A pesar de lo que
pudieran pensar, Santa Anna no fue el principal vendepatrias de la historia
como lo dicen la mayoría de los mexicanos. De lo que sí estoy seguro que fue es
un hombre carismático que nos impuso un sistema que la mayoría de los mexicanos
de su tiempo repudiaban a morir: la república. Santa Anna fue el principal
responsable de la caída del Primer Imperio y de las consecuencias que todavía vivimos
hasta nuestros días. Además, el no estuvo presente en la firma del Tratado
Guadalupe-Hidalgo puesto que en la Constitución de 1824 se establecía que si el
presidente de la república caía preso de algún país extranjero automáticamente perdía
la presidencia.
Sin embargo, este
artículo no pretende reivindicar a este personaje tan acomodaticio que gobernó
México con la exigencia de que se le llamará “Alteza serenísima” como si fuera
un monarca. Él es la causa de la inestabilidad política que vivimos desde la
independencia hasta nuestros días al causar la caída del Primer Imperio. Cuenta
la historia que Santa Anna tuvo una entrevista con el intrigoso Joel Poinsett
que lo animó a declarar la república. Santa años después que no sabía que
significaba república, pero que le había gustado esa palabreja y por eso la
declaró.
En los siguientes años su
falta de pericia como militar y las diferentes traiciones de nuestros
connacionales durante la Intervención Norteamericana nos costó la mitad de
nuestro territorio. Claro que Santa Anna era el presidente en turno, y también se
encargó de facilitarles las cosas a los norteamericanos. Además, los gobiernos
estatales no atacaron a los invasores sino que estaban a la espera de ayuda
federal, además de que hubo algunas administraciones locales que se negaron a
apoyar al gobierno federal contra la invasión, siendo el caso más notable el
del gobernador de Oaxaca, Benito Juárez.
Con esto queda claro que
Santa Anna no era el único vendepatrias en México, sino también los miembros
del partido que tenía el poder en ese momento, que era el Liberal. Sin embargo,
esto es ocultado por la historia oficial debido a que los liberales son los
grandes héroes nacionales debido a que defendieron el país de los franceses,
pero al parecer no de los norteamericanos. La verdad es que necesito dedicar
una entrada completa a la intervención de los masones en la historia de México,
que en mi opinión su actuación ha sido para perjuicio de nuestro país, no de
nuestro beneficio.
Sin embargo, y contrario
a lo que se piensa, Santa Anna no fue el mexicano que más estuvo apegado a la
silla presidencial. Es cierto que estuvo 11 veces en el poder y fue el
presidente que más tiempo ostento el cargo. Sin embargo, varias veces lo
hicieron salir del poder y en la última, en 1854, fue la definitiva salida de
este controvertido personaje del poder. También hay que aclarar que Santa Anna
fue llamado varias veces para hacerse cargo de la presidencia y esto lo
hicieron tanto liberales como conservadores. Sin embargo, al final a los dos
grupos dejo de serles útil su “Alteza Serenísima” y optaron por no volverlo a
llamar. Tal parece que los primeros en darse cuenta de que Santa Anna nada más
se arrimaba al nopal cuando tenía tunas después de la Intervención
Norteamericana, puesto que ellos fueron los que se opusieron terminante a ceder
el territorio nacional a Estados Unidos.
Con todo esto, he
concluido que en parte Santa Anna fue la causa de nuestras desgracias
nacionales posteriores a la independencia. Traicionó a su país al ayudar al
enemigo a hacerse de territorios y también lo ayudó a causar la inestabilidad política
que los ayudarían a llevar a cabo sus truculentos planes. Sin embargo, la mayoría
de los mexicanos desconoce que Antonio López de Santa Anna fue el que impuso la
república de manera nada democrática, puesto que él fue el causante de la caída
de Agustín de Iturbide por las intrigas de Poinsett y por ende de los
conflictos posteriores en nuestro país.
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