A 104 años de la muerte
de Francisco I. Madero debido a la traición de Victoriano Huerta creo que a
mucha gente no le ha quedado claro el cómo fue traicionado Madero por este
huichol. Queda muy claro que don Panchito no hizo otra cosa que ensangrentar al
país durante diez años y terminar con un proceso de desarrollo. Sin embargo, la
historia oficial oculta hecho importantes como son los sucesos que llevaron a
Madero y Pino Suárez a su muerte como el pésimo gobierno o que el jefe del
ejecutivo era aficionado al espiritismo. En esta primera entrega de dos
explicare los antecedentes de la Decena Trágica para una visión completa de
estos hechos que fueron terribles debido a todas las vidas humanas que se
perdieron en esos trágicos hechos. Entre mis fuentes tengo a Armando Fuentes
Aguirre “Catón”, Enrique Krauze y Francisco Martín Moreno y cada uno da en sus
escritos su punto de vista particular.
En primer lugar yo diría que
a Madero le hacía falta malicia (que no es lo mismo que maldad) para detentar
la presidencia de la república. Don Panchito había aprendido en sus años
estudiando en Europa el arte del espiritismo cuando cayó en sus manos un libro escrito
por un tal Allan Kardec. Tengo entendido que el primer espíritu que el señor
Madero invocó fue el de su hermano Raúl, muerto en un trágico accidente a la
edad de 4 años. A partir de entonces Madero se vuelve vegetariano, deja de
beber alcohol y comienza a llevar un estilo de vida bastante austero. En sus
sesiones espiritistas Madero también contacta a un nuevo espíritu de nombre
José, que junto con su hermano Raúl, le dice que tiene que ayudar homeopatía y
es cuando empieza a involucrar en la política. Para poder hacer esto, se devora
la famosa colección de libros de historia llamado “México a través de los siglo”,
del escritor Daniel Cosío Villegas. Entre otros espíritus que logra contactar,
tengo entendido, que son los grandes héroes de la historia: Hidalgo, Morelos,
Mina, Juárez, etc., “que le indican que el tiene el providencial deber de
reivindicar a los desposeídos”. Esto es lo que lleva a Madero a postularse a la
presidencia municipal de San Pedro de las Colonias, Coahuila, donde el residía.
Mientras Madero hacía
locuras, el general Porfirio Díaz hacía declaraciones bastante escandalosas en
la famosa entrevista que concedió al periodista norteamericano James Creelman
en 1908. Entre lo que dijo el general oaxaqueño fue que consideraba que “México
ya estaba maduro para la democracia” y que ya había alcanzado el progreso
material durante su mandato. Nunca lo hubiese dicho, pues don Porfirio aseguro
que iba a resultar los resultados fueran cuales fueran y esto fue o que al
final ocasionó la caída. Esto último debido principalmente a que abrió de par
en par las puertas a los opositores de su régimen. Claro que el principal de
ellos fue Francisco I. Madero quien en 1909 publicó su libro denominado “La sucesión
presidencial de 1910”, según parece escrito en “estado de éxtasis”, es decir,
se lo “dictaron los espíritus”. Como sabemos, el general Díaz no cumplió su
promesa y se postuló como candidato a los comicios de 1910 y por todos los
medios intentó bloquear la campaña de Madero hasta que lo envió a la cárcel en
San Luis Potosí, donde sospecho que estaba redactando el famoso Plan de San
Luis (dictado por los espíritus, claro está). Con lo que lo contó don Porfirio
es que Madero escaparía a Estados Unidos y en San Antonio, Texas, publicaría el
pan en octubre de 1910 llamando a la rebelión el 20 de noviembre de ese mismo
año. El único logro del maderismo fue la toma de Ciudad Juárez en mayo del año
siguiente (un villorrio insignificante, dijo Catón), lo que llevaría al anciano
presidente a renunciar antes de que hubiese más derramamiento de sangre. Don Porfirio
partió hacia Europa para su exilio, finalmente moriría en París en 1915.
El primer gran error de
Madero fue (según Venustiano Carranza) haber aceptado el interinato de
Francisco León de la Barra, adicto a don Porfirio. De la Barra se dedicó se
dedicó a hacerle la vida imposible a Maduro incluso después de que tomara posesión
de la presidencia en noviembre de 1911. Además de todo, Madero cometió la grandísima
estupidez de no licenciar al ejército del general Díaz lo que provocó que las
tropas no le tuvieran el más mínimo respeto. Además conservó a buen parte del
gabinete de Díaz, por lo que le hicieron la tarea de gobernar bastante
complicada. Otros problemas que surgieron tuvieron que ver con la Casa del
Obrero Mundial, pues querían los derechos que no se les habían concedido
durante el Porfiriato. La represión no se hizo esperar, desde luego. En segundo
lugar, hay que hablar del Plan de Ayala de Emiliano Zapata. Este tenía como razón
de ser el hecho de que Zapata y su gente se había unido a la lucha armada
porque las tierras de los campesinos de Morelos habían sido arrebatadas desde
la promulgación de las Leyes de Reforma. Otra sin duda fue la rebelión de
Pascual Orozco en Chihuahua por exactamente lo mismo. Ambos levantamientos
fueron reprimidos por la persona que luego traicionaría a Madero: Victoriano
Huerta. Con todo esto me quedan claras dos cosas: la primera es que el gobierno
de Francisco I. Madero no estuvo exento de problemas y el segundo, lo que ya había
dicho, que Madero aun siendo un ingenuo, reprimió las reacciones de indignación
de sus antiguos aliados, demandas que eran legítimas. Por lo demás, es evidente
que Madero no podía con el paquete del país que ayudó a incendiar y todo le
explotó en la cara. En la próxima entrada los hechos que llevaron a Madero y
Pino Suárez a al muerte y la traición que llevó a Huerta al poder del inicio
del movimiento constitucionalista.
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