparar las tierras del estado mientras que en los vecinos estados de Coahuila y Sonara sucedía un proceso similar de acaparamiento de tierras durante esos años. Esto sin duda sirvió de base para el pliego petitorio para el ejército villista en la campaña contra Huerta.
La División del Norte era un grupo bastante heterogéneo que el de otros ejércitos a nivel nacional durante la Revolución. Lo integraban obreros, peones, mineros, vaqueros de las haciendas ganaderas, miembros de la clase media y otros grupos productivos de Chihuahua. Un dato de pasada, Francisco Villa no era de Chihuahua, sino de Durango. Silvestre Terrazas, uno de los intelectuales del movimiento era miembro del clan Terrazas Creel, aunque era la oveja negra de la familia. Con todo esto, era de esperarse que el movimiento creciera de manera espectacular, además de que la mayoría de los soldados de la División del Norte no tenían tanto apego por su lugar de origen, lo que les permitió luchar en otros territorios fuera de Chihuahua. He llegado a la conclusión de que otro personaje, además de Villa, fue responsable del éxito de este ejército: el general Felipe Ángeles, especialista en artillería, creo que fue el segundo miembro más importante de la División del Norte. Esto lo digo porque cuando Ángeles abandonó a las tropas villistas el ejército empezó a decaer de manera terrible, de ahí la gran derrota que sufrió en Celaya a manos de Álvaro Obregón. Pero gracias a Ángeles la División fue el ejército que obtuvo las victorias más importantes para los constitucionalistas.

La importancia de la División del Norte dentro del constitucionalismo fue durante el año de 1914. A pesar de esto, Carranza veía con malos ojos las victorias de Villa y sus tropas. La División del Norte no reconocía más liderazgo que el de Villa, y cuando este renunció, le fue rechazada esta por el Primer Jefe, Venustiano Carranza. La División del Norte ganó las batallas de Torreón y Zacatecas, plazas que los otros ejércitos constitucionalistas no habían podido tomar por aparentemente imposibles. De hecho, fue la batalla de Zacatecas donde se da el rompimiento entre Villa y Carranza. El general carrancista encargado de tomar la plaza era Pánfilo Natera y no había podido después de varios días de sitio. Carranza le había dado la orden a  Villa de no acudir prestarle apoyo a Natera. Obviamente que Villa desobedeció la orden de Carranza y llegó a Calera, a pocos kilómetros de Zacatecas. Esta última ciudad era el último reducto de Victoriano Huerta y el tomar la plaza permitiría a los constitucionalistas a avanzar hasta la Ciudad de México. Además, los planes de reforma agraria de los villistas no le gustaron al Primer Jefe ya que implicaba la destrucción de la hacienda que terminaría con el campo mexicano, aunque el proyecto de Villa no era tan radical como el de Lázaro Cárdenas. La toma de Zacatecas fue el punto de quiebre entre Carranza y Villa y se puso en manifiesto cuando el primer jefe impidió la entrada de la División del Norte encabezar la entrada a la Ciudad de México luego de la caída de Huerta. Era evidente la actitud de Carranza de quedarse con el poder, pero intentó limar asperezas con los otros grupos revolucionarios con la Convención de Aguascalientes, aunque esto exacerbo más las diferencias. Años después, Carranza pagó muy caro el hacer a un lado a la gente que lo apoyó y por eso Obregón maquinó su muerte. Y todo esto por no valorar el proyecto de otros, empezando por la División del Norte. 

viernes, 24 de marzo de 2017

Liberales y el engaño nacional

Celebrando un natalicio más del “Benemérito de las Américas” (así, entre comillas) es válido preguntarse si es merecedor de todas las fiestas que se le hacen al zapoteca. Como lo saben todos los que me leen, al único de los liberales al que le tengo aprecio es a Porfirio Díaz y aun así creo que cometió algunas metidas de pata. Al resto los considero saqueadores, engañabobos, traidores a la patria y mentirosos. El jefe de los liberales, Benito Juárez, hizo todo lo posible por quedarse en el poder por medio de decretos para obtener facultades extraordinarias por parte del congreso. Sin embargo, aun entre los liberales hubo críticos a Juárez como Ignacio Ramírez “el Nigromante” que se opuso terminante a los dictados del oaxaqueño. Estos son detalles que son ocultados por nuestra historia oficial con el fin de esconder de manera sistemática que la justificación del régimen es insostenible.
Uno de los motivos por el que me desagradan los liberales es porque se cansaron de venderles el país a los norteamericanos. El ejemplo más claro de lo que estoy diciendo es el vergonzoso episodio del Tratado McLane-Ocampo en el que prácticamente se cedía a los norteamericanos el derecho de paso en el Istmo de Tehuantepec y algunos puntos de la frontera a puertos muy importantes en el Pacífico. Este documento también establecía que los norteamericanos tenían derecho a portar armas, matar y poseer tierras en dichos pasos. Además de todo, los liberales les ganaron a los conservadores por el apoyo de los norteamericanos que les vendieron armas y equipo. Además, ellos estaban deseosos de apoderarse de varios estados del norte como Baja California, Sonora, Chihuahua y parte de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Sin embargo, esto no se pudo llevar a cabo porque cuando llego la oferta los conservadores estaban en el poder y ellos la rechazaron tajantemente. Esto sin duda tiene que ver con las logias masónicas de Nueva Orleans que tenían control sobre los masones de nuestro país. Y como sabemos, dicen que el objetivo de los masones de aquel entonces era llevar a Estados Unidos a su hegemonía sobre el mundo, aunque esto no puede probarse cabalmente.
En segundo lugar lo pondría sobre la mesa la Ley de Desamortización de los bienes del clero. Sin embargo, y como lo sostiene el historiador Enrique Krauze en “Biografía del poder” (Vol. 3, Emiliano Zapata: El amor a la tierra, FCE, 1987), la Ley de Desamortización prohibía a las sociedades civiles de cualquier tipo poseer tierras y otras propiedades. Esto sin duda afectaba a los indígenas que poseían tierras de manera comunal y al solo reconocerse la propiedad privada se sentaba la base para despojarlos de su fuente de ingreso. Esto y los agravios cometidos contra la iglesia llevaron a la mayoría de los nativos a pelear del lado de los conservadores. Como sabemos este bando perdió la Guerra de Reforma, pero la paz no duró. Para no hacerles el cuento largo, cuando Maximiliano llegó a emperador hizo un decreto que daba marcha atrás a parte de la Ley de Desamortización y restituyó las tierras arrebatadas a los campesinos indígenas. Como sabemos, el imperio cayó en 1867 y el gobierno nada republicano dio marcha atrás con el decreto del desdichado emperador. Es más, en 1868 el ejército federal masacró a indios yaquis de Sonora para arrebatarles sus tierras, siendo Benito Juárez un indígena y presidente de México uno de los responsables de llevar a cabo esta matanza que tenía por objeto arrebatarles sus tierras a los nativos. Con esto Juárez dio pasos definitivos para marginar a los indios siendo el mismo indio.

