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jueves, 16 de febrero de 2017

Los grandes héroes: pro yanquis

Esto es algo muy delicado que estoy sacando a colación debido a que algunos de los grandes héroes de nuestra historia estuvieron al servicio de intereses norteamericanos y los grandes villanos en contra. Esto ha sido documentado a lo largo de los dos siglos que llevamos de independencia y Armando Fuentes Aguirre “Catón” lo llama el “hilo negro”. Entre los “héroes” que estamos hablando se encuentran Benito Juárez, Valentín Gómez Farías, Álvaro Obregón y Santa Anna (el declaró la república). Los “villanos” se opusieron a la intervención del gobierno de Estados Unidos fueron Agustín de Iturbide, Lucas Alamán, Miguel Miramón, Félix María de Zuloaga y Porfirio Díaz. Entonces los ídolos de piedra que nos enseñaron a adorar en la primaria fueron los que se cansaron de venderle la patria los norteamericanos ya sea de manera inconsciente (Santa Anna, por lo menos en un principio) o consciente (Juárez y sus compinches liberales).
Todo lo anterior tiene que ver con los tristes episodios de nuestra historia en los que los mexicanos han dado muestras de su falta de patriotismo. El primer caso de intentar pedir ayuda a los norteamericanos se relata en el primer movimiento insurgente (Hidalgo y Allende), que fue capturado en Coahuila cuando marchaban a territorio norteamericano con la intención de rearmarse y buscar apoyo de los texanos (en ese tiempo parte de México). Morelos fue que requirió ayuda norteamericana ya que solicitó armas y mandó a su hijo a estudiar a Estados Unidos. Francisco Javier Mina fue español pero entro a nuestro país por Estados Unidos con el apoyo de algunas logias masónicas, en especial la de Nueva Orleans. Iturbide no contó con el visto bueno del Tío Sam, pero sus opositores republicanos sí. Ellos fueron los que derribaron el primer imperio y al declarar la república democrática le dieron a México un tiro en el pie porque a partir de entonces la clase política hacia que los mexicanos se mataran unos contra los otros para que los líderes se quedaran con el poder. Esto ayudó a los norteamericanos en la invasión con la que se apoderaron de la mayor cantidad posible de nuestro territorio. Esto desde luego que es ocultado porque se supone que la república es lo mejor que le ha pasado a nuestro país desde la invención del mole poblano.
En el siguiente conflicto interno, la Guerra de Reforma, la balanza se inclinó del lado liberal solo porque el Tío Sam les había dado su apoyo a cambio de ciertas concesiones. Entre ellas estaba la compra definitiva de Baja California, Sonora y Chihuahua como contrapropuesta del vergonzoso Tratado McLane-Ocampo en el que prácticamente se cedía los norteamericanos el derecho de paso por varias zonas del país con permiso para poseer tierras y hasta matar. La razón por las que esto no se concretó fue debido a que los conservadores eran los que tenían el control del gobierno y Juárez viajaba en un carruaje por todo el país. Los conservadores desde luego que no se comportaron de un modo patriótico cuando fueron a Francia a solicitarle apoyo a Napoleón III para arrojar a los liberales del poder, pero estos últimos no habían podido vencer a los franceses sin el apoyo del gobierno norteamericano. Además, la desamortización de los bienes del clero ayudó a la Iglesia Protestante a comprar varios templos que anteriormente eran católicos. Esto pone en evidencia que los liberales querían someter al clero católico a sus designios y esto era visto con buenos ojos por los norteamericanos que en su mayoría son norteamericanos. Entonces los liberales fueron unos incongruentes de primera al hablar por un lado de libertad religiosa y por otro tratar de eliminar a los católicos por decreto, algo que iba en contra de los principios de libertad bajo los cuales había sido fundado Estados Unidos.
En la siguiente etapa de nuestra historia, el Porfiriato, el general Díaz puso una sana distancia con respecto al gobierno norteamericano a pesar de que la mayoría de los inversionistas eran originarios de Estados Unidos. Esto es contrario a la creencia popular de que Díaz estaba confabulado con el gobierno estadounidense para explotar al pueblo de México. Esto es del todo falso, ya que el general Porfirio Díaz tuvo un acercamiento más sólido con varios países europeos como el Reino Unido, Francia e incluso Holanda. Tuvo roces con el gobierno norteamericano debido a que en la explotación petrolera le había dado preferencia a la compañía británico holandesa Royal-Dutch Shell y no a la Standard Oil de John D. Rockefeller además de que le había pedido a los directivos de la primera que avisaran si querían vender para evitar que el segundo monopolizara la industria. Ya en el movimiento revolucionario se evidenció la intervención de un norteamericano (aunque sin el beneplácito de su gobierno), Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México, que fue cómplice en los hechos que llevaron a Madero y Pino Suárez a su muerte, todo porque el diplomático quería una concesión petrolera que nunca obtuvo. Después obregón entregaría al país mediante el Tratado de Bucareli en el que se establece que México no puede fabricar armas por sí mismo. Por último, hay que mencionar que existe la teoría de que la Expropiación Petrolera fue pagada por el gobierno norteamericano por un triple propósito: evitar que las compañías petroleras cayeran en manos de los Nazis, destruir a la competencia europea y hacer dependiente a nuestro país de las refinerías de Estados Unidos. Como conclusión, los héroes que se presentan en la historia oficial son los que más han vendido el país a extranjeros, particularmente a Estados Unidos con el que tenemos una relación amor-odio.       


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