Esta es quizá la constitución
que causo más conflictos en su aplicación en la historia de México debido a su
contenido que era controvertido para la época. Es la primera constitución mexicana
en dar carácter legal a la separación de la iglesia y el estado y reconocer la
propiedad privada como la única en poder existir. Estos avances ya habían tenido
antecedentes durante la presidencia de Valentín Gómez Farías, verdadero creador
de las Leyes de Reforma que servirían de base para la constitución del 57. El mismo
Gómez Farías fue diputados constituyente durante las discusiones de la Carta
Magna, siendo la primera de corte liberal en México.
Los conflictos comenzaron
a gestarse a finales de 1857 con la negativa del presidente Ignacio Comonfort
de trabajar con dicho documento. Comonfort argüía que dicha constitución propiciaría
la ingobernabilidad del país puesto que la mayoría del pueblo de México era católico
y no aceptaría de ningún modo que el clero se sometiera a los dictados del
estado, todo esto debido al adoctrinamiento en las iglesias. Además, la madre
del presidente Comonfort era una católica empedernida y le pidió a su vástago
que no permitiera la publicación de dicho documento tan subversivo. Comonfort le
hizo caso y por intentar quedar bien con los dos bandos por lo que a la postre
tanto liberales como conservadores desconfiaban del presidente. Esto obligó al
presidente a renunciar a su cargo y de ese modo fue que Benito Juárez llegó a
la presidencia, pues la constitución de 1857 decía que en caso de llegar a
faltar presidente el presidente de la Suprema Corte ocuparía dicho cargo.
Los conservadores sabían que
los liberales no iban a ceder en abolir la Constitución de 1857 por las buenas,
así que en enero de 1858 promulgaron del Plan de Tacubaya (un pueblo del
Distrito Federal que ya ha sido absorbido por la mancha urbana en la actualidad)
en donde desconocían la Carta Magna y a Juárez como presidente. Los conservadores
nombraron presidente de la república a Félix María de Zuloaga como titular de
la máxima magistratura nacional. Los liberales llevaban las de perder debido a
que la mayoría de las tropas eran católicas y estaban en contra de lo
manifestado en la constitución del 57 y en su mayoría el ejército se fue a las
filas de Zuloaga. Entre ellos había un comandante muy destacado que había estado
en el sitio del Castillo de Chapultepec en 1847 durante la intervención norteamericana.
Este general tenía por nombre Miguel Miramón y estuvo junto con los seis
cadetes en la defensa del castillo que en ese entonces era la sede del Colegio
Militar.
Miramón desde el
principio demostró un talento innato para la estrategia militar y una tras otra
batalla los liberales eran replegados por las fuerzas conservadoras. Cuando
Zuloaga renunció a la presidencia, Miramón ocupo el cargo y continúo con su
campaña en contra de los liberales. El único bastión de Juárez era el puerto de
Veracruz, por donde el gobierno de Estados Unidos empezó a darles armas y
aperos de guerra a las fuerzas de Juárez. Gracias a este apoyó la balanza
comenzó a inclinarse a favor de los liberales que empezaron a avanzar hacia la
capital. Fue en la batalla de Calpulalpan, Tlaxcala en 1861 donde se dio
definitivamente la derrota de los conservadores y fue cuando empezaron a hacer
gestiones para facilitar la intervención de los franceses y la entrada del
Segundo Imperio Mexicano.
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