Por último diré que Benito Juárez fue el personaje que más se aferró al poder, puesto que no lo dejo hasta que la muerte lo obligó a hacerlo. Sé que la mayoría piensa que Porfirio Díaz se lleva el premio mayor, y ni se diga Santa Anna, pero ellos renunciaron al poder cuando la situación se les tornó decididamente adversa. Juárez nunca fue electo por el pueblo y prueba de ellos está el hecho de que la Constitución de 1857 establecía que el presidente debía entregar el poder al cabo de cuatro años en el cargo independientemente de la situación del país. Como obviamente en 1862 no se podían convocar a elecciones debía pues subir a la presidencia el presidente de la Suprema Corte, en ese tiempo Jesús González Ortega. Después de las elecciones de 1867 y 1871 Juárez ganó a sus contrincantes con evidentes fraudes electorales. Dado que en 1871 Porfirio Díaz era el principal opositor, cabe la posibilidad de que haya sido electo por voto popular. Hay que mencionar también el hecho de que en el tiempo que Juárez estuvo en la presidencia posterior a la caída de Maximiliano el presidente busco del congreso facultades extraordinarias para seguir mandando en el país con poderes de estado de guerra. Entonces pues ya he expuesto los hechos que me llevan a pensar que Juárez era un ladino, acomodaticio, traicionero y ladrón y sentó las bases para un sistema autoritario que vivimos en el siglo siguiente a su vida. Esto me lleva a cuestionar si los demás héroes fueron lo que nos venden en los libros de texto y las bases sobre las que se construyó el México moderno. En mi afán de búsqueda de información me ha llevado a comprender que tanto en el pasado como en el presente el parecido entre la clase política de ambas épocas es mera coincidencia.      

jueves, 23 de marzo de 2017

Biografía del poder

En la segunda parte de la “Trilogía histórica” del genial historiador Enrique Krauze, de nombre “Biografía del poder”, se retrata la vida de los personajes clave de la Revolución Mexicana. La edición original salió a la venta en 1987 de la mano de Fondo de Cultura Económica en 8 volúmenes siendo los siguientes: Porfirio Díaz, Místico de la autoridad; Francisco I. Madero, Místico de la libertad; Emiliano Zapata, El amor a la tierra; Francisco Villa, Entre el ángel y el fierro; Venustiano Carranza, Puente entre siglos; Álvaro Obregón, El vértigo de la victoria; Plutarco Elías Calles, Reformar desde el origen; y Lázaro Cárdenas, General misionero. Posteriormente la editorial Tusquets hace una compilación en un solo volumen, pero sigo prefiriendo la edición original porque además de realizar un análisis bastante concienzudo tiene un acervo fotográfico de varias fuentes que dan una idea de los acontecimientos importantes del movimiento armado.
En mi opinión, cada libro (tengo la edición del FCE) se divide en tres partes fundamentales: un principio, un clímax y una decadencia. Ejemplos claros de principio fueron los de Emiliano Zapata y Francisco I. Madero, que se involucran en la lucha armada por diferentes motivos: el primero por el despojo que sufrieron los campesinos por parte de los hacendados y quería la restitución de las mismas; el segundo por la convicción democrática y de los abusos de los porfiristas hacia las clases menos favorecidas. En el clímax  sin duda los ejemplos más claros son Francisco Villa y Venustiano Carranza: Villa tuvo su auge con la División del Norte en la batalla de Zacatecas en 1914, mientras que Carranza con la promulgación de la Constitución de 1917. En cuanto a las decadencias, creo que las dos más fascinantes fueron las de Díaz y Calles: Díaz no supo ni por donde le llegó la bola revolucionaria y a Calles lo traicionó su propio lacayo, Lázaro Cárdenas, que terminó por exiliarlo del país. Entonces es evidente de hecho que los libros tienen un libro bastante poético es porque incluyen un esbozo psicológico de cada personaje que sin duda influyó en su intervención de la Revolución.
Biografía del poder también retrata los aciertos y errores de los personajes así como también algunos detalles que son poco conocidos. Uno de ellos es la afición de Madero por el espiritismo que fue lo que llevo a hacer lo que hizo influido por los espíritus. Este es uno de los detalles que se oculta en la historia oficial puesto que se pone en evidencia que Madero no era una persona “normal” y en realidad podría haber estado un poco trastornado, quizá por eso no tuvo la malicia requerida para el cargo de presidente y quizá por eso fue conducido a su muerte por el chacal Huerta y Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México. Otras de las grandes traiciones relatadas en la obra son la de Zapata a su principal intelectual, Otilio Montaño; o la de Carranza a Obregón que sin duda fueron ocultadas por la historia oficial. La verdad no me sorprende nada de esto pues se hizo con el objetivo de justificar un régimen despótico, vertical y opaco que en buena medida impidió el desarrollo de la democracia como lo mencionó el autor en el volumen dedicado a Lázaro Cárdenas y las matanzas ordenadas en las casillas contra la gente que no votaba por el partido oficial haciendo de este modo un fraude electoral muy grande. Todo esto no se decía debido a que el estado era el gran benefactor y de algún modo justificar las cosas.   

