El problema agrario de
nuestro país es tan complejo que tratar de explicarlo es un tanto laborioso
dado el tiempo que ha transcurrido entre los primeros eventos y la actualidad. Entonces
pues el principio de todo se encuentra en la época prehispánica, antes de que
existiera nuestro país. La propiedad comunal fue la base de diversas
civilizaciones mesoamericana, en especial de los aztecas. Solo la nobleza del
imperio era la única parte de la población que podía tener tierras como
recompensa normalmente por su comportamiento, lo que era frecuente en esta
cultura. Para el resto de la población el Estado rentaba las tierras por una módica
cantidad y con la condición de que levantaran cosecha, de lo contrario se les
retiraba el privilegio de cultivar. Cabe destacar que el resto de las culturas
mesoamericanas la posesión comunal de la tierra y por eso los indígenas tienen
una amplio sentido de comunidad.
Con la conquista de los
aztecas y del resto del territorio de la Nueva España se dieron algunos roces
con los indígenas. Sin embargo, y contrario a lo que la mayoría cree, cuando
llegó Antonio de Mendoza a Virrey de la Nueva España fue cuando se redactaron
las primeras leyes indias tendientes a darles derechos a los pueblos
originales. Entre ellos estaba el derecho irrevocable de la posesión comunal de
sus tierras. Aunque esto no fue perfecto, permitió a muchas comunidades tener
cierta solvencia e incluso el surgimiento de una nobleza indígena, algo
impensable en nuestros días. Además tengo como referencia la historia de la fundación
de Querétaro y de Conin, su primer gobernante, algo que no se cuenta en la
historia oficial. Entre el proyecto de Conin y de las autoridades españolas
incluía canales de riego que serían utilizados tanto por españoles como por
nativos. Claro que no todo fue miel sobre hojuelas ya que hubo por ahí una que
otra rebelión indígena; la que más conozco fue la de un tarahumara de nombre
Teporaca en la provincia de la Nueva Vizcaya, lo que hoy son los estados de
Chihuahua, Durango, Coahuila y Sinaloa. Sin embargo, y salvo por las rebeliones
indígenas, la corona española en general respetó a los nativos y sus costumbres
y ese intentó ser el plan durante el efímero imperio de Iturbide.
La marginación de los indígenas
comenzó a partir de la instauración de la república y es a partir de entonces
cuando empieza el acaparamiento de tierras y el despojo. Esto fue resultado de
la inestabilidad política de los gobiernos que incluso llegaron a durar días y
me atrevería a decir horas. Sin embargo, creo que la gota que derramó el vaso
fueron las Leyes de Reforma y la Constitución de 1857. En la Ley de
Desamortización en la que se prohibía a la Iglesia Católica y a otras
organizaciones civiles, y solo se reconocía la propiedad privada. No es de sorprender
a los imperialistas en contra de liberales y republicanos. Cabe destacar que
durante el Segundo Imperio se dieron por orden de Maximiliano leyes para
proteger las propiedades de los indígenas y se expidieron títulos de propiedad.
Como sabemos, el Imperio cayó y los liberales dejaron sin valor los documentos
emitidos por el desdichado emperador. Uno de los episodios más destacados fue
el de una matanza de yaquis en 1868 que encerraron en una iglesia que luego
cañonearon y mataron a toda la población de 600 personas aproximadamente. Esta dinámica
continuo durante los gobiernos de Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz y
en parte esto sentó las bases para la Revolución Mexicana.
De todos los proyectos de
Reforma Agraria sin duda el más sensato en mi opinión fue el del zapatismo. El Plan
de Ayala da algunos puntos de cómo debe ser el reparto en los artículos 6, 7 y
8. Se planteaba la expropiación de únicamente la tercera parte de los
latifundios y solo se pretendía la expropiación total de las tierras si el
hacendado se negaba a ceder la parte correspondiente. Entonces pues, ya que son
un enemigo declarado del sistema socialista, pero aun así repudio lo hecho con
la Ley de Desamortización, y sin embargo considero que lo planteado por los
zapatistas fue uno de los mejores proyectos que he leído y fue retomado más
adelante por un personaje por un personaje que no es del todo de mi agrado:
Álvaro Obregón. Esto es comprensible, puesto que Emiliano Zapata y Obregón eran
agricultores y sabían todo lo necesario del oficio desde la siembra hasta la comercialización
del producto cosechado. Esto posteriormente fue desvirtuado por Lázaro
Cárdenas. Los argumentos que en el proyecto de reparto de Obregón este se realizaría
por etapas y de la mano de Vasconcelos se debía educar a la población para el
mejor manejo de las mismas y no se planteaba la destrucción de la hacienda como
unidad de producción sino que se iba a complementar con las tierras comunales. Cárdenas
hizo caso omiso y repartió las tierras con una mala planeación desde el
principio. Esto fue principalmente para atar a los campesinos al poder
presidencial y destruir el poder económico de algunos de sus enemigos que era
la hacienda. El reparto de tierras se hizo ignorando los puntos de Obregón y
Zapata y aunque se fundaron bancos de crédito agrícola, se intentó tecnificar
los ejidos y se establecieron precios de garantía esto no impidió la caída en
la miseria de los campesinos. Esta dinámica perduro el resto del siglo pasado y
pienso que si el TLCAN hizo algo fue acelerar el proceso de abandono del campo
que se dada desde la época de Cárdenas. Además, el campesino podía perder las
tierras si se oponía al partido oficial, por lo que no tenía seguridad jurídica
de ningún modo.
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