Buscar este blog

jueves, 23 de marzo de 2017

La Expropiación Petrolera, ¿benéfica?

Llega un 18 de marzo más y con ello uno de los hechos históricos más notables de nuestra historia: la Expropiación Petrolera. Como todos los que han leído este blog, yo no le tengo ningún aprecio a Lázaro Cárdenas y creo tener motivos para pensar así. Uno de esos motivos sin duda es la expropiación petrolera, realizada el 18 de marzo de 1938 y hasta el día de hoy sigo preguntándome sus beneficios para la mayoría de la población mexicana. Estos son preguntas válidas puesto que a lo largo del siglo pasado y en lo que va de este el petróleo se ha usado para tapar los huecos de la corrupción e ineficiencia de los diferentes gobiernos. En realidad, la población no ha visto los supuestos beneficios de que el Estado sea el propietario de los hidrocarburos del subsuelo ya que la pobreza es un flagelo que sigue campeando en nuestro país.
Entrando en materia, el petróleo se convirtió en un recurso natural importante desde finales del siglo XIX y principios del XX. Es decir, en la última etapa del Porfiriato fue cuando se comenzó con la explotación de hidrocarburos del subsuelo y lo hacían en un régimen libre de impuestos. Después de la caída de don Porfirio y recién asumida la presidencia de Madero, el intentó infructuosamente cobrar un impuesto por cada barril extraído: dos centavos. Para un grupo de empresarios que estaban acostumbrados a un régimen fiscal bastante laxo, les parecía absurdo que el gobierno maderista les quisiera cobrar impuestos y en parte eso fue lo que ocasiono la caída de Madero. Saltándonos algunos años llegamos a 1917 y la promulgación de la Constitución y el polémico artículo 27: la nación pasaba a ser propietaria de los recursos del subsuelo, lo que representaba una amenaza para las compañías petroleras. Sin embargo, tengo que hacer algunas precisiones. El Estado podía ceder la explotación de los recursos naturales y a particulares y el artículo 28 no permitía los monopolios de ninguna clase (reformas posteriores de este artículo pienso que han sido nuestro talón de Aquiles en materia económica). Sin embargo, el régimen porfirista no se tocó hasta la llegada de Plutarco Elías Calles a la presidencia cuando se dio un conflicto diplomático entre el gobierno norteamericano y el mexicano por la publicación de una ley de explotación de hidrocarburos de 1926.
Por esos años, el hijo político de Calles, el general Lázaro Cárdenas estaba en Tampico con su mentor, Francisco J. Múgica. En esos años de estancia en dicho puerto ambos ven los abusos de las compañías petroleras en agravio a los trabajadores y eso es lo que en el fondo llevó a Cárdenas a tomar la decisión de expropiar. Y de hecho una huelga de trabajadores de la industria petrolera fue la que impulsó la toma de esta radical decisión. En 1937 los trabajadores del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana se van a paro indefinido de labores ante los abusos de las empresas. Para no hacerles el cuento largo, la 4ª sala de la Suprema Corte falla a favor de los trabajadores e impone a las compañías petroleras una indemnización de 26 millones de pesos que se niegan a pagar argumentando insolvencia y Cárdenas no cede en una sola coma. En una reunión con los directivos petroleros, uno de ellos desconoce la autoridad de Cárdenas, que da fin a la reunión y es cuando decide expropiar. A partir del 18 de marzo de 1938 las instalaciones de las compañías petroleras pasan a manos del gobierno, sin duda un día histórico. Sin embargo, al año siguiente Cárdenas se arrepiente un poco y decide dar un decreto en el que se permite las asociaciones con las empresas privadas para la explotación de hidrocarburos, pero las grandes petroleras ahora tenían miedo de invertir en México por miedo a una posible expropiación.
Sin embargo, la verdadera debacle inicio cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines mando una iniciativa al congreso con el fin de cerrar la posibilidad de alianzas con la iniciativa privada. Esto sin duda fue la vuelta de tuerca que ayudó al estado a monopolizar la industria petrolera con las funestas consecuencias que nos alcanzan hasta nuestros días. En primera, esto ha servido de pretexto para no desarrollar otras áreas de la economía como la industria e incluso la innovación y el desarrollo. La mayor debacle de la industria petrolera se dio durante la Docena Trágica con el descubrimiento de importantes yacimientos en el Golfo de México. Esto originó un terrible despilfarro por parte del gobierno en turno por el alto precio del barril de crudo. Sin embargo, la caída del precio a inicios de la década de los ’80 dio como resultado una terrible devaluación y la quiebra del país. Todo esto aún tiene efectos sobre el México moderno puesto que los gobiernos posteriores a José López Portillo no tomaron las medidas necesarias para remediar la situación y todavía padecemos algunas consecuencias. La Reforma Energética propuesta en la actualidad podría ser la solución si se aplica de manera correcta aunque no será fácil puesto que hay mucha reticencia a la alianza con particulares. Además de todo, el acoso el recurso se ha empleado para el gasto corriente del gobierno y esto también ha servido para las campañas políticas, la gasolina cara es por la monopolización del recurso pero son pocos los mexicanos los que lo ven de ese modo. Lo que debemos hacer es no seguir creyendo en la propaganda gubernamental que nos vende un país idílico y en realidad tenemos un gobierno que no ha sabido darnos una patria funcional.         

No hay comentarios.:

Publicar un comentario