Desde luego que también tengo algunas críticas debido a algunas imprecisiones en la obra que sin duda tiene que ver con la época en la que fue escrita y publicada. La primera de ella tiene que ver con lo relacionado al telegrama Zimmermann en el libro de Carranza, ya que la participación norteamericana en la Revolución Mexicana fue patente además de otras potencias extranjeras como Alemania. Desde luego que no es el único, pues también la muerte de Obregón a manos de León Toral no es precisa puesto que muchos historiadores señalan pues que este personaje traía una pistola con balas de salva y de hecho ninguno de los proyectiles en el cuerpo de Obregón correspondía con el arma de Toral. Por lo tanto se puede decir que los organizadores de la comida, es decir, los diputados de Guanajuato, los que lo mataron en ese fatídico día en el restaurante “La Bombilla” en San Ángel. Aunque si se incluyen el “Mátalos en caliente” de Porfirio Díaz, las represiones ordenadas por Carranza contra los obreros aun con la constitución promulgada y la liquidación por parte de Obregón de sus antiguos aliados como Fortunato Maycotte, Benjamín Hill, Manuel Diéguez y Rafael Buelna durante la rebelión de Adolfo de la Huerta entre diciembre de 1923 y abril de 1924 cuando Obregón impuso a Calles en la presidencia. Otro dato que pocos historiadores han puesto sobre la mesa es la participación de Lázaro Cárdenas en la muerte de Venustiano Carranza, ocurrida en Tlaxcalantongo, Puebla en mayo de 1920. En fin, para todas las personas que se introducen en el estudio de la Revolución de manera crítica, este es un buen comienzo puesto que Biografía del poder está escrito de modo sencillo y ameno y desde luego que el acervo fotográfico lo hacen más interesante. Todo esto a pesar de las imprecisiones que pudiera tener su contenido.           

La Expropiación Petrolera, ¿benéfica?

Llega un 18 de marzo más y con ello uno de los hechos históricos más notables de nuestra historia: la Expropiación Petrolera. Como todos los que han leído este blog, yo no le tengo ningún aprecio a Lázaro Cárdenas y creo tener motivos para pensar así. Uno de esos motivos sin duda es la expropiación petrolera, realizada el 18 de marzo de 1938 y hasta el día de hoy sigo preguntándome sus beneficios para la mayoría de la población mexicana. Estos son preguntas válidas puesto que a lo largo del siglo pasado y en lo que va de este el petróleo se ha usado para tapar los huecos de la corrupción e ineficiencia de los diferentes gobiernos. En realidad, la población no ha visto los supuestos beneficios de que el Estado sea el propietario de los hidrocarburos del subsuelo ya que la pobreza es un flagelo que sigue campeando en nuestro país.
Entrando en materia, el petróleo se convirtió en un recurso natural importante desde finales del siglo XIX y principios del XX. Es decir, en la última etapa del Porfiriato fue cuando se comenzó con la explotación de hidrocarburos del subsuelo y lo hacían en un régimen libre de impuestos. Después de la caída de don Porfirio y recién asumida la presidencia de Madero, el intentó infructuosamente cobrar un impuesto por cada barril extraído: dos centavos. Para un grupo de empresarios que estaban acostumbrados a un régimen fiscal bastante laxo, les parecía absurdo que el gobierno maderista les quisiera cobrar impuestos y en parte eso fue lo que ocasiono la caída de Madero. Saltándonos algunos años llegamos a 1917 y la promulgación de la Constitución y el polémico artículo 27: la nación pasaba a ser propietaria de los recursos del subsuelo, lo que representaba una amenaza para las compañías petroleras. Sin embargo, tengo que hacer algunas precisiones. El Estado podía ceder la explotación de los recursos naturales y a particulares y el artículo 28 no permitía los monopolios de ninguna clase (reformas posteriores de este artículo pienso que han sido nuestro talón de Aquiles en materia económica). Sin embargo, el régimen porfirista no se tocó hasta la llegada de Plutarco Elías Calles a la presidencia cuando se dio un conflicto diplomático entre el gobierno norteamericano y el mexicano por la publicación de una ley de explotación de hidrocarburos de 1926.
Por esos años, el hijo político de Calles, el general Lázaro Cárdenas estaba en Tampico con su mentor, Francisco J. Múgica. En esos años de estancia en dicho puerto ambos ven los abusos de las compañías petroleras en agravio a los trabajadores y eso es lo que en el fondo llevó a Cárdenas a tomar la decisión de expropiar. Y de hecho una huelga de trabajadores de la industria petrolera fue la que impulsó la toma de esta radical decisión. En 1937 los trabajadores del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana se van a paro indefinido de labores ante los abusos de las empresas. Para no hacerles el cuento largo, la 4ª sala de la Suprema Corte falla a favor de los trabajadores e impone a las compañías petroleras una indemnización de 26 millones de pesos que se niegan a pagar argumentando insolvencia y Cárdenas no cede en una sola coma. En una reunión con los directivos petroleros, uno de ellos desconoce la autoridad de Cárdenas, que da fin a la reunión y es cuando decide expropiar. A partir del 18 de marzo de 1938 las instalaciones de las compañías petroleras pasan a manos del gobierno, sin duda un día histórico. Sin embargo, al año siguiente Cárdenas se arrepiente un poco y decide dar un decreto en el que se permite las asociaciones con las empresas privadas para la explotación de hidrocarburos, pero las grandes petroleras ahora tenían miedo de invertir en México por miedo a una posible expropiación.
Sin embargo, la verdadera debacle inicio cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines mando una iniciativa al congreso con el fin de cerrar la posibilidad de alianzas con la iniciativa privada. Esto sin duda fue la vuelta de tuerca que ayudó al estado a monopolizar la industria petrolera con las funestas consecuencias que nos alcanzan hasta nuestros días. En primera, esto ha servido de pretexto para no desarrollar otras áreas de la economía como la industria e incluso la innovación y el desarrollo. La mayor debacle de la industria petrolera se dio durante la Docena Trágica con el descubrimiento de importantes yacimientos en el Golfo de México. Esto originó un terrible despilfarro por parte del gobierno en turno por el alto precio del barril de crudo. Sin embargo, la caída del precio a inicios de la década de los ’80 dio como resultado una terrible devaluación y la quiebra del país. Todo esto aún tiene efectos sobre el México moderno puesto que los gobiernos posteriores a José López Portillo no tomaron las medidas necesarias para remediar la situación y todavía padecemos algunas consecuencias. La Reforma Energética propuesta en la actualidad podría ser la solución si se aplica de manera correcta aunque no será fácil puesto que hay mucha reticencia a la alianza con particulares. Además de todo, el acoso el recurso se ha empleado para el gasto corriente del gobierno y esto también ha servido para las campañas políticas, la gasolina cara es por la monopolización del recurso pero son pocos los mexicanos los que lo ven de ese modo. Lo que debemos hacer es no seguir creyendo en la propaganda gubernamental que nos vende un país idílico y en realidad tenemos un gobierno que no ha sabido darnos una patria funcional.         

