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jueves, 2 de marzo de 2017

Entendiendo el problema agrario

El problema agrario de nuestro país es tan complejo que tratar de explicarlo es un tanto laborioso dado el tiempo que ha transcurrido entre los primeros eventos y la actualidad. Entonces pues el principio de todo se encuentra en la época prehispánica, antes de que existiera nuestro país. La propiedad comunal fue la base de diversas civilizaciones mesoamericana, en especial de los aztecas. Solo la nobleza del imperio era la única parte de la población que podía tener tierras como recompensa normalmente por su comportamiento, lo que era frecuente en esta cultura. Para el resto de la población el Estado rentaba las tierras por una módica cantidad y con la condición de que levantaran cosecha, de lo contrario se les retiraba el privilegio de cultivar. Cabe destacar que el resto de las culturas mesoamericanas la posesión comunal de la tierra y por eso los indígenas tienen una amplio  sentido de comunidad.
Con la conquista de los aztecas y del resto del territorio de la Nueva España se dieron algunos roces con los indígenas. Sin embargo, y contrario a lo que la mayoría cree, cuando llegó Antonio de Mendoza a Virrey de la Nueva España fue cuando se redactaron las primeras leyes indias tendientes a darles derechos a los pueblos originales. Entre ellos estaba el derecho irrevocable de la posesión comunal de sus tierras. Aunque esto no fue perfecto, permitió a muchas comunidades tener cierta solvencia e incluso el surgimiento de una nobleza indígena, algo impensable en nuestros días. Además tengo como referencia la historia de la fundación de Querétaro y de Conin, su primer gobernante, algo que no se cuenta en la historia oficial. Entre el proyecto de Conin y de las autoridades españolas incluía canales de riego que serían utilizados tanto por españoles como por nativos. Claro que no todo fue miel sobre hojuelas ya que hubo por ahí una que otra rebelión indígena; la que más conozco fue la de un tarahumara de nombre Teporaca en la provincia de la Nueva Vizcaya, lo que hoy son los estados de Chihuahua, Durango, Coahuila y Sinaloa. Sin embargo, y salvo por las rebeliones indígenas, la corona española en general respetó a los nativos y sus costumbres y ese intentó ser el plan durante el efímero imperio de Iturbide.
La marginación de los indígenas comenzó a partir de la instauración de la república y es a partir de entonces cuando empieza el acaparamiento de tierras y el despojo. Esto fue resultado de la inestabilidad política de los gobiernos que incluso llegaron a durar días y me atrevería a decir horas. Sin embargo, creo que la gota que derramó el vaso fueron las Leyes de Reforma y la Constitución de 1857. En la Ley de Desamortización en la que se prohibía a la Iglesia Católica y a otras organizaciones civiles, y solo se reconocía la propiedad privada. No es de sorprender a los imperialistas en contra de liberales y republicanos. Cabe destacar que durante el Segundo Imperio se dieron por orden de Maximiliano leyes para proteger las propiedades de los indígenas y se expidieron títulos de propiedad. Como sabemos, el Imperio cayó y los liberales dejaron sin valor los documentos emitidos por el desdichado emperador. Uno de los episodios más destacados fue el de una matanza de yaquis en 1868 que encerraron en una iglesia que luego cañonearon y mataron a toda la población de 600 personas aproximadamente. Esta dinámica continuo durante los gobiernos de Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz y en parte esto sentó las bases para la Revolución Mexicana.

De todos los proyectos de Reforma Agraria sin duda el más sensato en mi opinión fue el del zapatismo. El Plan de Ayala da algunos puntos de cómo debe ser el reparto en los artículos 6, 7 y 8. Se planteaba la expropiación de únicamente la tercera parte de los latifundios y solo se pretendía la expropiación total de las tierras si el hacendado se negaba a ceder la parte correspondiente. Entonces pues, ya que son un enemigo declarado del sistema socialista, pero aun así repudio lo hecho con la Ley de Desamortización, y sin embargo considero que lo planteado por los zapatistas fue uno de los mejores proyectos que he leído y fue retomado más adelante por un personaje por un personaje que no es del todo de mi agrado: Álvaro Obregón. Esto es comprensible, puesto que Emiliano Zapata y Obregón eran agricultores y sabían todo lo necesario del oficio desde la siembra hasta la comercialización del producto cosechado. Esto posteriormente fue desvirtuado por Lázaro Cárdenas. Los argumentos que en el proyecto de reparto de Obregón este se realizaría por etapas y de la mano de Vasconcelos se debía educar a la población para el mejor manejo de las mismas y no se planteaba la destrucción de la hacienda como unidad de producción sino que se iba a complementar con las tierras comunales. Cárdenas hizo caso omiso y repartió las tierras con una mala planeación desde el principio. Esto fue principalmente para atar a los campesinos al poder presidencial y destruir el poder económico de algunos de sus enemigos que era la hacienda. El reparto de tierras se hizo ignorando los puntos de Obregón y Zapata y aunque se fundaron bancos de crédito agrícola, se intentó tecnificar los ejidos y se establecieron precios de garantía esto no impidió la caída en la miseria de los campesinos. Esta dinámica perduro el resto del siglo pasado y pienso que si el TLCAN hizo algo fue acelerar el proceso de abandono del campo que se dada desde la época de Cárdenas. Además, el campesino podía perder las tierras si se oponía al partido oficial, por lo que no tenía seguridad jurídica de ningún modo.  

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