Una de las cosas que nos
han enseñado a odiar en la escuela es el papel de la Iglesia Católica en
nuestro país. A pesar de no ser perfecto, considero que algunas actitudes de
ciertos grupos han llevado a pensar que la influencia del clero no ha sido otra
cosa más que dañina. En mi opinión, yo creo que esto es mejor dicho ambivalente
puesto que hubo cosas buenas (los proyectos de Vasco de Quiroga y Bartolomé de
las Casas) y malas (la Santa Inquisición) como todo en este mundo. Sin embargo,
hay otros detalles que no puedo dejar de pasar por alto como el terrible daño
que le hicieron a nuestro país los masones con tal de hacerse con el poder,
incluso venderlo a potencias extranjeras como Estados Unidos y marginar a los indígenas
de tal manera que hasta hoy viven en la miseria.
Entrando en materia, los
primeros intentos por descatolizar nuestro país sin duda provienen del mismo
instante en que se declara la independencia. Es gracias a la intervención de
Joel Poinsett sin duda cuando los grupos masónicos empezaron a cobrar
relevancia. Fue entonces cuando se dedicaron a hacer todo lo posible por
instaurar la república y lo lograron pero el país pagó un costo muy alto: años
y años de inestabilidad política y social impidieron que se desarrollara un
gobierno fuerte y un sistema económico funcional que nos ha aquejado desde
entonces. Los conflictos internos fueron en gran medida los responsables de la
pérdida de la mitad del territorio. Los masones sin duda ayudaron a crear este
clima al debilitar a la iglesia que era la generadora de cohesión social. Al desaparecer
el papel cohesivo del clero católico se crearon las bases que llevaron a los
norteamericanos a apoderarse de la mayor cantidad posible de nuestro
territorio. Este papel es ignorado de manera olímpica, pues todavía no logró
comprender cómo es que la mayoría de los mexicanos no se cuestionen si la
influencia de los masones en la formación de México y es evidente que solo se
mira el pasado reciente.
Quizá el más famoso de los
movimientos en contra de la iglesia católica fue el enfrentamiento entre
liberales y conservadores. Las Leyes de Reforma y la Constitución de 1857
fueron las protagonistas centrales. Sin duda la que más calentó los ánimos fue
la Ley de Desamortización de 1856 en la que se prohibía tener propiedades a
organizaciones civiles. Con esto no solo no se le permitía a las congregaciones
religiosas tener propiedades sino también a las comunidades indígenas que tenían
posesión comunal de la tierra. Sin duda estas son dos cosas que no nos dicen
puesto que Juárez era indígena y en el ideario de la mayoría está el
pensamiento de que estos son lo máximo. Sin embargo, esto también tuvo su lado
positivo como la separación de la iglesia y el estado ya que no se podía seguir
con un esquema donde el clero se metía en los asuntos del gobierno. Lo que no
me gustó fue la idea de que el gobierno tuviera la fatal intención de sobajar a
la iglesia de un modo terrible y arrebatarles sus propiedades y las de los indígenas
para lucrar a mansalva con ellas. En la historia oficial se nos cuenta que
Porfirio Díaz fue un tirano que les quitó las tierras a los nativos pero no
dicen que la base de ese despojo fue la Ley de Desamortización en la que no se
reconoce más que la propiedad privada. Tampoco se nos cuenta que la mayoría de
los indígenas pelearon del lado de los conservadores y después de los
imperialistas. Tampoco se dice que Maximiliano les devolvió sus tierras a los
pueblos originales. Lo único que veo es que todo este tinglado fue diseñado
para justificar un estado autoritario y corrupto.
El último conflicto
armado de la historia fue de hecho un conflicto entre la iglesia y el estado. Esto
fue por el hecho de que en la Constitución de 1917 en los artículos 3, 27 y 130
lesionaba algunos intereses del clero católico. Haciendo un paréntesis en este
punto, considero que la iglesia tenía razón en lo referente al artículo 3
puesto que estoy convencido de que es un derecho de los padres de familia
educar a sus hijos de la manera que consideren más conveniente. En el artículo
27 ambas partes tenían parte de razón puesto que el reparto debía hacerse aun
cuando el clero se negara, pero no estoy de acuerdo en el modo de hacerlo, de
hecho, he dicho en este espacio que el proyecto más sensato era el de los
zapatistas que pedían la expropiación de la tercera parte de los latifundios. Cabe
destacar que los excesos se cometían de un lado y del otro se vieron excesos,
por ejemplo, las matanzas de maestros por parte de los cristeros y el bombazo
al ferrocarril de Guadalajara en el que murieron hombres, mujeres y niños. Por el
lado del gobierno, el fusilamiento de los cristeros y el cierre de templos. En esto
último destacó el gobernador de Tabasco, Tomás Garrido Canabal, que incluso intentó
destruir la catedral de Villahermosa. Todos estos excesos se dieron por el
intento del gobierno por descatolizar el país por la fuerza a un país donde el catolicismo
es la religión predominante. Con todo esto, pretendo mostrar a todo el público que
lee este blog que las cosas no han sido como las pintan y que nuestro país se
construyó a base de mentiras y de odios sin sentido. El conocer esta faceta de
nuestro pasado debería abrirnos los ojos de que una cosa es la libertad religiosa
y otra muy distinta querer someter a una organización religiosa por poder.
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