jueves, 16 de marzo de 2017

La presidencia imperial

Como mis queridos lectores sabrán, uno de los historiadores que más he citado desde el momento que inicie el blog, Enrique Krauze es uno de los historiadores más importantes del país. En esta ocasión he decidido hacer una reseña acerca de la llamada “Trilogía histórica” que es el libro “La presidencia imperial”. Esta obra es una crítica veraz y concienzuda del sistema político mexicano y del PRI en el periodo comprendido entre 1940 y 1996. Mucha gente ha considerado este libro como la “Crónica de la corrupción nacional” y sí que lo es puesto que es una crítica bastante buena del sistema corporativista de estos años y las duras represiones a los que sometió a la población para llevar sus designios en las elecciones y rubros económicos y sociales ya que persiguió a los opositores en algunos casos hasta la muerte.
El libro comienza con las fuentes de legitimidad del estado mexicano del periodo de la Revolución Mexicana como puente entre “Biografía del poder” y esta obra Krauze habla de los revolucionarios como una gran familia que tiene muchos secretos sucios y los guardan en un ropero bajo doble llave. En cada sucesión presidencial se turnan las llaves del lugar donde se guardan los secretos. Entonces pues, los gobiernos de Manuel Ávila Camacho han tenido la letanía de dos cosas: el bloquear los intentos de la oposición de llegar al gobierno, guardar los sucios secretos de la familia y tener un control corporativo. Aquí se relatan las corruptelas de 9 presidentes de la república: Manuel Ávila Camacho (1940-1946), Miguel Alemán (1946-1952), Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), Adolfo López Mateos (1958-1964), Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), Luis Echeverría (1970-1976), José López Portillo (1976-1982), Miguel de la Madrid (1982-1988) y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). La crítica no solo es contra lo malo, también se resalta sus logros, los momentos claves de sus carreras políticas, entre otras cosas. También se le da voz a ciertos críticos tanto nacionales como extranjeros: Daniel Cosio Villegas y Frank Tannenbaum son grandes ejemplos de lo que digo.
El libro podemos dividirlo en tres partes siendo la primera las fuentes de legitimidad del partido oficial para hacerse con el poder, siendo uno de los primeros la mitificación de la Revolución Mexicana y la segunda la creación de las estructuras corporativas para atar a la sociedad al poder presidencial. Este corporativismo es el que ayudó al partido tricolor a quedarse el poder claramente tantos años. También menciona desde luego, los mecanismos para hacer fraude electoral. Este proceso continúa hasta el gobierno de Miguel Alemán, que junto con Ávila Camacho consolidan los mecanismos de control social y electoral. En la segunda parte, el auge del sistema corresponde del periodo de Ruiz Cortines hasta Díaz Ordaz con el punto de quiebre en el movimiento de 1968. Estoy convencido de que en este punto están los presidentes priistas electos por voto popular, López Mateos y Díaz Ordaz y se caracterizó por una etapa de crecimiento y disminución del rezago social. En el auge del PRI se dieron algunos movimientos sociales como el de ferrocarrilero de 1958 y o el de los maestros y médicos en los ’60. La joya de la corona fue sin duda el movimiento del 68, con el cual empezó la decadencia del régimen en los años siguientes y la represión severa de los movimientos sociales conocido como “La guerra sucia”.

