El corporativismo se refiere a una serie de estructuras sociales situadas alrededor del gobierno al cual favorecen a cambio de algunas prebendas y concesiones. Este sistema es producto sin duda del mercantilismo imperante en los siglos XVII y XVIII en el que básicamente el gobierno controlaba la totalidad de la actividad económica y se tenía que pedir permiso al monarca para poder explotar alguna actividad económica productiva a cambio de entregar una módica cantidad a la corona. Este es todavía muy común en países de herencia grecolatina, incluso en los desarrollados. Sin embargo, esto es más común en los países latinoamericanos. Basta con ver que la mayoría de los gobiernos del continente se mantienen en buena medida gracias a estructuras corporativistas que han sido la base de dictaduras incluso. En nuestro país sirvió y todavía lo hace a diversos presidentes con el objetivo de obtener la mayor cantidad posible de votos. Este sistema puede con el tiempo evolucionar de manera tal que destruye el aparato producto y causa una enorme corrupción.
Como sabemos, nuestro país tiene una cultura mestiza y en ambos casos descendemos de sistemas políticos verticales tanto del lado español como indígena. De ahí es de donde viene nuestra tradición caudillista consistente en esperar que una persona termine con nuestros problemas con unos cuantos pases mágicos de varita. Estos fue acentuado durante la época colonial con los gremios comerciales en los que la corona española era la que daba su visto bueno en las rutas de navegación comercial o la explotación de metales e incluso podía deshacer órdenes religiosas. Desde entonces era necesario tener relaciones con la cúpula en el poder para garantizar el éxito económico y social. El sistema corporativista volvió a cobrar relevancia durante el Porfiriato ya que para mantener contentos a sus opositores utilizó mecanismos como darle puestos públicos a los opositores, de ahí la frase “ese pollo quiere máiz”. Entonces pues esto ha sido común en varias etapas de la historia de nuestro país. Sin embargo, el corporativismo tuvo más auge con el triunfo de los sonorenses y durante buena parte del siglo pasado puesto que los gobiernos de Álvaro Obregón y hasta la fecha han hecho pacto con organizaciones obreras y campesinas a cambio de su apoyo.
La alianza tejida por Obregón y Luis N. Morones sin duda sentó las bases del sistema priista en los años venideros. Esto fue corregido y aumentado durante el gobierno de Lázaro Cárdenas cuando se consolidó este sistema al ser artífice de la Reforma Agraria que tenía como fin poner a sus enemigos contra las cuerdas. La creación de la Confederación Nacional Campesina tenía como objetivo final atar a los campesinos al partido oficial a cambio de tierras, créditos y aperos agrícolas. Con los obreros sucedió algo similar pues la Confederación de Trabajadores de México tenía la obligación de afiliar a los obreros al partido oficial. Estas organizaciones tuvieron efectos funestos en la economía nacional puesto que empobreció a los campesinos en una forma mucho peor que cuando existían las haciendas y los obreros con el tiempo obtuvieron prestaciones que ningún patrón daría sin quebrar su negocio. El objetivo primordial de las centrales obreras y campesinas era llenar los mítines de los candidatos del tricolor y tener una dotación segura de votos para las urnas. Además, se usaba el presupuesto para sobornar a los opositores, el llamado “pan” de Porfirio Díaz, y a los que no aceptaban, se les perseguía en ocasiones hasta la muerte, el “palo” también porfirista.
Entonces el corporativismo tuvo su auge con la llegada de Lázaro Cárdenas al poder y con el único propósito de quedarse al frente del país. El corporativismo ha minado la actividad económica de nuestro país pues los empresarios son una clase miope que ha hecho su fortuna al amparo del poder público y monopolizando las actividades económicas mediante la destrucción y bloqueo a los competidores. Esto se da incluso en las empresas gubernamentales como PEMEX y ahora que se intenta desmantelar dicho monopolio la gente se indigna con este a pesar de que el más agraviado es el consumidor de los combustibles que son caros y de mala calidad comparando con otros países. El corporativismo también ha impedido el desarrollo de la ciencia pues para obtener financiamiento para investigaciones solo se pude por medio del CONACYT por el desinterés de la iniciativa privada por el desarrollo científico y tecnológico. Además siembre se ha sabido que la gente se queja de que el gobierno no invierte suficientes recursos en ciencia y tecnología pero creo que es más desinterés de la iniciativa privada. Pongo como ejemplo a Estados Unidos y más específicamente a los empresarios de Silicon Valley como Steve Jobs, Steve Wozniak y Bill Gates. Ellos no tenían un centavo en la bolsa y sin embargo lograron convertir la computadora en un objeto accesible para las masas ya que hasta ese momento era un aparato de elite para empresas y universidades al ser costosas. En México, en cambio, a pesar del apoyo del gobierno con institutos de investigación y los apoyos los resultados han sido bastante magros en la materia. A pesar de lo expuesto en el texto, la mayoría de los mexicanos no están dispuestos a abandonar su zona de confort del Estados benefactor a pesar de la profunda desconfianza hacia las autoridades gubernamentales por el grueso de la población mexicana.
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