En la tercera y última parte es la decadencia del régimen desde Luis Echeverría hasta el de Ernesto Zedillo. En él se habla de las guerrillas que fueron reprimidas duramente como la del profesor Lucio Cabañas, el populismo lanzado por Echeverría y López Portillo y la consecuente crisis económica causada por tanto despilfarro, la pasividad de Miguel de la Madrid y las reformas inútiles presentadas por Carlos Salinas de Gortari. En este periodo también se dan los grandes movimientos democráticos encabezados por el Partido Acción Nacional ya que las elecciones para gobernador de Chihuahua en 1986 fueron fraudulentas. Esto como antesala del fraude cometido contra Cuauhtémoc Cárdenas en las elecciones de 1988 y que fue la causa del odio contra Salinas. Después de esto, Salinas empezó con reformas de gran envergadura en materia económica y social, tendientes a reducir la dependencia de las personas respecto al gobierno. La firma del Tratado de Libre Comercio en 1992 fue la cumbre de su programa económico. Sin embargo, a partir de 1993 su gobierno empezó a caer en el desprestigio y sin duda el parteaguas es el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, arzobispo de Guadalajara, en mayo de 1993. El segundo hecho fue el alzamiento zapatista el 1 de enero de 1994. El tercer episodio que fue el tiro de gracia fue el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la presidencia de la república, en marzo de ese mismo año. Y para rematar, en septiembre de 1994 matan al cuñado de los Salinas en la Ciudad de México, José Francisco Ruiz Massieu. Krauze termina el libro con un resumen denominado “El teatro de la historia” donde compara al país con un teatro donde se presentaba una obra en la que cambiaba el protagonista de la compañía, en un momento al protagonista lo abuchearon los jóvenes y el saca la pistola y los mata, la gente abandona el teatro y el elenco hace todo lo posible por evitarlo. Entonces les recomiendo mucho leer este libro.      

jueves, 9 de marzo de 2017

Anticlericalismo

Una de las cosas que nos han enseñado a odiar en la escuela es el papel de la Iglesia Católica en nuestro país. A pesar de no ser perfecto, considero que algunas actitudes de ciertos grupos han llevado a pensar que la influencia del clero no ha sido otra cosa más que dañina. En mi opinión, yo creo que esto es mejor dicho ambivalente puesto que hubo cosas buenas (los proyectos de Vasco de Quiroga y Bartolomé de las Casas) y malas (la Santa Inquisición) como todo en este mundo. Sin embargo, hay otros detalles que no puedo dejar de pasar por alto como el terrible daño que le hicieron a nuestro país los masones con tal de hacerse con el poder, incluso venderlo a potencias extranjeras como Estados Unidos y marginar a los indígenas de tal manera que hasta hoy viven en la miseria.
Entrando en materia, los primeros intentos por descatolizar nuestro país sin duda provienen del mismo instante en que se declara la independencia. Es gracias a la intervención de Joel Poinsett sin duda cuando los grupos masónicos empezaron a cobrar relevancia. Fue entonces cuando se dedicaron a hacer todo lo posible por instaurar la república y lo lograron pero el país pagó un costo muy alto: años y años de inestabilidad política y social impidieron que se desarrollara un gobierno fuerte y un sistema económico funcional que nos ha aquejado desde entonces. Los conflictos internos fueron en gran medida los responsables de la pérdida de la mitad del territorio. Los masones sin duda ayudaron a crear este clima al debilitar a la iglesia que era la generadora de cohesión social. Al desaparecer el papel cohesivo del clero católico se crearon las bases que llevaron a los norteamericanos a apoderarse de la mayor cantidad posible de nuestro territorio. Este papel es ignorado de manera olímpica, pues todavía no logró comprender cómo es que la mayoría de los mexicanos no se cuestionen si la influencia de los masones en la formación de México y es evidente que solo se mira el pasado reciente.
Quizá el más famoso de los movimientos en contra de la iglesia católica fue el enfrentamiento entre liberales y conservadores. Las Leyes de Reforma y la Constitución de 1857 fueron las protagonistas centrales. Sin duda la que más calentó los ánimos fue la Ley de Desamortización de 1856 en la que se prohibía tener propiedades a organizaciones civiles. Con esto no solo no se le permitía a las congregaciones religiosas tener propiedades sino también a las comunidades indígenas que tenían posesión comunal de la tierra. Sin duda estas son dos cosas que no nos dicen puesto que Juárez era indígena y en el ideario de la mayoría está el pensamiento de que estos son lo máximo. Sin embargo, esto también tuvo su lado positivo como la separación de la iglesia y el estado ya que no se podía seguir con un esquema donde el clero se metía en los asuntos del gobierno. Lo que no me gustó fue la idea de que el gobierno tuviera la fatal intención de sobajar a la iglesia de un modo terrible y arrebatarles sus propiedades y las de los indígenas para lucrar a mansalva con ellas. En la historia oficial se nos cuenta que Porfirio Díaz fue un tirano que les quitó las tierras a los nativos pero no dicen que la base de ese despojo fue la Ley de Desamortización en la que no se reconoce más que la propiedad privada. Tampoco se nos cuenta que la mayoría de los indígenas pelearon del lado de los conservadores y después de los imperialistas. Tampoco se dice que Maximiliano les devolvió sus tierras a los pueblos originales. Lo único que veo es que todo este tinglado fue diseñado para justificar un estado autoritario y corrupto.

El último conflicto armado de la historia fue de hecho un conflicto entre la iglesia y el estado. Esto fue por el hecho de que en la Constitución de 1917 en los artículos 3, 27 y 130 lesionaba algunos intereses del clero católico. Haciendo un paréntesis en este punto, considero que la iglesia tenía razón en lo referente al artículo 3 puesto que estoy convencido de que es un derecho de los padres de familia educar a sus hijos de la manera que consideren más conveniente. En el artículo 27 ambas partes tenían parte de razón puesto que el reparto debía hacerse aun cuando el clero se negara, pero no estoy de acuerdo en el modo de hacerlo, de hecho, he dicho en este espacio que el proyecto más sensato era el de los zapatistas que pedían la expropiación de la tercera parte de los latifundios. Cabe destacar que los excesos se cometían de un lado y del otro se vieron excesos, por ejemplo, las matanzas de maestros por parte de los cristeros y el bombazo al ferrocarril de Guadalajara en el que murieron hombres, mujeres y niños. Por el lado del gobierno, el fusilamiento de los cristeros y el cierre de templos. En esto último destacó el gobernador de Tabasco, Tomás Garrido Canabal, que incluso intentó destruir la catedral de Villahermosa. Todos estos excesos se dieron por el intento del gobierno por descatolizar el país  por la fuerza a un país donde el catolicismo es la religión predominante. Con todo esto, pretendo mostrar a todo el público que lee este blog que las cosas no han sido como las pintan y que nuestro país se construyó a base de mentiras y de odios sin sentido. El conocer esta faceta de nuestro pasado debería abrirnos los ojos de que una cosa es la libertad religiosa y otra muy distinta querer someter a una organización religiosa por poder.    

martes, 7 de marzo de 2017

Corporativismo

El corporativismo se refiere a una serie de estructuras sociales situadas alrededor del gobierno al cual favorecen a cambio de algunas prebendas y concesiones. Este sistema es producto sin duda del mercantilismo imperante en los siglos XVII y XVIII en el que básicamente el gobierno controlaba la totalidad de la actividad económica y se tenía que pedir permiso al monarca para poder explotar alguna actividad económica productiva a cambio de entregar una módica cantidad a la corona. Este es todavía muy común en países de herencia grecolatina, incluso en los desarrollados. Sin embargo, esto es más común en los países latinoamericanos. Basta con ver que la mayoría de los gobiernos del continente se mantienen en buena medida gracias a estructuras corporativistas que han sido la base de dictaduras incluso. En nuestro país sirvió y todavía lo hace a diversos presidentes con el objetivo de obtener la mayor cantidad posible de votos. Este sistema puede con el tiempo evolucionar de manera tal que destruye el aparato producto y causa una enorme corrupción.
Como sabemos, nuestro país tiene una cultura mestiza y en ambos casos descendemos de sistemas políticos verticales tanto del lado español como indígena. De ahí es de donde viene nuestra tradición caudillista consistente en esperar que una persona termine con nuestros problemas con unos cuantos pases mágicos de varita. Estos fue acentuado durante la época colonial con los gremios comerciales en los que la corona española era la que daba su visto bueno en las rutas de navegación comercial o la explotación de metales e incluso podía deshacer órdenes religiosas. Desde entonces era necesario tener relaciones con la cúpula en el poder para garantizar el éxito económico y social. El sistema corporativista volvió a cobrar relevancia durante el Porfiriato ya que para mantener contentos a sus opositores utilizó mecanismos como darle puestos públicos a los opositores, de ahí la frase “ese pollo quiere máiz”. Entonces pues esto ha sido común en varias etapas de la historia de nuestro país. Sin embargo, el corporativismo tuvo más auge con el triunfo de los sonorenses y durante buena parte del siglo pasado puesto que los gobiernos de Álvaro Obregón y hasta la fecha han hecho pacto con organizaciones obreras y campesinas a cambio de su apoyo.
La alianza tejida por Obregón y Luis N. Morones sin duda sentó las bases del sistema priista en los años venideros. Esto fue corregido y aumentado durante el gobierno de Lázaro Cárdenas cuando se consolidó este sistema al ser artífice de la Reforma Agraria que tenía como fin poner a sus enemigos contra las cuerdas. La creación de la Confederación Nacional Campesina tenía como objetivo final atar a los campesinos al partido oficial a cambio de tierras, créditos y aperos agrícolas. Con los obreros sucedió algo similar pues la Confederación de Trabajadores de México tenía la obligación de afiliar a los obreros al partido oficial. Estas organizaciones tuvieron efectos funestos en la economía nacional puesto que empobreció a los campesinos en una forma mucho peor que cuando existían las haciendas y los obreros con el tiempo obtuvieron prestaciones que ningún patrón daría sin quebrar su negocio. El objetivo primordial de las centrales obreras y campesinas era llenar los mítines de los candidatos del tricolor y tener una dotación segura de votos para las urnas. Además, se usaba el presupuesto para sobornar a los opositores, el llamado “pan” de Porfirio Díaz, y a los que no aceptaban, se les perseguía en ocasiones hasta la muerte, el “palo” también porfirista.

Entonces el corporativismo tuvo su auge con la llegada de Lázaro Cárdenas al poder y con el único propósito de quedarse al frente del país. El corporativismo ha minado la actividad económica de nuestro país pues los empresarios son una clase miope que ha hecho su fortuna al amparo del poder público y monopolizando las actividades económicas mediante la destrucción y bloqueo a los competidores. Esto se da incluso en las empresas gubernamentales como PEMEX y ahora que se intenta desmantelar dicho monopolio la gente se indigna con este a pesar de que el más agraviado es el consumidor de los combustibles que son caros y de mala calidad comparando con otros países. El corporativismo también ha impedido el desarrollo de la ciencia pues para obtener financiamiento para investigaciones solo se pude por medio del CONACYT por el desinterés de la iniciativa privada por el desarrollo científico y tecnológico. Además siembre se ha sabido que la gente se queja de que el gobierno no invierte suficientes recursos en ciencia y tecnología pero creo que es más desinterés de la iniciativa privada. Pongo como ejemplo a Estados Unidos y más específicamente a los empresarios de Silicon Valley como Steve Jobs, Steve Wozniak y Bill Gates. Ellos no tenían un centavo en la bolsa y sin embargo lograron convertir la computadora en un objeto accesible para las masas ya que hasta ese momento era un aparato de elite para empresas y universidades al ser costosas. En México, en cambio, a pesar del apoyo del gobierno con institutos de investigación y los apoyos los resultados han sido bastante magros en la materia. A pesar de lo expuesto en el texto, la mayoría de los mexicanos no están dispuestos a abandonar su zona de confort del Estados benefactor a pesar de la profunda desconfianza hacia las autoridades gubernamentales por el grueso de la población mexicana.          

jueves, 2 de marzo de 2017

Entendiendo el problema agrario

El problema agrario de nuestro país es tan complejo que tratar de explicarlo es un tanto laborioso dado el tiempo que ha transcurrido entre los primeros eventos y la actualidad. Entonces pues el principio de todo se encuentra en la época prehispánica, antes de que existiera nuestro país. La propiedad comunal fue la base de diversas civilizaciones mesoamericana, en especial de los aztecas. Solo la nobleza del imperio era la única parte de la población que podía tener tierras como recompensa normalmente por su comportamiento, lo que era frecuente en esta cultura. Para el resto de la población el Estado rentaba las tierras por una módica cantidad y con la condición de que levantaran cosecha, de lo contrario se les retiraba el privilegio de cultivar. Cabe destacar que el resto de las culturas mesoamericanas la posesión comunal de la tierra y por eso los indígenas tienen una amplio  sentido de comunidad.
Con la conquista de los aztecas y del resto del territorio de la Nueva España se dieron algunos roces con los indígenas. Sin embargo, y contrario a lo que la mayoría cree, cuando llegó Antonio de Mendoza a Virrey de la Nueva España fue cuando se redactaron las primeras leyes indias tendientes a darles derechos a los pueblos originales. Entre ellos estaba el derecho irrevocable de la posesión comunal de sus tierras. Aunque esto no fue perfecto, permitió a muchas comunidades tener cierta solvencia e incluso el surgimiento de una nobleza indígena, algo impensable en nuestros días. Además tengo como referencia la historia de la fundación de Querétaro y de Conin, su primer gobernante, algo que no se cuenta en la historia oficial. Entre el proyecto de Conin y de las autoridades españolas incluía canales de riego que serían utilizados tanto por españoles como por nativos. Claro que no todo fue miel sobre hojuelas ya que hubo por ahí una que otra rebelión indígena; la que más conozco fue la de un tarahumara de nombre Teporaca en la provincia de la Nueva Vizcaya, lo que hoy son los estados de Chihuahua, Durango, Coahuila y Sinaloa. Sin embargo, y salvo por las rebeliones indígenas, la corona española en general respetó a los nativos y sus costumbres y ese intentó ser el plan durante el efímero imperio de Iturbide.
La marginación de los indígenas comenzó a partir de la instauración de la república y es a partir de entonces cuando empieza el acaparamiento de tierras y el despojo. Esto fue resultado de la inestabilidad política de los gobiernos que incluso llegaron a durar días y me atrevería a decir horas. Sin embargo, creo que la gota que derramó el vaso fueron las Leyes de Reforma y la Constitución de 1857. En la Ley de Desamortización en la que se prohibía a la Iglesia Católica y a otras organizaciones civiles, y solo se reconocía la propiedad privada. No es de sorprender a los imperialistas en contra de liberales y republicanos. Cabe destacar que durante el Segundo Imperio se dieron por orden de Maximiliano leyes para proteger las propiedades de los indígenas y se expidieron títulos de propiedad. Como sabemos, el Imperio cayó y los liberales dejaron sin valor los documentos emitidos por el desdichado emperador. Uno de los episodios más destacados fue el de una matanza de yaquis en 1868 que encerraron en una iglesia que luego cañonearon y mataron a toda la población de 600 personas aproximadamente. Esta dinámica continuo durante los gobiernos de Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz y en parte esto sentó las bases para la Revolución Mexicana.

De todos los proyectos de Reforma Agraria sin duda el más sensato en mi opinión fue el del zapatismo. El Plan de Ayala da algunos puntos de cómo debe ser el reparto en los artículos 6, 7 y 8. Se planteaba la expropiación de únicamente la tercera parte de los latifundios y solo se pretendía la expropiación total de las tierras si el hacendado se negaba a ceder la parte correspondiente. Entonces pues, ya que son un enemigo declarado del sistema socialista, pero aun así repudio lo hecho con la Ley de Desamortización, y sin embargo considero que lo planteado por los zapatistas fue uno de los mejores proyectos que he leído y fue retomado más adelante por un personaje por un personaje que no es del todo de mi agrado: Álvaro Obregón. Esto es comprensible, puesto que Emiliano Zapata y Obregón eran agricultores y sabían todo lo necesario del oficio desde la siembra hasta la comercialización del producto cosechado. Esto posteriormente fue desvirtuado por Lázaro Cárdenas. Los argumentos que en el proyecto de reparto de Obregón este se realizaría por etapas y de la mano de Vasconcelos se debía educar a la población para el mejor manejo de las mismas y no se planteaba la destrucción de la hacienda como unidad de producción sino que se iba a complementar con las tierras comunales. Cárdenas hizo caso omiso y repartió las tierras con una mala planeación desde el principio. Esto fue principalmente para atar a los campesinos al poder presidencial y destruir el poder económico de algunos de sus enemigos que era la hacienda. El reparto de tierras se hizo ignorando los puntos de Obregón y Zapata y aunque se fundaron bancos de crédito agrícola, se intentó tecnificar los ejidos y se establecieron precios de garantía esto no impidió la caída en la miseria de los campesinos. Esta dinámica perduro el resto del siglo pasado y pienso que si el TLCAN hizo algo fue acelerar el proceso de abandono del campo que se dada desde la época de Cárdenas. Además, el campesino podía perder las tierras si se oponía al partido oficial, por lo que no tenía seguridad jurídica de ningún modo.  

miércoles, 1 de marzo de 2017

La herencia del 68

Mucho se ha hablado en cinco décadas del movimiento estudiantil de 1968, ya que muchos consideran que fue un parteaguas en el régimen priista. Y aunque lo fue, hay ciertos detalles que la herencia de este movimiento han sido más que funestos que beneficiosos dado que esa generación fue la que tomó las riendas del país. Aunque considero que el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) se excedió en el intento por reprimir a los estudiantes (demasiado en mi opinión) tal parece que a pesar de que las voces dicen repudiar al partido que hizo posibles estos hechos, me doy cuenta que poco ha cambiado la mentalidad del mexicano puesto que sigue pensando que el Estado es el todopoderoso que debe hacerse cargo de nuestras necesidades porque mucha gente (incluido mi padre, que fue participe del movimiento) se sigan creyendo la propaganda que usó el PRI durante tantos años. Esta entrada, aclaro, no pretende justificar las acciones de Gustavo Díaz Ordaz ni de Luis Echeverría ni de minimizar hechos tan lamentables como la matanza de Tlatelolco.
El movimiento tuvo su origen en un partido de futbol americano entre el Politécnico y una preparatoria incorporada a la UNAM donde se calentaron los ánimos y los espectadores (en su mayoría estudiantes de preparatoria) se agarraron a golpes. La policía se hizo presente en el estado y se llevó detenidos. Esto dio pie a los alumnos a organizar marchas por toda la ciudad, que se convirtió en un verdadero estado de sitio. En aquellos años, unos hermanos de mi madre vivían en el centro de la Ciudad de México, y de hecho la policía o el ejército aprehendieron a un tío que venía de trabajar y lo confundieron con un estudiante. También supe de una señora que vendía alimentos afuera de San Ildefonso y que desapareció luego de que las fuerzas castrenses volaran la puerta con una bazuca. También fueron momentos en los que hubo saqueos al comercio, aunque es muy probable que el gobierno haya hecho uso de agitadores para desprestigiar las marchas. Tengo entendido que algunos estudiantes de la Universidad Iberoamericana como Vicente Fox y Diego Fernández de Cevallos financiaron el movimiento. Fue uno de los momentos (pocos en la historia de México) en el que había unión contra un régimen despótico y es algo que nadie puede negar, sin embargo, yo cuestiono es la herencia de este movimiento que logró hacer temblar el sistema político mexicano (aunque poco, la alternancia se dio en 2000).
Dado que el movimiento de 1968 tuvo como contexto el clímax de la Guerra Fría en medio de otros movimientos a nivel internacional (el Mayo Francés, la Primavera de Praga o las protestas contra la Guerra de Vietnam en Estados Unidos) no es raro que nuestro país se subiera al carro. En realidad muchos de los manifestantes empezaron pedir un régimen democrático con pancartas del Che Guevara y poniendo como ejemplo la Cuba de Fidel Castro (?). En la década que siguió al movimiento algunos líderes como Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca y Luiz González de Alba se integraron a trabajar al gobierno de Luis Echeverría (1970-1976), que fue secretario de gobernación con Díaz Ordaz. Intelectuales como Elena Poniatowska (su hermano Jan murió y desapareció en Tlatelolco) publicó su libro “La noche de Tlatelolco” en 1971, sin embargo, esto no le impidió aceptar becas para estudiar en el extranjero y no fue la única. Ni hablar de Rosario Ibarra, su hijo fue de los desaparecidos, pero se ha colgado de este hecho para escalar en la política nacional del lado de ex priistas como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Andrés Manuel López Obrador que dejaron el tricolor cuando no obtuvieron las candidaturas en ese partido y las buscaron en otro lado. Entonces los líderes del 68 son la incongruencia andante puesto que se han dedicado a sacar del gobierno en turno tanto como pueden.

Además de todo, considero que la generación de 1968 ha causado la ruina del país en estos tiempos. Sin duda esto es para pensarse, pues en todo el mundo fue la primera generación que experimentó con drogas de manera generalizada, la primera que estuvo en contra del orden como estilo de vida y el desdeño por el trabajo duro. Entonces pues no es raro que mucha gente vea a los participantes del movimientos del 68 como héroes puesto que en buena medida se han encargado de poner un orden que no nos ayuda a salir dela agujero en el que estamos. Esta generación como ninguna otra se encargó de hacer pensar que estar trabajando en el gobierno es lo máximo a pesar de las crisis económicas que este fenómeno ha causado a nivel mundial. No puedo negar que parte de la crisis de 1982, cuyos estragos resentimos hasta nuestros días es producto en parte de la incongruencia de esa generación. La corrupción a nivel nacional también ha crecido y alcanzado a todos los partidos políticos, incluso al mayor opositor al sistema, el Partido Acción Nacional. Entonces pues no es de extrañar que ahora la gente se decante por la izquierda, a pesar de que en este espectro ideológico es conformado en la actualidad por disidentes del PRI. Y en el pasado apoyaron u ocultaron información, como el fraude electoral cometido por Lázaro Cárdenas en contra de Juan Andrew Almazán y a favor de Manuel Ávila Camacho o de la matanza de las personas que no estaban a favor del partido oficial en los mismos comicios aun cuando el general Cárdenas condenó los hechos del 68 cuando no tenía cara para hacerlo. Entonces el movimiento del 68 fue una muestra más de la incongruencia de políticos e intelectuales que se han colgado de las víctimas inocentes de un hecho lamentable. Aunque no concuerdo con las ideas del movimiento, lo condeno bastante.